14-3-2013

Leo, en la portada de RPP (ignoro qué "piensan" sus editores), que un grupo de "hinchas" se ha organizado en Facebook para no dejar dormir el próximo 21 a la selección chilena de fútbol. ¿Dónde se gana la justa, en el campo de juego o en la estupidez bestial de unos mentecatos? Los precedentes de actitudes bárbaras contra peruanos en Chile, NO justifican, de ninguna manera, que aquí imitemos malos ejemplos propios de gorilas u orangutanes.

La palabra Chile en Perú representa o saca chispas porque el país del sur nos planteó una guerra de expoliación y rapiña entre 1879-1883, nos enajenó tierras y hace poco estuvimos contendiendo públicamente en la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Para no pocos cretinos, una forma o deforma de vengar los sucesos del siglo antepasado, consiste en "castigar" por falta de sueño a unos deportistas provenientes del sur. La impostura no puede ser más grosera y antihistórica.

¡No se juega el destino geopolítico y progresista de millones de peruanos, casi o más de 30, en un torneo deportivo! ¡De ninguna manera! Los límites son -o deben ser- clarísimos: se gana con goles y el equipo que los convierta en guarismos hacia su favor, será el vencedor de la justa. ¡Y punto! Tampoco se trata de desdeñar el componente psicológico que siempre provoca aquí cualquier delegación chilena, pero en tiempos actuales, representa un deber, elevar cualquier cotejo de fuerzas, a los planos del desarrollo industrial, económico, financiero, gasífero y marítimo y de inteligencia y productividad.

Hemos dicho con singularidad e imbatible modestia:

"Perú no está compelido a dar respuesta a ninguna otra nación. Tiene sí que construir la unidad nacional en torno a intereses soberanos comunes y en la procura de un desarrollo enérgico, científico, con justicia social y reparto democrático de la riqueza, para sus 30 millones de habitantes. PERU TIENE QUE RESPONDERSE A SI MISMO y esa circunstancia está pendiente desde 1879, año de la aciaga fractura que representó la guerra de rapiña que nos planteó Chile.

Las circunstancias de librar batalla jurídica, al margen del resultado en La Haya, plantean el dulce y fragoroso reto de comprender que ¡por fin! hay una posibilidad de sintonizar al cuerpo social peruano en torno a intereses comunes, imprescindibles y unificadores. Por tanto Perú, su Estado y cualquier gobierno, tienen que responder a su colectivo ciudadano que son todos los peruanos e ingresar con moderna estampa al reto contemporáneo de la paz y la complementariedad con los otros Estados latinoamericanos." (Perú, su propia Respuesta*
http://perusupropiarespuesta.com/peru-su-propia-respuesta/

El fútbol, ese deporte al que llaman de masas, sólo en rarísimas ocasiones brindó al Perú la felicidad triunfadora de lauros bien merecidos: 1936 y los muchachos que humillaron a Hitler; 1970 y la selección que clasificó eliminando a Argentina con los inolvidables goles de Cachito Ramírez y muy pocas veces más. ¡Perú no es un país en que el fútbol constituya arte y gloria! Es todo lo contrario, pero de eso los periodistas especializados, si son justos y objetivos, pueden hablar mucho más.

Deleznable, por donde se mire, la "iniciativa" de atormentar el descanso a unos deportistas a quienes sólo inquieta vencer las piolas de su ocasional contendor y llevarse, de visita, los puntos a su casa. Los de aquí necesitan lo mismo, con la ventaja de ser locales. He allí el reto, ganar en buena ley y con enorme espíritu de lucha en el campo de juego. Mezclar las cosas representa una salida palurda y plena en cinismo.

Por tanto, a los "hinchas" que se han conjurado para no dejar dormir a los chilenos, habría que instarles a una reflexión firme y profunda: a Chile hay que ganarle en otros ámbitos mucho más importantes que un ocasional partido de fútbol. ¿No es acaso verdad que somos un país con 30 millones de habitantes, todos los ecosistemas del mundo, biodiversidad más que rica, ingenio feraz y una historia que se remonta a conjuntos humanos capaces de lograr ingeniería en acueductos, andenes en los cerros y justicia social con expansión territorial hasta Chile y Argentina? Según voces autorizadas, las civilizaciones que habitaron Perú representan instantes sublimes de la humanidad. ¿Vamos a reducir todo eso a 90 minutos?

Cuesta entender que una casa noticiosa como RPP dé cuerda a esta clase de estropicios que no construyen absolutamente nada. Se trata de "no dejar dormir" a jugadores foráneos. ¿No sería mejor alentar con viva fuerza a los nuestros para que llenen el arco contrario de goles, sin miedos o pusilanimidades acomplejadas?

La capacidad de estupidez en Perú tiene cuotas muy altas. Tradicionalmente en la política está el paroxismo de yerros y absurdos. Pero en el deporte -y gracias a unos poco ingeniosos "hinchas"- vemos también esta clase aberrante de comportamientos. ¿Hasta cuándo? No lo sé.
Sí sé que los noticieros no deberían ¡siquiera!mencionar o dar cabida a esta desnaturalizada forma de hacer "deporte".

Y de seguro no faltarán los aventureros lanzadores de insultos de toda clase y laya. Bienvenidos, los espero. Confío en que puedan responder a esta humilde pero enérgica reconvención.

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¿Hinchas o bestias?
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