24-12-2010
1. Un nítido ejemplo de corrupción adentrada hasta el tuétano del candidato a presidente, Luis Castañeda Lossio está constituido por el registro, el año 2004 hasta el 2020, de la denominación o marca “Hospital de la Solidaridad” en el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI), no sólo con el nombre inductivo de su partido político “Solidaridad Nacional” sino también como propiedad de un subalterno suyo, el cirujano plástico Luis Isael Rubio Idrogo, funcionario público de la municipalidad limeña, lo cual tiene que ser necesariamente por precio, que incluye licencias de funcionamiento como trasiegos y entrega de espacios públicos gratuitos: parques, calles y alamedas para su instalación. ¡Se pasó el nada ingenuo mudo!
Engañó a la población, además, por varios años que se trataban de nosocomios del municipio limeño, cuando en realidad los derechos de esa marca a exclusividad pertenecen al médico citado. Nunca se supo este link tenebroso; su conocida mudez nos la ocultó por dilatado lapso, por lo que me quedé pasmado al escuchar la tibia y endeble revelación que hizo doña Susana Villarán, enterada de semejante viveza en el proceso de transferencia de funciones. Mi pasmo fue doble cuando la escuché decir sin reproche que ha pedido que “arreglen eso”, cuando lo esperado es su denuncia y que la justicia se haga cargo.
2. El médico en cuestión es un funcionario público de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Actúa en pared con Luis Castañeda desde el desaparecido IPSS que también jefaturaba. Es el actual Director del Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL) que el municipio creó el año 2003, cuando adaptaron camiones y plataformas de trailers abandonados para convertirlos en los llamados hospitales de la solidaridad.
El SISOL es un organismo público de la Municipalidad de Lima. Se encarga de proveer la infraestructura necesaria para ofertar servicios de salud a bajo costo, los cuales están totalmente entregados a terceros: médicos y empresas privadas; es decir, ningún servicio es propio del municipio. Busca, selecciona y alquila inmuebles donde se implementan los diferentes servicios.
Por ejemplo, por Resolución Directoral N° 014-2005-SISOL/MML, de 23 de marzo 2005, firmada por el citado Director Ejecutivo del SISOL, Luis Isael Rubio Idrogo, se exonera del proceso de selección respectivo, el alquiler del inmueble de la Av. Angamos Este N° 714, Surquillo, para el funcionamiento del hospital solidario de esa jurisdicción, a un costo superior a S/. 9,000.00 nuevos soles mensuales. Igualmente, todo el personal de funcionarios y empleados administrativos del SISOL están a su cargo, así como la selección de los profesionales médicos y empresas privadas que brindarán los servicios de salud. La búsqueda y contratación están a su arbitrio o antojo, tal como la escogencia de todo tipo de proveedores de medicamentos y demás de todos los hospitales de la solidaridad.
3. Siendo un funcionario público este médico chotano Rubio Idrogo, financiado por el SISOL que dirige por nombramiento de Castañeda, resulta inexplicable que la denominación Hospital de la Solidaridad la haya registrado en el INDECOPI a su nombre y no al de la Municipalidad de Lima, registro particular que se extiende hasta el año 2020.
Como funcionario municipal viaja por todo el país en su ansia de crear sendos hospitales de la solidaridad en diversas ciudades, cuyos locales están sujetos a la misma franquicia y al pago por su uso, con lo cual Castañeda ha hecho de su funcionario a sueldo un franquiciante que venda o alquile sus derechos y hasta prohíba su uso, por todos los lugares donde hará su campaña a la presidencia ofreciendo los cuestionados “hospitales de la solidaridad”.
La propia alcaldesa de Lima, Susana Villarán estará en la incapacidad de proseguir los servicios de salud de estos nosocomios si no paga esta franquicia al médico bifronte: por un lado, funcionario público a sueldo; y, por otro, franquiciante o dueño de una marca registrada en INDECOPI como suya hasta el año 2020, gracias a la mudez y beneplácito de Castañeda, pretensor impúdico de la presidencia del país.
¿Cuánto ha pagado él por el uso de esta franquicia en todos los llamados “hospitales de la solidaridad”, que realmente no son hospitales sino policlínicos? Si tomamos en cuenta que el tercero que brinda el servicio se lleva el 70% de una consulta médica y la municipalidad el 30%: ¿permite este reparto antojadizo arreglos bajo la mesa que doña Susana Villarán tendrá que soportar coparticipando? ¿o pagará la franquicia a su fraudulento dueño? Ya notaremos la respuesta.
4. ¿Serán socios Castañeda Lossio y Rubio Idrogo en la “Escuela Internacional de Posgrado-ESIP” que brinda servicios educativos de nivel de posgrado con el Programa de Maestría en “Gerencia de los servicios de la Salud”, cuyas 30 vacantes del Ciclo I y 30 del Ciclo II sean para perfeccionar el método de registrar marcas en INDECOPI siendo funcionarios públicos?
Por Resolución N° 208-2010-CONAFU del 8 de abril del 2010 el cirujano plástico de marras ha conseguido autorización de funcionamiento de esta escuela de posgrado sin tener universidad. El CONAFU le ha encontrado resquicio legal, como Castañeda para su franquicia en INDECOPI. ¡El mutismo no impide logros ilícitos!
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