Hace más de dos años, las Naciones Unidas en Ginebra prestó sus locales para que tuviera lugar en ella la asamblea de la Internacional Socialista. Miles de miembros de esta agrupación provenientes de diversos lugares del mundo llegaron a esta ciudad para participar al congreso.
Hace más de dos años, las Naciones Unidas en Ginebra prestó sus locales para que tuviera lugar en ella la asamblea de la Internacional Socialista. Miles de miembros de esta agrupación provenientes de diversos lugares del mundo llegaron a esta ciudad para participar al congreso.
El día de la inauguración, la sala estaba repleta. Se distinguían personajes conocidos, representantes de esta gran familia política. Almunia representaba los socialistas españoles, Arafat a los palestinos, la hija de Salvador Allende a los socialistas chilenos y un sin fin de otros personajes de la causa socialista.
Mi asombro llegó cuando vi que los socialistas peruanos estaban representados por el partido aprista. Quien conoce los ideales social demócratas y sobre aquellos practicados en Europa por los partidos políticos de esta corriente, saben que son arduos defensores de los derechos humanos, transparentes en el presupuesto, severos contra la corrupción, respetuosos de los trabajadores y sindicatos... Yo me hacía la pregunta ¿qué diablos hace ahí el APRA? Cuyo gobierno justamente ha sido todo lo contrario y sobre todo lo que más me sorprendía era ¡cómo le habían permitido participar!
Las respuestas a mis inquietudes no tardarían en llegar. En la gran sala de conferencias estaban Alan García y su "chupe" Mauricio Mulder. Su objetivo codearse con los grandes de este mundo socialista para buscarse una nueva imagen, una nueva reputación, una nueva virginidad que quedaría plasmada ante los cientos de periodista y fotógrafos que cubrían el evento.
Hubo una pausa y todos fueron al hall a tomar un refresco. García que había venido de Paris se paseaba con un gigante que era su guardaespaldas. Sin querer, me encontré en un momento detrás de la delegación francesa y pude escuchar claramente las preocupaciones de estos: "¡Fais gaffe! Une photo avec García et je suis cuit..." -se decían entre ellos- ("ten cuidado, una foto con García y estoy quemado"). Pude apreciar además que las delegaciones le corrían à García y otras muy diplomáticamente se alejaban como si fuera un leproso.
Ante tal desplante, García se puso a pregonar: "¡donde está la prensa peruana!" Un colega mexicano me avisó: -"¡anda, anda, es tu antiguo presidente!" Así que me dirigí hacía él. Antes de poder acercarme, su gigante me cerró el paso. "Soy periodista peruano", -dije...García se acercó. "¿Qué te parece mañana a las 10.30 una entrevista, después que haya hablado Arafat?"- "Muy bien" -respondí. Arafat no pudo hablar y García nunca llegó a la cita. Lo esperé más de una hora.
Al final del congreso, Pierre Muroy presidente del congreso socialista y antiguo brazo derecho y primer ministro del fallecido presidente francés Miterrant ofreció una conferencia de prensa a los periodistas. Yo fui uno de los primeros en levantar el brazo para preguntar: "¿No cree señor Muroy que los ideales socialistas son incompatibles con miembros como el antiguo presidente peruano que está participando a este evento, prófugo de la justicia en su país e implicado en varios casos de corrupción?" El silencio fue total...Muroy se puso rojo como un tomate. Luego de reflexionar hizo una profunda respiración y me respondió: "Señor, la familia socialista es una gran familia, y a veces en las grandes familias hay ovejas descarriadas. Ya se han escrito informes al respecto y el comité de disciplina está estudiando el caso..."
Así fue como García inició su retorno al mundo político después de su desastroso e infame gobierno.
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