El parlamento iraquí ha pedido ayuda a la ONU para esclarecer la desaparición de unos 17.000 millones de dólares, supuestamente robados por instituciones estadounidenses tras la invasión de Irak en 2003.
El dinero procedente de la venta de petróleo iraquí lo recibió Teherán de manos de Estados Unidos como asistencia para la reconstrucción del país tras el derrocamiento del régimen de Sadam Husein.
A través de una carta enviada el mes pasado a la sede de la ONU en Bagdad, un comité parlamentario para la integridad solicitaba ayuda para rastrear el dinero, que había desaparecido del Fondo para el Desarrollo de Irak en 2004.
El comité para la integridad calificó la desaparición de los fondos de “crimen financiero” pero señaló que las resoluciones del Consejo de Seguridad le impedían a Irak formular denuncias contra EE. UU.
“Todo esto es indicativo de la corrupción financiera de algunas instituciones de Estados Unidos, que robaron el dinero del pueblo iraquí asignado para desarrollar Irak, por valor de unos 17.000 millones de dólares”, reza la carta.
Con su apelación ante la ONU, el parlamento espera encontrar y recuperar el dinero, según dijo Bahaa al-Araji, el jefe del comité.
El Fondo para el Desarrollo de Irak se formó en 2003 a petición de la Autoridad Provisional de la Coalición, el organismo estadounidense que gobernaba el país árabe tras la invasión bajo la dirección de Paul Bremer.
En 2004, la administración del entonces presidente estadounidense George W. Bush destinó miles de millones de dólares en efectivo a Irak. Los fondos procedían de la venta de petróleo iraquí y bienes capturados así como de activos de reserva del programa Petróleo por Alimentos de la ONU.
Un informe emitido en julio de 2010 por el inspector general especial estadounidense para la reconstrucción de Irak señalaba que el Departamento de Defensa es incapaz de rendir cuentas en relación a 8,7 mil millones de dólares procedentes del petróleo y gas iraquíes.
“Nadie de la parte iraquí controlaba el trabajo de Paul Bremer en aquel entonces. Por eso creo que la administración de Estados Unidos debe responder del paradero y uso del dinero”, dijo el portavoz gubernamental iraquí, Ali al-Dabbagh, a la cadena árabe Al Jazeera el pasado domingo.
“También entendemos que hay iraquíes implicados en la opacidad y corrupción relacionada con el mandato de Paul Bremer en Irak”, añadió.
La coalición internacional liderada por EE. UU. invadió Irak en marzo de 2003 después de acusar a Sadam Husein de desarrollar un programa de armas de destrucción masiva. Ese mismo año la Autoridad Provisional de la Coalición confirió inmunidad al personal y las instituciones estadounidenses que operaban en el país.
Tras la invasión quedó claro que Irak había puesto fin a sus programas de armas nucleares, químicas y biológicas en 1991.
Fuente: RT, 21 junio 2011.
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