El equipo del primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan desmintió la autenticidad de la conversación telefónica entre el primer ministro y su hijo mayor, Bilal, que está circulando a través de Internet.
En la grabación, con fecha del 17 de diciembre de 2013 y revelada el 24 de febrero de 2014 sin que se haya dado conocer su origen exacto, una voz que parece ser la del primer ministro turco ordena a su hijo Bilal que haga desaparecer, en previsión de un registro policial, los 30 millones de euros que tiene en su residencia.
El domingo 23 de febrero, diarios partidarios del señor Erdogan habían acusado a varios fiscales –supuestamente miembros de la cofradía de Fehtulla Gulen– de haber ordenado desde hace 3 años que se grabaran las conversaciones telefónicas de varios miles de personas.
Después de consultar a sus colaboradores más cercanos, entre ellos el jefe de los servicios secretos turcos (MIT) Hakan Fidan, el primer ministro reconoció implícitamente que la voz de la grabación es efectivamente la suya. Pero afirmó que la conversación es un «montaje».
Para los principales partidos de la oposición turca, que ahora exigen la renuncia del primer ministro, la tesis del «montaje» es irrealista.
Mientras tanto, la Bolsa reaccionó con una significativa caída de 2,75%.
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