Con más de 750 mil miembros, las pandillas en Estados Unidos son hoy una potencial amenaza para la seguridad nacional, coincidieron funcionarios norteamericanos.
Esas organizaciones trafican drogas y personas, y por dinero trabajan para cualquiera, incluido terroristas, señaló Michael García, director de la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas, en una audiencia ante el Congreso.
No obstante, García admitió que hasta la fecha las autoridades carecen de pruebas que vinculen a esos grupos violentos con terroristas.
Por su parte, el presidente del subcomité de Inmigración y Seguridad Fronteriza de la Cámara de Representante, el republicano John Hostettler, estimó que las pandillas en la Unión están integradas por entre 750.000 y 850.000 miembros.
A principios de este mes, más de tres mil agentes del orden participaron en la operación FALCON (Federal and Local Cops Organizad Nationally), mediante la cual fueron capturados 10.340 fugitivos en la Unión.
La redada buscó a personas buscadas por homicidio, agresión sexual, crímenes relacionados con la mafia, drogas y secuestros, y contra niños.
Según el Centro Nacional para la Prevención y Control de Daños Físicos (NCIPC, por sus siglas en inglés), en 2002 más de 877.000 jóvenes de 10 a 24 años sufrieron heridas por actos violentos, y uno de cada 13 de ellos fue hospitalizado.
En la Unión el homicidio es la segunda causa de muerte para las personas comprendidas en esas edades, aunque es la primera entre los afroamericanos.
El NCIPC agrega que, en 2001, 5.486 jóvenes murieron por acciones violentas en Estados Unidos.
Aunque el gobierno federal insiste en combatir la delincuencia, sus políticas provocan el efecto contrario.
El presidente George W. Bush liberó a finales del pasado año la venta de 19 tipos de armas semiautomáticas de asalto, entre estas fusiles y pistolas de todos los calibres.
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