En presencia de los diplomáticos estadounidenses al mando de las operaciones, la Suprema Rada (parlamento) de Ucrania dio un golpe de Estado el 22 y el 23 de febrero de 2014.
Después de la renuncia del presidente electo del parlamento, obtenida mediante amenazas de muerte, los diputados presentes pusieron en su lugar al ex jefe de los servicios secretos Alexander Turchinov.
Seguidamente, 328 diputados (de 450) abrogaron la Constitución en vigor y la reemplazaron por la de 2004 [1], lo cual hicieron sin referendo y en situación de urgencia, o sea violando los artículos 156 y 157. También votaron la liberación de la millonaria Yulia Timochenko, ex primera ministra condenada a 7 años de cárcel por abuso de poder y de quien Turchinov es un simple representante.
Finalmente, el 23 de febrero de 2014, los diputados proclamaron presidente interino a Alexander Turchinov, violando así el artículo 112 de la Constitución.
Tomándose atribuciones que no tiene como presidente interino, el propio Turchinov puso a su amigo Valentín Nalivaychenko a la cabeza de los servicios secretos.
Turchinov convocó además una elección presidencial que tendría lugar el próximo 25 de mayo y en la que Yulia Timochenko se presentará como candidata.
Las potencias occidentales saludan unánimemente este golpe de Estado como un «regreso a la democracia» (sic).
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[1] En 2004, una profunda reforma de la Constitución ucraniana transformó el régimen parlamentario en régimen presidencial, como en Estados Unidos.
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