Algunos comentaristas tratan de analizar la actual crisis de los bancos privados en Estados Unidos comparándola con las que afectaron a los bancos públicos de los países en vías de desarrollo en 1982. Esa analogía no es razonable, observa Eric Toussaint, puesto que se trata de situaciones muy diferentes. Sobre todo si se tiene en cuenta que el pillaje financiero evoluciona, al extremo que los países del Sur están tratando actualmente de distanciarse de la globalización financiera y de crear instituciones separadas para protegerse.
En 1982, la crisis de la deuda pública de los países en desarrollo estalló debido a los efectos combinados del alza de las tasas de interés que Estados Unidos impuso dos años antes y del descenso de los precios de las materias primas, empezando por el petróleo. El Sur fue el epicentro de la crisis y los primeros en sentir sus efectos fueron los poderes públicos de los países en vías de de desarrollo (PED) obligados a rembolsar enormes sumas.
Las crisis financieras de los años 1990 afectaron casi exclusivamente a los PED: crisis mexicana de 1994-1995, crisis asiática de 1997-1998, crisis rusa de 1998, crisis brasileña de 1999, crisis turca en el 2000, crisis argentina en 2001-2002, nueva crisis brasileña en 2002. Cada una de esas crisis fue desencadenada por movimientos bruscos de capitales y ataques especulativos contra las monedas de los Estados implicados. Los capitales financieros que, antes de la crisis, se habían encaminado hacia esos países se retiraban de ellos provocando así la crisis. Se producía una fuga de capitales en busca de seguridad: los capitales retornaban hacia los centros financieros del Norte, considerados más seguros.
En agosto de 2007, la crisis financiera estalló en el Norte, en el seno de la principal economía mundial, y afecta principalmente las sociedades financieras privadas de los países industrializados, en particular en América del Norte y en Europa Occidental y Central. Por el momento, Japón se mantiene relativamente al margen ya que su sector financiero privado, directamente afectado por una crisis de la deuda hace más de 15 años, está apenas reponiéndose.
La crisis japonesa llevó quizás a los banqueros japoneses a ser un poco más prudentes que los norteamericanos y los europeos [1]. La crisis alcanza proporciones tales en el sistema financiero del Norte que se está produciendo una fuga hacia la seguridad en sentido contrario al que vimos en el pasado: capitales que abandonan el Norte y se dirigen hacia bolsas de valores de países como la India, China y Brasil [2] que aparecen actualmente como puertos seguros. La afluencia es tan grande que el gobierno de la India, a pesar de ser neoliberal, quiere tomar medidas para quitar incentivos a esta entrada intempestiva de capitales, cuya afluencia provoca un alza de la moneda india (la rupia), ya que estos podrían abandonar nuevamente el país en poco tiempo si aparecen nuevas oportunidades financieras más rentables en otro punto del planeta [3].
Otros elementos de la situación mundial demuestran que la coyuntura actual es distinta a las situaciones enfrentadas durante los últimos 25 años:
– 1. Entre 1982 y 2004 la tendencia histórica apuntaba a la baja en los precios de las materias primas y a una degradación en los términos del intercambio entre los países más industrializados y los PED. A partir de 2005, los precios de las materias primas muestran una fuerte tendencia al alza.
– 2. Gran parte de los PED están registrando excedentes comerciales, sobre todo China cuyos productos industriales inundan el mercado mundial.
– 3. En 1982, y posteriormente, las reservas monetarias de los PED eran limitadas. Desde 2002, primero lentamente y a un ritmo acelerado desde 2005, estas reservas han ido en aumento.
– 4. La deuda privada va en aumento de forma muy acentuada, tanto en el Norte como en el Sur, en un contexto de mercados interconectados y en forma de complejas construcciones de productos derivados que, lejos de garantizar más estabilidad, acentúan la falta de transparencia y la especulación. Tenemos un amplio sistema financiero dentro del cual un sector muy importante está basado en una acumulación de títulos de la deuda que amenaza con desplomarse como un castillo de naipes.
– 5. La deuda pública interna alcanza niveles culminantes en los PED (mientras que la deuda pública externa se reduce). En Estados Unidos está aumentando, pero más lentamente, mientras que en Japón se mantiene a un nivel extremadamente alto (185% del PIB según el FMI).
– 6. El precio de los alimentos estalla a escala planetaria.
