El Movimiento Popular Democrático MPD, listas 15, frente a los acontecimientos sociales y políticos que vive país expresa lo siguiente:

1. Nuestra preocupación por el alejamiento, cada vez más evidente, del proyecto de cambio por parte del gobierno de Rafael Correa. El gobierno está siendo copado por sectores de derecha, que favorecen a poderosas transnacionales y sectores oligárquicos, al tiempo que no se atienden las necesidades de las mayorías como el alto costo de la vida y el aumento del desempleo. Los proyectos de ley que Ejecutivo quiere imponer en la Asamblea tienen aspectos antidemocráticos, anti populares y abiertamente neoliberales.

El MPD, coherente con su política de izquierda revolucionaria, expresa su INDEPENDENCIA frente al gobierno nacional. La mayoría de ecuatorianos que votamos por su reelección, lo hicimos para que el cambio avance y se profundice, no lo hicimos para que se intente restaurar el neoliberalismo. Exigimos del gobierno rectificaciones urgentes que demuestren una actitud consecuente con el proceso de cambio.

2. El MPD ratifica su apoyo a las acciones de lucha que emprenden las organizaciones populares en defensa de la vigencia del proyecto de cambio. Nuestra acción estará en las calles y plazas del Ecuador solidarizándonos con el PARO de la UNE, con la lucha indígena, estaremos en las movilizaciones de los universitarios, los pequeños comerciantes, trabajadores, campesinos, pobladores de los barrios, en todas las manifestaciones populares exigiendo la vigencia plena de los derechos consagrados en la constitución, defendiendo la soberanía nacional, por la transformación de la educación, por el derecho humano al agua, por salarios dignos, por la autonomía universitaria, por la convocatoria a consulta popular para aprobar el código de ordenamiento territorial.

3. Resulta incoherente e inconsecuente la actitud del gobierno nacional contra el movimiento popular organizado. Los trabajadores y los pueblos reclaman soluciones a sus demandas, lamentablemente el gobierno responde con insultos y represión. Intenta desprestigiar y dividir a las organizaciones populares, persigue y descalifica a sus dirigentes, reprime su movilización. En una actitud prepotente y autoritaria, propia de la derecha, cancela maestros, encarcela a más de cien estudiantes y profesores, califica a de terroristas, pelafustanes, locos y mafiosos a los maestros, indígenas, estudiantes, sindicalistas. Los sectores progresistas, democráticos y de izquierda condenamos la represión y exigimos soluciones a las demandas populares. Advertimos que la existencia de ejecuciones extrajudiciales, con el pretexto de combatir a la delincuencia, pueden ser peligrosos antecedentes de nuevos niveles de represión.

4. Recordamos que el proceso de cambio que vive el Ecuador es fruto, de manera principal, de la lucha de los sectores organizados del pueblo contra el neoliberalismo y la dependencia extranjera. Décadas de movilización popular resistieron la política neoliberal, ese acumulado permitió la victoria electoral de Rafael Correa y la derrota de la derecha en el 2006. Fue la acción, en las calles de los sectores populares organizados, contra los Tribunales Electoral y Constitucional así como contra el viejo Congreso, la que permitió la convocatoria a la Consulta Popular para iniciar el proceso constituyente. La Nueva constitución aprobada en Montecristi y ratificada por la votación popular, es consecuencia también, de una intensa movilización de las organizaciones populares y de sus propuestas programáticas. EL CAMBIO NO ES PATRIMONIO EXCLUSIVO DE UN CAUDILLO, EL CAMBIO VERDADERO SOLO PUEDE SER OBRA DE LAS MAYORIAS POPULARES.


DIRECTIVA NACIONAL

MOVIMIENTO POPULAR DEMOCRATICO M.P.D

28 DE SEPTIEMBRE 2009

Arrogancia, insultos, persecución y asesinatos: la “revolución ciudadana está en marcha”

Desde que a Rafael Correa se le ocurrió que “radicalizar la revolución ciudadana” significaba tratar de destruir la organización popular, atentar contra la estabilidad y derechos de los trabajadores, elitizar la educación superior, despedir a maestros para colocar a incondicionales a su gobierno, salvar a la banca privada a través de los fondos del IESS, continuar endeudando al país a través de nuevas modalidades como el factoring petrolero, etc., la repuesta ha sido la movilización progresiva, el paro, la lucha callejera. A medida que la tozudez del régimen trata de imponer, por la fuerza, sin participación, sino con insultos y persecuciones, medidas que en nada se diferencian al neoliberalismo, la acción de los pueblos se radicaliza.

Como en los peores días de “la larga y oscura noche neoliberal” a la que el presidente Rafael Correa dice combatir, las armas del Estado nuevamente apuntan y asesinan a los pueblos.

La prepotencia, el engaño, la arrogancia de un Presidente que ha perdido toda proporción de lo que significa haber sido elegido por los ecuatorianos para transformar el país, ha provocado un ambiente de conmoción social en el que ni los maestros, agremiados en la UNE, ni los trabajadores y sus centrales sindicales, ni los estudiantes secundarios y universitarios en sus organizaciones gremiales, ni los catedráticos de las universidades públicas, ni los comerciantes minoristas, ni los campesinos, etc., están dispuestos retroceder. Se trata de la defensa de un proyecto de transformaciones que no se inició ayer, sino que se ha venido construyendo con la lucha de los pueblos.

De nada sirven ahora las sonrisas burlonas del primer mandatario, ni los llamados desesperados a deponer los paros indígena y de la UNE, que se han constituido en paros del pueblo, de nada sirve la multimillonaria campaña mediática si no existe la voluntad firme de cambiar, de hacer protagonistas de la acción del Estado no a los representantes de la vieja partidocracia, reciclados ahora como dirigentes de la “revolución ciudadana”, sino a los pueblos.

La bala y la injuria, la judicialización y criminalización de la protesta y de los dirigentes, no harán que el rumbo de la patria nueva y el socialismo se aleje.