Dejándose arrastrar por su propio discurso sobre la independencia de Crimea y el retorno de esa península a la Federación Rusa, Francia trata de inventar a toda costa algún tipo de sanción contra Moscú.
En esa perspectiva, y a pesar de que el primer ministro Jean-Marc Ayrault le había dejado bien claro que no debía tocar el tema de los navíos de guerra de la clase Mistral que actualmente se están construyendo en Francia en el marco de un contrato con Rusia, el ministro francés de Relaciones Exteriores Laurent Fabius mencionó –el 17 de marzo de 2014– la posible anulación de ese contrato. Según el señor Fabius, Francia no puede proporcionar armamento a una Rusia expansionista.
Pero, como ya habíamos mencionado anteriormente desde este sitio, la adquisición de los Mistral por el ministerio ruso de Defensa carece de sentido, según numerosos especialistas rusos. Ese navío de guerra concebido en Francia no corresponde a las necesidades de las fuerzas armadas de Rusia, ni a sus técnicas de combate.
La compra a Francia de 2 buques de asalto anfibio de la clase Mistral corresponde en realidad a una decisión tomada por el ex ministro de Defensa ruso Anatoli Serdiukov, actualmente acusado de venta fraudulenta de bienes militares. El verdadero objetivo del contrato Mistral era garantizar jugosas comisiones al entonces presidente ruso Dimitri Medvedev y a su homólogo francés Nicolas Sarkozy, comisiones que debían permitir a ambos presidentes financiar sus respectivas campañas electorales [1].
A pesar de haber sido objeto de varias renegociaciones, el contrato Mistral sigue siendo económicamente muy desventajoso para la parte rusa. Los astilleros rusos, que desde aquel entonces han alcanzado un considerable desarrollo, serían perfectamente capaces de fabricar ese mismo tipo de navío por la mitad del monto de ese contrato. Al extremo que Rusia vería como un verdadero alivio la anulación de ese contrato por parte de París, mientras que Francia tendría que buscar otro comprador para esos barcos, evaluados en 1 200 millones de euros.
El contrato Mistral es el más importante que se haya firmado nunca antes entre un país miembro de la OTAN y Rusia. Además de la construcción en Francia de 2 navíos de la clase Mistral y de su entrega a la Marina de Guerra de la Federación Rusa, ese contrato incluye la próxima llegada a Francia de 400 marinos rusos que deberían entrenarse en ese tipo de unidades navales.
Según el contrato aún en vigor, el primer Mistral –ya en este momento bautizado Vladivostok– debería ser entregado por Francia en 2014 y el segundo en 2015.
La construcción de ambos navíos ha garantizado, desde hace 4 años, más de 1 000 empleos en los astilleros franceses de Saint-Nazaire, ciudad cercana a Nantes, donde fue alcalde el actual primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
[1] «Francia-Rusia: los navíos de guerra clase “Mistral” provocan turbulencias», Red Voltaire, 25 de julio de 2010.
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