28-1-2014

Llevamos a juicio ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya a Chile y ayer fuimos enterados del fallo. Siempre hay descontentos porque el veredicto no satisface a todos, se gana, se pierde, se comparte. Pero una clave del asunto es que el resultado es inapelable, por lo menos en cualquier juzgado del mundo.

Las múltiples opiniones y críticas sobre el resultado son material interno que merece esclarecimiento. ¿Cómo así adquirió preponderancia el Hito 1? ¿cómo es que se estimó que en 1954 se reconoció la frontera marítima? ¿por causa de qué nuestro equipo jurídico y diplomático fue incapaz de sortear el gravísimo escollo? ¿no fueron decisivas en esta consideración las claudicantes actas firmadas por Javier Pérez de Cuéllar como secretario general de Torre Tagle en 1968-69?, entre otros cuestionamientos que serán insumo de un fiero debate nacional.

Entre las primeras medidas es posible sugerir la urgencia que se dé las gracias al equipo de La Haya, embajadores, diplomáticos de todos los niveles, asesores, etc. y se les deje descansar lo antes posible. ¡Es hora de la renovación en Cancillería y el arribo de hombres y mujeres jóvenes que deben demostrar su valía en las próximas horas difíciles que afrontará la Nación!

¿Queríamos un fallo? ¡Ya lo tenemos! Para algunos ha sido catastrófico y el daño a nuestras costas y pescadores artesanales un crimen irreparable. Para los hagiógrafos irredentos como gran parte de los que ayer estuvo en radio, televisión y diarios, la victoria ha sido grandilocuente y mayestática, términos que no se condicen, luego de un análisis prolijo, con la realidad. Pero siempre se dijo que había que exigir el acatamiento y cumplimiento ipso facto del fallo, muy bien, es hora de actuar, así de simple.

En mensaje enviado por el embajador Manuel Rodríguez Cuadros, subraya la siguiente aserción: "Y el mapa cambió a favor del Perú. De 66,680 km2 en disputa, el Perú ha ganado 50,284 Km2. El 75.4% del espacio marítimo en disputa. Un enorme éxito para la Nación."

¿Termina nuestra difícil vecindad con Chile luego del fallo de La Haya? Sospecho que recién comienza otro capítulo más complicado aún y que debe incluir el reconocimiento de lo señalado en La Haya como nueva frontera marítima y eso comporta un fino entendimiento y, sobre todo, buena voluntad para hacer las cosas. ¿Debe Perú parar? Estoy cierto que ¡de ninguna manera!

Hemos sugerido en textos anteriores, como por ejemplo en: Perú y su respuesta pendiente desde 1879 http://www.voltairenet.org/Peru-y-su-respuesta-pendiente?var_mode=calcul
lo siguiente:

"Desde aquel año cuando Chile país con el que no teníamos límites de ninguna especie, nos declarara la guerra que culminó en la quiebra y la fractura integral más luenga de la historia, Perú, su Estado, sus diferentes gobiernos e instituciones, tienen pendiente un asunto a sí mismos. ¡No al sur o a ningún otro punto cardinal: Perú se debe una respuesta integral, propia, crítica, exigente, raigal y constructiva!

Sólo dos términos conmueven el espíritu nacional hasta la fibra más íntima: los sismos que nadie puede predecir o en su intensidad u ocurrencia y cuanto se refiera a Chile hoy en contienda jurídica con Perú porque hemos llevado a los del sur a la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Y este año en su último tramo se verificarán las audiencias sobre el contencioso marítimo.

Ser precisos y sinceros constituye la plataforma príncipe sobre la que el país debe mirar en pro de resolver y conjurar el pasado para hacer de hoy el porvenir que la Nación ambiciona en paz, con desarrollo e integración social en lo interno y complementariedad paciente y decorosa con los vecinos del sur y bajo la premisa que no hay otra forma que ceñirse a la vieja conseja: la unión hace la fuerza.

Ignorar, por desconocimiento, falta de información, estupidez o complicidad con los potenciales invasores, lo que está en juego, sólo puede atribuirse a una capacidad auto-destructiva de la cual hay múltiples demostraciones a lo largo de la historia republicana. A ese fenómeno auto-liquidador, las castas dirigentes blancas, endogámicas, atiborradas de estulticia cretina, también han agregado la especie de la “amnesia popular” porque los pueblos no “recuerdan”. ¿Qué podrían rememorar millones de peruanos con el bombardeo sangriento de idiotez masiva que se expone en radioemisoras, canales televisivos y diarios impresos?."

Es hora de levantarse por encima de circunstancias episódicas, por desagradables y nefastas que sean. Ha llegado el momento de continuar la pelea por un Perú libre, justo y culto. Si eso no lo entienden los escogidos y publicables, los atornillados desde hace largos lustros en los mandos diplomáticos, burocráticos, partidarios, del país ¡qué pena! Habrá que arrasarlos y pasarles por encima la voluntad popular que necesita y exige su Propia Respuesta.

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