La Unión de la Europa Occidental (UEO), reliquia hoy ya obsoleta de la Guerra Fría, fue puesta en estado de sopor en 2001, pero ha sobrevivido su Asamblea Parlamentaria, integrada por delegados de los Parlamentos nacionales. En momentos en que el Consejo Europeo concibe una defensa común, esta asamblea aspira a asegurarse su control parlamentario. Aunque este paso resulta insuficiente en el plano democrático, no dejará de influir en la política que se está elaborando y fortalecerá el deseo de independencia europea frente a la OTAN.
El lunes 1º de diciembre de 2003, en medio de cierta atmósfera artística, se inauguró en París el 49° período de sesiones de la Asamblea Parlamentaria de la Unión Europea Occidental (UEO) <http://www.assembly-weu.org/fr/accu...> . De hecho, la UEO se creó en 1954, y aunque fue puesta en estado de sopor en 2001, su asamblea parlamentaria le ha sobrevivido.
Esta organización se constituyó por defecto tras el fracaso del proyecto de Comunidad Europea de Defensa (CED). Se basaba en una cláusula de defensa mutua, comparable a la de la OTAN, y aspiraba a integrar a los ejércitos de los Estados que eran entonces el embrión de la actual Unión Europea.
Pero la UEO no contó nunca con medios para su política. A lo sumo estuvo encargada de un grupo de armonización de los armamentos, de un instituto de investigaciones estratégicas y de un centro de observación vía satélite.
Durante toda la Guerra Fría, la UEO apareció como un apéndice de la OTAN en el seno de las instituciones europeas. Tras el hundimiento de la URSS, la UEO cayó en un estado de letargo, antes de ser anulada por Javier Solana cuando pasó del cargo de secretario general de la OTAN al de Secretario general de la Unión Europea (UE).
¿Para qué puede servir la Asamblea de la UEO?
La primera pregunta que debe responder la Asamblea es, pues, la de explicar para qué puede servir todavía. Sobre todo cuando en el Consejo Europeo de Nápoles, el pasado sábado, los Jefes de Estado y de Gobierno aludieron a la inserción de una cláusula de defensa mutua en el próximo Tratado Constitucional de la Unión y a la organización de una cooperación estructurada en esa materia. Ahora bien, los Estados miembros de la UE, de la UEO y de la OTAN no son exactamente idénticos, de modo que las relaciones entre las tres instituciones son confusas.
En la sesión inaugural, el presidente de la Asamblea, el luxemburgués Marcel Glesener, se preguntó:
– ¿Qué criterios se requieren para suscribir la cláusula de defensa mutua?
– ¿Quién garantizará militarmente ese compromiso de los países miembros que no forman parte de la Alianza Atlántica?
– ¿Cómo podrán beneficiarse de esa cooperación los países aliados europeos que no sean miembros de la Unión Europea?
En el transcurso de los debates, la Asamblea -que siempre había sido atlantista- se pronunció abiertamente a favor de una «autonomía de acción» europea en materia de defensa. Ha preconizado la creación de un Consejo de Seguridad europeo, de un organismo europeo de informaciones militares y de un organismo europeo de tecnologías de defensa.
Después subrayó que, para cumplir los objetivos de Petersberg (misiones humanitarias), la Unión debe contar con una fuerza de proyección de 50,000 a 60,000 efectivos y con una flota adecuada de transporte aéreo. En lo tocante al gobierno británico, Lord Bach recordó que el Reino Unido estaba listo para apoyar ese paso siempre y cuando no socavara a la OTAN.
Se produjeron también intensos debates sobre el proyecto sometido por Javier Solana al Consejo Europeo. Ese documento, de hecho, se inspira en gran medida en la nueva doctrina estratégica estadounidense. La Asamblea pidió a Solana (ex y último Secretario general de la difunta UEO) que fuese a explicarse ante ella y a aclarar en qué se distinguiría su propuesta de las teorías de Paul Wolfowitz sobre la guerra preventiva.
Ejercer un control parlamentario
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, planteó el problema del control parlamentario de la futura política de defensa europea, ya que el Parlamento Europeo es incompetente en dicha materia.
La Asamblea aprovechó la brecha abierta y su nuevo presidente, el belga Armand De Decker, declaró que esa era la instancia más adecuada para ejercer dicho control. Lejos de constituir un intento de autoconservación de esta asamblea cuya supervivencia se discute, esta iniciativa se presenta como la única solución posible: en caso de fracaso total o parcial del Tratado Constitucional de la Unión, el tratado de Niza no ofrecería ninguna base jurídica para un control parlamentario de la política de defensa europea. Para establecer dicho control sería necesario, por tanto, volver al Tratado de Bruselas modificado... que creó la UEO en 1954.
Los miembros de la Asamblea de la UEO son delegados electos por los Parlamentos nacionales. Tienen potestad para reequilibrar los poderes en el seno de la Unión. La atribución de las cuestiones de defensa únicamente a los Jefes de Estado y de Gobierno representaría a contrario una regresión democrática y obstaculizaría el proceso de independencia con respecto a la OTAN.
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