– 7. La carrera armamentista ha alcanzado nuevamente un ritmo extremadamente acelerado, lidereada por Estados Unidos.
– 8. Aumentan los flujos de capitales Sur-Sur.
– 9. China tiene un peso nunca visto en las relaciones económicas y financieras mundiales.
– 10. Un grupo de países de América Latina está setando las bases de nuevas instituciones multilaterales regionales, empezando por un Banco del Sur.
Acumulación de reservas monetarias por parte de los PED
Desde 2004 estamos viviendo una coyuntura económica caracterizada por un elevado precio de las materias primas y de cierto número de productos agrícolas. Eso ha permitido a una mayoría de países en desarrollo aumentar sus ingresos provenientes de la exportación y obtener importantes reservas monetarias. Esta situación tiene que ver sobre todo con los países exportadores de petróleo, de gas y de minerales. Ciertos países exportadores de productos agrícolas también se han beneficiado de esta coyuntura favorable. China, exportadora de productos manufacturados, ha acumulado reservas monetarias en cantidades impresionantes: en diciembre de 2007 estas se elevan a 1 400 miles de millones de dólares. Pero todos los países no están en las mismas condiciones. La situación se está deteriorando en algunos países del África subsahariana.
A finales de 2007, los PED en su conjunto poseen más 4 600 miles de millones de dólares [4] como reservas monetarias mientras que los países más industrializados poseen menos de un tercio de esa suma.
¿Cómo usan sus reservas los PED?
1) Una parte considerable (seguramente más de 700 miles de millones de dólares [5]) se encuentra en manos del gobierno de Estados Unidos en calidad de préstamo mediante la compra de bonos del Tesoro. China le presta a Estados Unidos parte de sus reservas (provenientes del excedente comercial chino con ese país) para que la economía estadounidense siga comprando productos chinos. Numerosos Estados latinoamericanos, asiáticos y africanos prestan también parte de sus reservas a Estados Unidos. Esta política, conservadora y absurda desde el punto de vista de los intereses de los pueblos, encuentra cada vez más oposición.
2) Un significativo número de gobiernos ha pagado de forma anticipada sus deudas al FMI, al Banco Mundial, al Club de París y a los banqueros privados.
3) Ciertos gobiernos han creado fondos de desarrollo en los que colocan parte de sus reservas monetarias para financiar esencialmente la compra de empresas en los países más industrializados. Esos fondos se denominan en inglés Sovereign Wealth Funds, en español Fondos Soberanos de Riqueza. Los fondos más importantes son, en orden de importancia, los del Emirato de Abu Dhabi (El volumen de este fondo no es público pero los estimados varían entre ¡250 y 875 miles de millones de dólares!), Kuwait, China, Singapur y Rusia. Libia acaba de crear un fondo de 40 000 millones de dólares. Venezuela creó el Fonden (Fondo de Desarrollo Nacional) a principios de 2007. En total, los diferentes fondos públicos de los PED disponen como mínimo de 2 000 miles de millones de dólares. El objetivo de algunos de esos fondos públicos (como el China’s National Council for Social Security Fund – NCSSF) es garantizar un financiamiento del sistema de seguridad social. Los fondos más importantes compran empresas o paquetes de acciones de empresas en los países más industrializados, lo cual inquieta a los gobiernos de esos países. Algunos de esos fondos han aprovechado la crisis en la que se ven inmersos los grandes bancos privados occidentales desde agosto de 2007 para comprar acciones de dichos bancos (UBS, Merril Lynch, Citigroup,…).
En ese caso se encuentran, en particular, el fondo de Singapur (Temasek) y varios fondos chinos. Esta política de varios gobiernos de los PED se diferencia de la política seguida durante los años posteriores a la explosión del petróleo de los años 1973. En aquel entonces, los gobiernos de los PED reciclaban los petrodólares prestándolos a los bancos privados del Norte y enseguida contraían deudas con esos mismos bancos. La política actual de los gobiernos que compran empresas del Norte es más sólida, pero no rompe en lo más mínimo con la lógica capitalista dominante. Las inversiones no se ponen al servicio de un proyecto alternativo no capitalista, cuando pudieran convertirse potencialmente en poderosos mecanismos para la implantación de políticas de fortalecimiento del sector público rompiendo el control privado sobre los grandes medios de producción, desarrollando la economía solidaria, redistribuyendo la riqueza y aplicando el principio de justicia e igualdad.
