Cuando de manera misteriosa hizo explosión en la bahía de La Habana el acorazado Maine, con el desastre que costó la vida a gran parte de la tripulación de esa nave de guerra, nació en Washington una muy pérfida política hacia la codiciada isla de Cuba, por entonces la perla mas preciada de la corona española.
Estados Unidos venía soñando desde 1823, cuando se proclamó la conocida Doctrina Monroe con el propósito de apoderarse de Cuba de cualquier manera. Ya fuera por compra de la isla a España o por conquista militar - no para entonces - sino para cuando "la fruta estuviera madura".
La explosión del Maine fue el gran pretexto para la intervención norteamericana en la Guerra entre Cuba y España. Los patriota cubanos inspirados en la predica de Martí venían combatiendo en los campos de la isla desde 1895. Una guerra a sangre y fuego que España tenía perdida y que solo se prolongaba por la tozudez arrogante del gobierno de Madrid.
La voladura del acorazado Maine se convirtió en pieza clave de la política exterior de Washington hacia Cuba. Un pretexto. Siempre buscar un pretexto para intervenir en los destinos de Cuba. Lo hicieron mas de una vez. Primero gracias a la Enmienda Platt.
Después por métodos más sutiles como era la "diplomacia de presión" y la poderosa influencia económica. Con el triunfo revolucionario de 1959 el mandato norteamericano sobre Cuba quedó atrás. Pero por mas de cuatro décadas, un recurrente instinto de reconquista ha quedado siempre como un sabor amargo en la boca de mas de un Presidente norteamericano.
Y por supuesto, no han faltado cerca de la Casa Blanca -como sucede ahora- cubanos de nacimiento que de patriotas nada tienen - que le soplen al oído al Presidente de turno que para resolver el "problema de Cuba" se impone una intervención militar de Estados Unidos, como se hizo en 1898. Lo que falta es el pretexto. Lo que se busca es un nuevo Maine. Y el Maine tiene sus hijos.
Los hijos del Maine son esos cubanos que desde Miami buscan crear el incidente maravilloso que propicie una acción militar de Estados Unidos contra Cuba.
Cuando Girón el pretexto era el comunismo. Después, que Cuba exportaba su revolución a América Latina. Más adelante, que si los cohetes soviéticos eran una amenaza nuclear. O más tarde que si había tropas cubanas en África. Etc., etc. etc.
El derribo de las avionetas de los "Hermanos al Rescate" no fue otra cosa que una burda y criminal provocación de un "Capitán Araña" en busca de un "Maine". Como lo es ahora la campaña montada sobre que Cuba tiene armas bioterroristas que amenazan la seguridad de Norteamérica.
En estos momentos estamos ante una nueva crisis en las de por si deterioradas relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Es por eso que los "hijos del Maine" se refocilan de gozo elocubrando un posible "nuevo Mariel" que abra la puerta para una acción punitiva contra Cuba por parte de Estados Unidos.
Basta escucharlos por las emisoras de radio y televisión de Miami. Sueñan con el gran pretexto para una intervención militar en Cuba. ¡Son unos buenos hijos del Maine!
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