El sustento de la detención del Presidente Nacional de la FEUE Marcelo Rivera junto a los dirigentes Luis Centeno y Fernando Agurto, cada vez se va quedando sin fundamentos.
Las persecuciones contra los dirigentes que defienden y reclaman el cumplimiento de los derechos estudiantiles, como una educación gratuita y de calidad, bajo acusaciones de terrorismo, destrozos a los bienes públicos, e incluso de atentar contra la vida del Rector de la Universidad Central del Ecuador, han causado un profundo daño a quienes injustamente fueron privados de su libertad, el pasado 8 de diciembre de 2009, en un intento fallido de desarmar al movimiento estudiantil, que en lugar de debilitarse, como lo ha esperado la corriente gobiernista, se ha visto fortalecido y con más ganas de continuar, sin desfallecer.
Después de las investigaciones pertinentes, sobre los sucesos ocurridos en los predios universitarios en la mencionada fecha, que evidencian la inocencia de los estudiantes detenidos, el resultado fue expuesto de manera contundente por los abogados defensores ante la Jueza Décima de Garantías Penales, Noemí Santillán, en una tercera Audiencia de Formulación de Cargos, lo cual trajo como consecuencia que se ordene la inmediata libertad de Fernando Agurto y Luis Centeno, no así de Marcelo Rivera, a quien se lo llamó a juicio, pero cambiando el cargo inicial de terrorismo al de asociación ilícita.
“Pienso que es una primera victoria el que ya hayamos salido nosotros, porque se acaba de caer todo el argumento legal y jurídico que tenía la parte acusadora, sobre el terrorismo y la asociación ilícita, contra Marcelo Rivera. Ante esto, más allá de lo jurídico, la palabra Solidaridad es fundamental, y las diferentes organizaciones sociales y políticas han venido aplicándola al exigir la liberación del Presidente nacional de la FEUE, pues Marcelo es un compañero firme en su convicción, y su libertad será una victoria política para los estudiantes”, expresa Luis Centeno, estudiante universitario.
La acostumbrada actitud del presidente Rafael Correa de desacreditar la imagen de quien esté en desacuerdo con él, ha ratificado su intolerancia a los movimientos populares. “El gobierno tiene un carácter de clase, reflejado en la represión y la persecución a los líderes populares, hoy con el intento de criminalización de la lucha social, incorporando el terrorismo como un elemento para juzgar a los revolucionarios. Pero de ninguna manera vamos a declinar en la consecución de estas victorias, pues la lucha social es algo fundamental para el desarrollo de los pueblos, y eso es algo muy importante para nosotros”, manifiesta Centeno.
Los intentos fallidos de dividir al movimiento estudiantil se han visto debilitados, “no se han dado cuenta que quienes hacen la FEUE son los cuatrocientos mil estudiantes, que son parte del pueblo, y que cuando nos encarcelan no anulan el movimiento, por el contrario, nos fortalecen. A pesar de todos los esfuerzos que ha hecho el gobierno por neutralizar a todas aquellas personas que se pronuncian por un verdadero cambio en nuestro país, seguimos luchando por nuestros derechos y también para que Marcelo salga libre. Yo pienso que nadie que tenga este anhelo de mejores días puede ser catalogado como terrorista, ya que en cada uno de nosotros existe un germen revolucionario que se ha cultivado”.
Tras casi dos meses de haber permanecido detenidos en el Centro de Detención Provisional (CDP), este joven y sus compañeros no han desistido de luchar en busca de una universidad para el pueblo. “Un elemento que nos ha marcado durante este tiempo fue la afirmación en nuestra política, lo fundamental para nosotros es seguir luchando y trabajando, nunca hemos pensado en dar un paso atrás, y esa misma afirmación nos ha contribuido también al hecho de aprovechar el tiempo y de mantenernos siempre al tanto de lo que sucedía en la política nacional, sabiendo que hay una organización que nunca nos ha dejado solos. Llega un momento en la vida del revolucionario en que necesita a la organización, necesita de la revolución, porque ahí uno se siente vivo. Por eso, aun estando presos nos sentíamos libres”.
Con ese sentimiento de libertad, acompañados de un conocimiento del acontecer nacional, los jóvenes universitarios continúan luchando, sin miedo a las acciones tomadas por los sectores que impiden el desarrollo de una universidad para el pueblo, siempre dispuestos a darlo todo por aquello en lo que creen.
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