Se iban a comprar 12 aviones nuevos Súper Tucanos brasileños y reparar 10 de los Tucanos usados que ya tenemos, por la suma de US$ 230 millones de dólares, a crédito, que pagarían nuestros hijos y nietos.
Pero el presidente Humala, acompañado por Nadine y otros estrategas, se fue a Seúl, Corea del Sur, con Roque Benavides en la comitiva, y regresó cambiado con otra Hoja de Ruta aviadora.
Ahora se sabe que se comprarían aviones coreanos, los KT-1, que son como los Tucanos, pero no como los Súper Tucanos. Se afirma que hay mucha distancia entre ellos.
Que la palabra mágica para este otro volteretazo de Humala es "offset", dice Gustavo Gorriti, igual a "cómo compensa el país vendedor (Corea del Sur) la decisión de comprarle su producto". Ojalá esto que huele raro no se torne a mefítico, pues algún audio, vídeo u otro documento podrían acelerar una vacancia presidencial.
¡Que algún valiente de la Fuerza Aérea Peruana averigue "cómo compensa" Corea del Sur, y a quiénes, cuándo y dónde, para adquirirle los KT-1 en lugar de comprar a Brasil los Súper Tucanos! ¡O el informado Gorriti que lo haga, pues él ya investigó el caso entrevistando a aviadores de la FAP cuyo nombre guarda en reserva!
Se trata de una compra por $ 230’000,000.00, sí, Doscientos Treinta Millones de dólares USA. ¡Una bicoca o fruslería de millones para defenderse del terrorismo en el VRAE y de los chilenos luego de La Haya!
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