La misión de los observadores entregó su informe a la Liga Árabe. Al cabo de 5 horas de debate, el Consejo de Ministros ad hoc prolongó por un mes la misión de los observadores en el marco del primer plan de la Liga Árabe, y adoptó un segundo plan.
Estos acontecimientos dan lugar a interpretaciones muy diferentes.
– Prácticamente no se habla del contenido del informe de los observadores, lo cual indica que el documento confirma la versión del gobierno sirio y contradice la versión de la oposición. El informe confirma que nunca hubo represión letal contra las manifestaciones pacíficas y que Damasco ha respetado escrupulosamente los compromisos que había contraído (liberación de más de 7 000 presos, retirada de las tropas de los grandes centros urbanos, etc.). El informe confirma además que Siria enfrenta un conato desestabilizador por parte de grupos armados.
– El Comité ministerial ad hoc de la Liga Arabe es presentado a menudo como la instancia ejecutiva de esa organización cuando en realidad se trata de un comité de seguimiento del Plan árabe, comité que se compone de 5 de los 22 países miembros de la Liga Árabe (Argelia, Egipto, Omán, Qatar y Sudán). No se dice que el Comité ministerial ad hoc aprobó el informe de los observadores (4 votos a favor y uno en contra, el de Qatar) y que decidió prolongar por un mes la misión de los observadores en aplicación del Plan árabe. Sí se dice a menudo que Arabia Saudita decidió retirarse de ese dispositivo (y está tratando de convencer a otros países para que hagan lo mismo para deslegitimar a los observadores).
– Lo principal es que los medios de prensa atlantistas se empeñan en sembrar la confusión alrededor de las proposiciones de Qatar, adoptadas algunas (transición al estilo yemenita) y rechazadas otras (envío de tropas árabes a Siria) por el Comité ad hoc. Estas decisiones fueron aprobadas por 3 votos a favor (Egipto, Omán y Qatar), uno en contra (Sudán) y una abstención (Argelia).
– Es interesante ver que los medios de prensa atlantistas no se inmutan ante el hecho que Qatar esté exigiendo elecciones en Siria cuando nunca las ha organizado para su propio pueblo. Tampoco señalan que la exigencia de que al-Assad entregue el poder a su vicepresidente no tiene otro sentido político que reafirmar que la presidencia sólo puede ir a manos de un sunnita.
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