La simulación y la demagogia campean por todo el país, ante la incapacidad de la clase política para superar las consecuencias de tres décadas de crisis social, política y económica. De ahí que cada vez surjan más voces pidiendo se refunden instituciones y organismos diversos, como si de esa forma pudieran superarse las consecuencias de una forma de ejercer el gobierno de espaldas a la sociedad nacional.
Ahora hasta el gobernador de Coahuila se suma a quienes demandan refundaciones, suponiendo que así se podrían sortear problemas estructurales que influyen en el agravamiento de una realidad que se antoja muy peligrosa, por la suma de situaciones adversas.
El gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, anunció su retiro temporal de la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), la cual llevó a cabo su 37 reunión en la ciudad de Durango. Dijo: “La Conago es una organización donde nos esforzamos los gobernadores porque nos hagan caso, pero tal parece que nos agarran de choteo los de la federación, por eso considero que hay que refundarla”. Afirmó que “ya se burocratizó”, y que los acuerdos que se toman para mejorar el federalismo “solamente quedan en buenas intenciones”.
No podía ser de otra manera, teniendo en cuenta que la clase política trabaja no para servir a la sociedad, sino para servirse de las posiciones que ocupan sus integrantes con la única finalidad de fortalecer y ampliar cuotas de poder. En tal sentido, Moreira se queda corto, pues la Conago no sólo se burocratizó, sino que se constituyó en un organismo muy costoso, absolutamente prescindible. Se pervirtió su función en tanto que no ha contribuido a fortalecer un auténtico federalismo, sino a simular que lo hay, pues en los hechos las poblaciones tienen ahora menos posibilidades de hacer oír su voz en el centro, debido a que los mandatarios estatales, con alguna que otra excepción a la regla, se dedican en cuerpo y alma a favorecer sus propios intereses.
Esto no significó un avance democrático, sino todo lo contrario, como lo demuestra la perversión del espíritu y la letra del artículo 115 constitucional. El municipio libre es ahora un sueño guajiro porque los gobernadores son amos y señores en sus estados. Las atribuciones federalistas que tenía el gobierno federal fueron descentralizadas, pero no a favor de la sociedad, sino de los mandatarios estatales, lo que resultó una aberración institucional que ha tenido funestos resultados. En consecuencia, no basta con la refundación de la Conago para corregir una situación nada favorable a la ciudadanía, pues lo que se requiere es una cirugía mayor, es decir, una profunda reforma del Estado.
Y llevarla a cabo no sería posible en las actuales circunstancias del país, cuyo común denominador es la crisis generalizada, provocada por la terquedad del grupo en el poder en servirse del mismo con una finalidad patrimonialista. De ahí que los problemas estructurales se agraven cada día que pasa, y lo más que hace la clase gobernante es tapar hoyos aquí y allá, recurriendo a la más rancia demagogia para tratar de engañar a la población. Lo ha conseguido en alguna medida, gracias al costosísimo empleo de los medios electrónicos, pero ante un evidente agravamiento de tanto problema, situación que se complicará en este 2010: la táctica nazi de mentir todo el tiempo para que las mentiras se conviertan en “verdades” dejará de tener eficacia.
Otra sería la situación si el país no estuviera tan polarizado, no hubiera el profundo divorcio entre gobernantes y gobernados que caracteriza al México de nuestros días. Por eso, lo razonable sería sentar las bases de una nueva y más fructífera relación entre los ciudadanos y la clase política, con una finalidad verdaderamente democrática, cosa que se antoja una utopía por ahora, teniendo en cuenta que a la oligarquía no le interesa que se llevaran a cabo tales avances. Por eso, mientras no haya cambios de fondo en la actual correlación de fuerzas políticas, lo que seguirá imperando en el sistema político será la demagogia y la simulación, como las que se viven en organismos como la Conago.
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