4) La creación de un Banco del Sur. Desde diciembre de 2007, el Banco del Sur está en marcha, aunque no se han tomado aún todas las decisiones. Sus progenitores (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela) quieren financiar su propia integración regional así como una serie de proyectos sociales. Los gobiernos de Brasil y Argentina defienden un proyecto neodesarrollista de apoyo a la expansión regional de empresas capitalistas, basado en el modelo de la construcción europea en la que dominan los intereses del gran capital. Los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia se inclinan a dotarse de un instrumento de financiamiento de políticas económicas, sociales y culturales que rompen con la lógica de la búsqueda de la ganancia para aplicar los diferentes pactos que garantizan los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
El funcionamiento futuro del Banco del Sur no está decido aún, por ejemplo en lo tocante a los derechos de voto de los países miembros o de la manera de rendir cuentas. El primer trimestre de 2008 debe aportar respuestas definitivas. Por otra parte, algunos países (Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela) se proponen también la creación de un Banco del ALBA.
Fuerte aumento de la deuda pública interna
Es necesario tomar en consideración una evolución reciente: la deuda pública interna está aumentando aceleradamente. Mientras que en 1998 la deuda pública interna y la deuda pública externa eran equivalentes, ¡en 2006 la deuda pública interna representaba el triple de la deuda externa pública [6]! Este fenómeno reviste una importancia capital: ya no es posible medir en el endeudamiento de los PED basándose solamente en el monto de su deuda externa.
El reembolso de la deuda pública es una carga muy pesada
Las últimas cifras publicadas por el Banco Mundial indican que el monto reembolsado por los PED a título de servicio de la deuda externa pública y privada se elevaba a 540 000 millones de dólares en 2006. Si tomamos en cuenta solamente el servicio de la deuda pública externa, cuya responsabilidad corresponde al presupuesto del Estado de los PED, este representó alrededor de 280 000 millones de dólares en 2006. Es cierto que el ratio de la deuda pública disminuye, pero el volumen del acumulado sigue progresando y los montos reembolsados aumentaron nuevamente en 2007 en comparación con el año anterior.
Más grave aún, si agregamos el servicio de la deuda pública, que también corre a cargo del presupuesto del Estado, alcanzamos la astronómica suma de 1 000 miles de millones reembolsados cada año por los poderes públicos a la vez por la deuda pública externa e interna. [7].
Aumento del endeudamiento de las empresas privadas
No hay que perder de vista el creciente endeudamiento de las empresas privadas de los PED. La deuda externa de las empresas privadas de los PED pasó de 664 000 millones de dólares en 2004 a 911 000 millones en 2006, o sea un aumento del 37% [8]. Desde que los países exportadores de materias primas empezaron a tener una situación financiera favorable, los bancos privados de los países más industrializados aumentaron sus préstamos a las empresas privadas de los PED. Los dos sectores privados que más se endeudan en los PED son los bancos y las empresas del sector de los hidrocarburos y las materias primas.
Hay que permanecer especialmente atento a esa evolución: los bancos privados de los PED obtienen préstamos en el Norte con bajas tasas de intereses y por lo general a largo plazo. Si la situación económica se degrada (lo cual es probable en los años venideros), existe el riesgo de que se produzca una serie de quiebras de bancos privados de los PED, como cuando las crisis financieras que afectaron a México en 1994-1995, a los países de sudeste asiático y Corea del Sur en 1997-1998, a Ecuador en 1998-1999 y Argentina en 2001.
La deuda privada actual de los bancos corre el peligro de convertirse mañana, si no se pone cuidado, en una deuda pública. Lo mismo sucede con el sector de los hidrocarburos y minas. Empresas privadas del petróleo, el gas y la minería se endeudan para desarrollar sus capacidades de producción con vistas a aprovechar los altos precios de las materias primas. Si caen esos precios, las inversiones realizadas gracias a los préstamos podrían resultar no rentables, lo cual impediría el pago de la deuda. Es por lo tanto primordial limitar y controlar ese endeudamiento.
