¿Será verdad que la Gerencia de Administración y Finanzas de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos a cargo del funcionario Marco Zapata Euribe está dando prioridad a una determinada marca de impresoras térmicas para un documento vehicular que sólo vende el consorcio conformado por dos empresas Salmón & Salmón y Polysistemas? De ser cierto, pareciera ser que ¡a río revuelto, ganancia de gerentazos!
Veamos. Según las magníficas y siempre atentas fuentes, el requerimiento de compra corporativa de siguiente formato postulado por Sunarp, específicamente por la gerencia aludida líneas antes, privilegia la información y garantía de las impresoras térmicas y no pregunta por la hoja de vida o desempeño público de las empresas, peruanas o extranjeras, que fabrican el documento vehicular.
¿Y de qué impresora térmica hablamos?: se trata de la marca Fargo y modelo HDP5000 que en Perú, por expresa designación de su fabricante vende en forma exclusiva, excluyente y directa, el consorcio Salmón y Salmón y Polysistemas.
El consorcio Salmón & Salmón y Polysistemas fabrica las licencias de conducir con material PVC cuya durabilidad es apenas de 2 a 3 años, cuando debiera garantizar, como las licencias que compra en Lima el MTC, ¡un mínimo de 10 años!
¿Cómo se explica que el requerimiento de compra corporativa de siguiente formato –como reza la fórmula de Sunarp a sus proveedores- privilegie el documento vehicular con material PVC más caro, menos duradero y suministrado para que trabaje con la impresora térmica Fargo HDP5000?
Cualquier buen lector encontraría que se está produciendo un cornering, es decir el achicamiento de opciones para que se compre sólo a determinados postores o a un consorcio con nombre propio. Como en cualquier país bananero: una licitación con dedicatoria.
Pero el PVC es más caro. Por ejemplo, la Región Arequipa compra las licencias de conducir al precio unitario de S/ 4.75 soles cada una y si el requerimiento fue de 140 mil, entonces lo gastado fue S/ 665,400. El MTC en Lima y Callao pagó por cada licencia de conducir (con garantía de 10 años de duración) la suma de S/ 1.786 c/u, es buen castellano, la Región Arequipa pagó una escandalosa demasía de ¡S/ 250 mil soles! ¿Cómo se llama a estos desequilibrios?
A estas alturas el lector estará preguntándose con preocupación si hay otros ejemplos tan abominables como el anterior en otras partes del país y es menester recordar que según los documentos oficiales de las Regiones acontece lo propio y con un único proveedor Salmón & Salmón y Polysistemas en Arequipa, Junín, Cusco, Cajamarca, Lambayeque, entre otras ciudades importantes.
No hay la menor duda que el señor Marco Zapata Euribe responsable, encargado o comisionado de la Gerencia de Administración y Finanzas de la Sunarp tendrá la cortesía de informar a la opinión pública de cómo es que se estaría produciendo un proceso con dedicatoria hacia un solo consorcio y bajo la plataforma de condiciones que sólo ellos podrían proveer y privilegiando no la fábrica del documento vehicular sino la marca y modelo de las impresoras térmicas Fargo por la simple razón que sus insumos son más caros y los sustratos que usan también, por tanto el producto, el documento vehicular, deviene en, también, más caro. ¿Y quién paga?: el usuario. ¿Y quién o quiénes ganan?: los que están metidos en el carnaval con nombre propio.
Menos de tres son los meses en que esta administración, de la que son funcionarios todos los de Sunarp, tendrá que dejar su puesto para ser ratificados o expectorados y enjuiciados ante los tribunales y encausados, si ha lugar, ante el Congreso. ¿Por qué tanta celeridad en adjudicar procesos y en perjuicio evidente para los ciudadanos que son los que al final sufragan los sobrecostos mañosos y fabricados por maniobras dolosas?
No hay duda: ¡A río revuelto, ganancia de gerentazos!
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