Marcha en Ecuador
Foto Lori Waselchuck

Los Estados nacionales, como México y el resto de América Latina, muy poca atención han prestado a la presencia en sus territorios de instrumentos expresión extrajudicial de minorías afectadas por diversos tipos de abuso y por el cuidado del medio natural. Las ONGs de distinto origen, norteamericano, europeo, católico o protestante juegan a las cartas en las zonas indias de América Latina sin que los Estados sean siquiera capaces de diagnosticar su importancia y significación.

Absolutamente todas las zonas indias de México padecen el ataque de la antropología social proveniente de distintos países del norte del planeta, tendentes a preparar el camino para la intervención de ONGs, cuyo papel es el de indicar a los indios hacia donde dirigir sus aspiraciones autonomistas, aunque la mayor parte de las veces la pugna autonomista se detiene en el debilitamiento del Estado nacional. Ese es el caso de los grupos ecologistas entre los indios de la región oaxaqueña de los Chimalapas o de los promotores de los derechos humanos entre las etnias del municipio veracruzano de Uxpanapa. Se trata de regiones vecinas a la zona del Istmo de Tehuantepec, que según los diagnósticos del Centro francés de estudios mexicanos y centroamericanos puede conducir a un movimiento secesionista.

Dirigente ecuatoriano
Foto Lori Waselchuck

En México y otro países del Mercosur, cuyos integrantes han puesto la mirada en Europa para diversificar su mercado externo, están bajo el ataque de esas ONGs las más de las veces acompañado de evangelización por parte de grupos religiosos. Tal es el caso de Ecuador, donde la empresa española Repsol que planeaba explotar a cambio de unos cuantos millones de dólares el gas de ese país, sufrió la embestida de un movimiento autonomista tras el cual se nota la presencia de la embajada norteamericana.

Evo Morales, líder cocalero, explotador de la materia prima de lo que se conoce en el mercado del primer mundo con el nombre de coca, y Felipe Quispe, líder de la etnia aimará recibieron la influencia de Fausto Reinaga, autor de la doctrina indigenista sobre la "revolución india".

A principios de la década de los noventa, Morales fue uno de los organizadores del movimiento de los cocaleros, denominado Consejo Andino de Productores de Hojas de Coca (CAPHC). El movimiento fue resultado directo de la aplicación de las reformas neoliberales en Bolivia, en el gobierno de Víctor Paz Estenssoro (1985- 87), orientado por el economista del nuevo orden Jeffrey Sachs. La terapia de choque de este economista tuvo efectos devastadores en la frágil economía boliviana, basada en la explotación de minerales.

En 1988 Sachs describió las consecuencias de su terapia de choque de esta manera: "Para preservar el equilibrio fiscal, el gobierno tuvo que trabar una batalla brutal para reducir la nómina de pagos en la Conmibol (la empresa mineral estatal). La Conmibol redujo, en efecto, el número de empleados de cerca de 30 mil que eran en 1985 a apenas 7 mil en 1987. Muchos de los despedidos estàn aún desempleados o fueron a buscar trabajo en la región productora de coca.

Reunión
Foto Lori Waselchuck

Desde el comienzo de su historia, el CAPHC, que fue a la vez formado en Perú y Bolivia, contó con el apoyo activo de las ONGs, que se involucraron en la campaña internacional para la legalización de las drogas, que trasnformó a Evo Morales en una personalidad internacional y comenzò a viajar a Estados Unidos y Europa. Una de las ONGs que han apoyado a Evo es el Consejo Andino de Juristas, que es una sucursal de Human Rights Watch/Americas, la cual es financiada por el mecenas de las ONGs George Soros. El CAJ está coordinado con el Centro Lindesmith, de Soros, un centro de divulgación en favor de la legalización de las drogas.

Además de sus campañas por la legalización de los estupefacientes, el CAPHC comenzó a organizar a los plantadores de coca en Bolivia y Perú, para resistir a las campañas de erradicación promovidas con el apoyo del gobierno norteamericano, lo que permite decir a Evo que su lucha es "antimperialista". Con frecuencia los enfrentamientos con los erradicadores tuvieron el apoyo del grupo narcoterrorista Sendero Luminoso, gestado en la época del surgimiento del maoísmo católico.

En las elecciones presidenciales de 2002 Evo Morales quedó en segundo lugar. Su campaña contó con el apoyo de Manuel Rocha, embajador de Estados Unidos, quien declaró que su gobierno apoyaría a Bolivia si Morales fuera electo.

Por su parte, Felipe Quispe, conocido como el Malku (que dignifica cóndor en aimará), conoció en 1971 a Fausto Reinaga, uno de los principales ideólogos del indigenismo, autor de textos racistas que se parecen a los de "Albino", promotor de la independencia vasca.

En 1997 Quispe fue electo secretario ejecutivode la confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, la mayor central campesina del país, a través de la cual se convirtió en líder de los aimarás. En diciembre de 2000 ayudó a fundar el Movimiento Indígena Pachakuti, instrumento polìtico e ideológico "de las naciones indígenas". En una entrevista que concedió a narconmews, afirmó que "poco a poco vamos avanzando para tener una constitución política del estado de Kollasuyo. Ya estamos creando nuestros propios códigos. Por tanto, la autodeterminación indígena es algo que se dará tarde o temprano".

En un artículo publicado en el sitio electrónico de El Juguete Rabioso de Isaac Bigio, especialista en Bolivia de la Escuela de Economía de Londres dice que "El discurso de Quispe es claramente de enfrentamiento. Su objetivo es reconstruir el Kollasuyo, donde las comunidades campesinas (ayllus) construyan un socialismo basado en el trueque y no en el marcado. El quiere que las comunidades indígenas se autogobiernen y elijan a sus propias autoridades, impidiendo el ingreso de las autoridades del Estado, la policía o el ejèrcito".