Los fondos buitres atacan a los países más vulnerables
Los llamados fondos buitres son fondos de inversiones de carácter privado que, en el mercado secundario de la deuda, compran a muy bajos precios las deudas de los países pobres para recurrir después a la justicia con vistas a obtener el pago íntegro de las deudas nominales más los intereses atrasados. Esos fondos buitres se han apoderado ya de cerca de 1 000 millones de dólares como consecuencia de decisiones judiciales. La última de estas fue la pronunciada en abril pasado por la Alta Corte de Londres, que condenó a Zambia a pagar al fondo Donegal 17 millones de dólares por un crédito comprado en 1999 al precio de sólo 3 millones de dólares. Actualmente se encuentran en marcha no menos de 40 acciones judiciales contra 20 países, esencialmente en África pero también en América Latina.
La República Democrática del Congo totaliza 8 acciones judiciales, de los cuales 5 han desembocado ya en condenas contra el Estado congolés. Otro ejemplo, el fondo estadounidense Kensington está reclamando ante los tribunales estadounidenses 400 millones de dólares al Congo Brazzaville por una deuda comprada en 10 millones. En el estado actual del derecho y de la jurisprudencia hay fuertes probabilidades de que los jueces estadounidenses anuncien nuevamente una decisión favorable a esos fondos buitres.
Libor inestable
El Libor (London Interbank Offered Rate) es la tasa de interés que practican los bancos londinenses cuando se prestan dinero entre sí. Casi todos los préstamos con tasas variables concedidos a los PED se basan en el Libor. Los contratos de préstamos especifican que el interés a pagar es igual al Libor más cierto porcentaje. Por ejemplo, Libor + 3%. Si el Libor está al 4,5% el interés a pagar sube al 7,5%. Después de la crisis que estalló en agosto de 2007, el Libor ha estado muy inestable. Cuando los bancos pierden la confianza que debieran tener entre sí, el Libor se dispara.
Eso fue lo que pasó en septiembre, el Libor aumentó fuertemente antes de volver a bajar. Si se prolonga la crisis que comenzó en agosto, cosa que no es imposible, puede suceder que el Libor alcance una tasa mucho más elevada que la de ahora. En ese caso, pudiéramos encontrarnos ante la siguiente paradoja: una baja de las tasas en Estados Unidos combinada con un aumento de las tasas reales que pagan los PED debido al aumento del Libor. Eso obligaría a los PED a desangrar más fuertemente sus reservas para poder pagar una factura más elevada. Se trata de una posibilidad que no se puede excluir y que los PED deberían integrar a sus decisiones.
Aumento de los préstamos Sur-Sur y creciente papel de China
Bancos privados de varios países en desarrollo (China, India, Malasia, Sudáfrica) están concediendo cada vez más préstamos a gobiernos o empresas de otros PED. Los préstamos de los bancos públicos chinos al África están aumentando fuertemente. En 2004-2006, los bancos chinos prestaron a los PED 2 000 millones de dólares en el sector del petróleo y el gas [9]. China, así como la India, Sudáfrica y Brasil, están en busca de materias primas.
Es por eso que los bancos de esos países aumentan fuertemente sus préstamos para garantizar así su aprovisionamiento. Esos países buscan también vender sus productos y sus servicios a crédito a los demás PED. Los países más vulnerables corren el riesgo de caer en una nueva dependencia, que no será necesariamente mejor que la que ya existente hacia los países más industrializados. Para evitarlo, los préstamos Sur-Sur deben formar parte de una acción tendiente al fortalecimiento mutuo.
El Banco del Sur como primer elemento de una nueva arquitectura financiera internacional
Esto confiere un carácter más esencial a la construcción de una nueva arquitectura institucional internacional que debe dar lugar a la sustitución del Banco Mundial y el FMI por instituciones democráticas. El FMI y el Banco Mundial pueden resolver la crisis que están atravesando si los PED no se dotan de nuevos instrumentos alternativos. En efecto, en caso de una posible crisis financiera en los PED, podemos estar seguros de que el FMI volverá a la primera línea como prestamista del último momento. Aunque debilitadas, ambas instituciones prosiguen con su agenda neoliberal.
La construcción de esa nueva arquitectura exigirá la creación y fortalecimiento de mecanismos de integración regional Sur-Sur, la constitución de uno o varios Bancos del Sur que deberán coordinar sus esfuerzos, la creación de mecanismos de intercambios compensados [10] y solidarios entre PED. Estos últimos mecanismos ya están dando resultados muy interesantes, sobre todo en América Latina y en el Caribe: mejoras en la salud, en la seguridad energética (por ejemplo, Petrocaribe), en la educación, en la información (como el desarrollo de Telesur).
