26-10-2013
Los jugosos millones de dólares son de mi generoso y desprendido amigo judío, Josef Maiman; los costosos inmuebles, en Casuarinas y Surco, Lima, Perú, pertenecen a él y nadie más que a él, pese a que nunca los ha visto, porque con plata de él, traída allende los mares (de Suiza: cuenta ‘madre’ (N° H 189782AA), en el LGT Bank, a Panamá, luego a Costa Rica y por fin a Lima), se han pagado; pero, eso sí, se adquirieron los bienes, el 31-7-2012 y 20-8- 2012, a nombre de mi útil suegra, Rose Fernenbug, de 88 años, así consta en las sendas escrituras públicas y su inscripción en los Registros Públicos de Lima.
A estos incuestionados títulos mi amigo judío no ha tenido acceso, ni siquiera se menciona en ellos su sagrado nombre. ¡La bondad israelí primó, con un menesteroso expresidente, nacido pobre, pero recipiendario de millones y de frecuentes viajes al exterior, en primera clase, como corresponde a su nivel!
Comoquiera que mi instrumentada suegra está próxima a morir y lejos, heredará su única hija, Eliane Karp, para quien, según declaró a la prensa, la nacionalidad peruana no le era ni es necesaria, y con quien compartiré gustosamente esos lujosos inmuebles, pues ambos gozamos con fruición de la francachela en espacios amplios, por agorafilia o claustrofobia. Cuando mi idolatrada esposa, o sea, mi consocia, muera, heredará nuestra hija Chantal, no Zaraí, por ser un inmueble que por herencia le llegó del cielo a Eliane.
Para el entonces, también Maiman, octogenario y achacoso como está, habrá muerto, pero los inmuebles seguirán como el cónyuge supérstite. La comisión de fiscalización se habrá cansado de mis mecidas, tendrá además otros integrantes, aunque el pueblo peruano enterado no me perdone jamás. La fiscal provincial penal, que ve el lavado de activos, seguirá perdida en la urdimbre de empresas de fachada montadas, como Ecoteva Consulting Group, Ecostate Consulting y Milan Ecotech, etc, que no producen ni alpiste, ni venden nada, pero manejan nuestros millones de dólares, a nombre de cualquiera que pasó por la mira del notario costarricense, Melvin Rudelman y que con atrevida ignorancia, por un sencillo, nombraron a mi suegra, el 21-1-2012, presidenta del directorio de Ecoteva, lista para actuar, lavando.
Veamos parte del iter criminis fáctico. Viaje de Toledo a San José de Costa Rica el 19-1-2012; forma la empresa de fachada el 21-1-2012, con 2 modestos accionistas con 3 dólares de capital, siendo Eva Fernenbug designada presidenta del directorio; reunión entre Toledo y el notario Rudelman que la constituye; Eliane Karp busca inmuebles para comprarlos, llamando por teléfono a Lima; suegra de Toledo otorga poderes por escritura pública hasta en tres ocasiones al abogado David Eskenazi Becerra, quien en Lima actúa a nombre de ella (mueve todo el dinero y perfecciona las compras); 31-7-2012, se compra e inscribe en Registros Públicos de Lima la mansión de Las Casuarinas, por $ 3’750,000.00 dólares, pagados al contado (no hay hipoteca legal alguna); 20-8-2012, compra de la oficina, tres estacionamientos y un depósito por 937,400 dólares; también se pagan dos hipotecas, por deudas inmobiliarias de Toledo y esposa.
¡Cuatro inmuebles saneados con el mismo dinero de Ecoteva, que servirán a Toledo, Eliane y Chantal, pero no a Maiman, ni a la pobre suegra Fernenbug! ¡Si esto no es lavado de activos, delito, cuya Ley 27765 promulgó Toledo el 2002, habrá que condecorar al cholo sagrado por su proeza criminal no descubierta o apañada!
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