La Patria ha sido deshonrada. Vivimos una seudodemocracia capturada por las oligarquías y los grupos de poder económico. La antigua captura del poder por el Partido Social Cristiano, ha sido sustituida por el control en manos del PRE de Bucaram, del PRIAN de Álvaro Noboa y del PSP de Lucio Gutiérrez. El Coronel ha disfrazado su ataque a los intereses del país, con un supuesto combate a la oligarquía, cuando el Gobierno representa los intereses de grupos económicos que controlan la cuarta parte del PIB.
El resultado es la destrucción del Estado de derecho y de la Constitución, y la imposición de la dictadura de una mayoría parlamentaria construida a golpe de clientelismos y corrupción.
Lucio Gutiérrez busca consolidar su poder con la certificación del Gobierno Norteamericano y del Fondo Monetario Internacional, mediante la oferta de la aprobación inmediata del Tratado de Libre Comercio, la continuación del involucramiento en el Plan Colombia y de la renuncia a la soberanía en la Base de Manta, el pago cumplido y adelantado de la deuda externa y la privatización de los recursos estratégicos, empezando por el petróleo.
Le han pedido una prueba de fidelidad y ahora cumple dos mandatos inmediatos: el despido de 5 mil trabajadores públicos y la exigencia de facturación de la pobreza en contra de dos millones de trabajadores informales o microempresarios. Y ya se anuncia la próxima elevación del precio del gas, mediante la vieja fórmula de la eliminación del "subsidio". El resultado es la traición no sólo a los compromisos de cambio del 21 de enero y de la campaña electoral, sino una traición a la dignidad y la soberanía del Ecuador.
Lucio Gutiérrez le miente al pueblo con medias verdades sobre el crecimiento del PIB o el control de la inflación; pero calla el crecimiento del desempleo, la recesión y la destrucción del aparato productivo, la agudización de la pobreza, la corrupción y la impunidad.
Nuestro pueblo mira con repugnancia esta pugna de reparto y la renuncia a la dignidad del país.
El problema no está solo en la inconstitucionalidad y partidización de la Corte Suprema de Justicia, del Tribunal Constitucional, en la toma ilegal de la Dirección del Banco Central, en el alineamiento y politización de las cúpulas militares. El problema es más grave es la destrucción de la economía y la democracia, la destrucción de la esperanza.
La salida no está en posiciones tibias o ambiguas; ya no es suficiente exigir rectificaciones o buscar consultas para legitimar o cambiar una Corte. No puede haber solución, mientras permanezca en la conducción del gobierno quien ha traicionado a la Patria, o mientras permanezcan en la dirección de la Justicia y del Congreso prontuariados y deudores de la justicia.
No podemos quedarnos en silencio. Es hora de juntar nuestras voces para exigir que se vayan todos y que avancemos a la refundación de la República. El primer paso es construir un polo independiente de los dos bandos en pugna y que tenga la decisión de rescatar la dignidad de los ecuatorianos y ecuatorianas y la soberanía de nuestra Patria.
Cuando no hay poder constituido legítimo, el poder debe regresar a la soberanía popular, para que designe un Gobierno Porvisional, encargado de convocar a una Consulta Popular sobre los problemas fundamentales del país y sobre las nuevas reglas de representación libres de la partidocracia, y a una Asamblea Constituyente que siente las bases y las normas para la refundación de la República.
Llamamos a todos los ciudadanos y ciudadanas, a todas las iniciativas que han surgido desde diversos sectores ciudadabnos para buscar una salida a la crisis, a autoconvocarnos a una Asamblea Cívica Nacional, como un espacio de poder independiente y soberano del pueblo, para consolidar la unidad de todas las fuerzas patrióticas dispuestas a iniciar esta lucha porque se vayan todos los responsables de la destrucción del país y por la refundación de la República.
Ecuador, 21 de enero del 2005
Para adhesiones dirigirse a:
Eduardo Delgado 098596692
Luis Maldonado Lince 098529130
Teléfonos: 2221080 o 2566311, Quito, Ecuador.
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