Se trata también de proseguir la acción a favor de la anulación de la ilegítima deuda pública, ya sea interna o externa, con vistas a liberar nuevos recursos para el desarrollo humano, que exige la satisfacción de todos los derechos humanos en su conjunto. Las iniciativas surgidas alrededor de la auditoría de la deuda desempeñan un papel fundamental.
Vivimos un momento inédito de la historia en el cual, paralelamente a la continuación de la barbarie, comienzan a tomar cuerpo una serie de alternativas a favor de los oprimidos. Esas alternativas deben recibir apoyo. La coyuntura es favorable para el fortalecimiento y la radicalización de dichas alternativas ya que los PED se encuentran en una posición de fuerza en relación con los países más industrializados. Las clases dominantes locales quieren aprovechar la situación en su propio provecho para fortalecer proyectos capitalistas que pueden presentarse bajo con el rostro de la integración regional (como los acuerdos de Chiang Mai en el sudeste asiático o el MERCOSUR en América del Sur) en un marco que favorece la búsqueda de la mayor ganancia posible.
Los pueblos y los gobiernos deseosos de un verdadero cambio no pueden conformarse con esos proyectos y tienen la posibilidad de ir aún más lejos, si saben aprovechar esta oportunidad histórica. Lo que se necesita es montarse a tiempo en el tren de la Historia para poder conducirlo por la vía de la emancipación.
[1] A pesar de lo anterior, una fuerte depresión caracteriza la situación económica de Japón: durante el segundo trimestre de 2007, el PIB disminuyó en un 1,2% como ritmo anual. Mientras tanto, los gastos de inversión retrocedieron en un 4,9% y el consumo familiar sólo progresó en un 0,3%, siendo estos dos parámetros son los principales motores del crecimiento. El índice Nikkei de la bolsa de valores está en baja. Los salarios están estancados y el desempleo aumentó. El crecimiento previsto para el conjunto del año 2007 se eleva a 1,7%, lo cual dependerá del buen comportamiento de las exportaciones que sirven de locomotora a la economía este año.
[2] Ver el dossier sobre el tema que aparece en el Financial Times del 18 de octubre de 2007.
[3] Esas mismas razones llevaron al gobierno tailandés a tomar medidas de control de los movimiento de capitales en 2006.
[4] «Currency Composition of Official Foreign Exchange Reserves (COFER), Fondo Monetario Internacional, según la última actualización consultada el 28 de diciembre de 2007. El monto de las reservas monetarias se calcula en dólares, principal moneda internacional de reserva, aunque las reservas incluyen también otros tipos de monedas como euros, yenes, libras esterlinas, francos suizos… Las reservas monetarias mundiales se distribuyen en 2007 de la siguiente manera: 2/3 en dólares, 1/4 en euros y el resto en otras monedas fuertes. Ver Banco de Pagos Internacionales, Informe anual 2007, Basilea, p.97). Documento accesible en.
[5] Estimado que establece el autor. Es muy posible que el monto sea más elevado aún pero resulta difícil precisar la cifra ya que la mayoría de los bancos centrales no publican cómo están repartidas sus reservas.
[6] World Bank, Global Development Finance 2007, Washington DC, p. 46. Documento disponible en PDF (5,4 Mo).
[7] Cálculo del autor. Ni el Banco Mundial, ni las demás instituciones financieras internacionales publican datos precisos sobre el pago de la deuda pública interna. Nuestro cálculo se basa en lo siguiente: según el Banco Mundial, en 2006 la deuda pública interna era tres veces superior a la deuda externa. En 2006, las tasas de interés para la deuda pública interna de los PED eran por lo general más elevadas que las tasas de interés para la deuda pública externa.
Sabiendo que el reembolso de la deuda pública externa de los PED representó alrededor de 280 000 millones de dólares en 2006, podemos estimar que el total de los reembolsos para la deuda pública externa e interna fueron superiores a la suma de 1 000 miles de millones de dólares en 2006. En 2007 los montos reembolsados fueron superiores a los de 2006.
[8] World Bank, Global Development Finance 2007, Washington DC, Tables, All Developing Countries.
[9] World Bank, Global Development Finance 2007, Washington DC, p. 44.
[10] Ver el tipo de intercambio establecido en 2006-2007 entre Bolivia, Venezuela y Cuba en los sectores de los hidrocarburos, la transferencia de tecnología, la salud y la educación.
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