Lejos de aceptar su derrota, Benyamin Netanyahu pretende sabotear el acuerdo que Washington y Teherán deben firmar el 30 de junio. Y para lograrlo, podría reactivar la guerra en Siria. Su idea es continuar la labor del Emirato Islámico en Irak y en Siria, así como en Libia y Yemen, aplicando el plan Wright y creando un seudo Kurdistán, supuestamente independiente, que abarcaría territorios hoy pertenecientes a Irak y Siria.
Empeñado en sabotear el acuerdo que Washington y Teherán deberían firmar el 30 de junio, el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu ha preparado una reactivación de la guerra contra Siria.
Después del intento que Estados Unidos, Francia y Reino Unido desarrollaron desde febrero de 2011 y hasta la primera conferencia de Ginebra –en junio de 2012– para poner a la Hermandad Musulmana en el poder y también después de la guerra a través de mercenarios –desde la Conferencia de Amigos de Siria realizada en París, en julio de 2012, y hasta la conferencia Ginebra 2, en enero de 2014– y del intento de sembrar el caos utilizando al Emirato Islámico –desde junio de 2014 hasta la fecha–, Israel se propone ahora desatar una cuarta guerra.
Se trataría de proseguir la aplicación del plan que Robin Wright había elaborado para el Pentágono –publicado por el New York Times en septiembre de 2013– creando un Kurdistán independiente que abarcaría amplios territorios hoy pertenecientes a Irak y Siria [1].
¿Quiénes son los kurdos?
El pueblo kurdo está presente en Turquía, Irán, Irak y Siria pero no dispone de Estado propio desde los fracasos de la República de Ararat (1927-1930) y la República de Mahabad (1946-1947). Los kurdos se concentran mayoritariamente en Turquía –donde viven entre 13 y 20 millones de kurdos. Vienen después Irán (entre 5 y 6 millones de kurdos), Irak (entre 4 y 5 millones) y finalmente Siria (3 millones de kurdos).
– Luego de que algunos participaran en el genocidio contra cristianos y yazidíes, los kurdos de Turquía acabaron siendo a su vez perseguidos durante un siglo, en nombre del panturquismo. Durante el periodo que va desde 1984 hasta el año 2000, la represión contra la insurrección del PKK dejó al menos 40 000 muertos.
– Los kurdos de Irán disponen de cierta autonomía, aunque no cuentan con apoyo económico de Teherán.
– Los kurdos de Irak tienen relaciones con la OTAN desde el inicio de la guerra fría. Estuvieron al servicio de Sadam Husein y lucharon contra la Revolución de Khomeiny, pero luego se volvieron contra Sadam Husein –cuando la OTAN decidió deshacerse de él. Actualmente disponen de autonomía regional y mantienen embajadas en el exterior.
– Los kurdos de Siria llegaron a ese país huyendo de la persecución turca, primeramente en tiempos de Mustafá Kemal Ataturk y, más tarde, durante la insurrección del PKK, hace 30 años. Los que no tenían la nacionalidad siria, la adquirieron gracias al presidente Bachar al-Assad al inicio del conflicto y concluyeron un acuerdo con Damasco, que les proporciona armas para la defensa de la región que habitan.
Los kurdos son un pueblo diverso atravesado por tensiones internas muy fuertes. No hablan todos la misma lengua, practican religiones diferentes –aunque son principalmente sunnitas– e incluso simpatizan con diferentes movimientos políticos antagónicos. Desde los tiempos de la guerra fría, los kurdos se dividen entre proestadounidenses (con el clan Barzani, hoy en el poder en una región de Irak) y prosoviéticos (alrededor del líder del PKK, Abdullah Ocalan, secuestrado por los israelíes en 1999 y entregado a Turquía, donde aún se halla encarcelado).
El Kurdistán iraquí: mafia y Mossad
Teniendo en cuenta el papel de Israel en el seno del imperialismo anglosajón, la familia Barzani –originalmente socialista– se unió en los años 1960 al Mossad, que la utilizó contra el Baas iraquí [2]. Muy mal visto entre los kurdos de Turquía, el actual presidente del gobierno regional kurdo iraquí Masud Barzani es probablemente miembro del Mossad israelí, como antes lo fue su padre. Gracias a las inversiones israelíes, Masud Barzani ha logrado proporcionar cierta prosperidad al Kurdistán iraquí e instaurar allí un régimen controlado por el clan Barzani.
El presidente Barzani se mantiene en el poder a pesar de que su mandato expiró hace casi 2 años. Pero esa situación, contraria a los principios de la democracia, no parece preocupar a Washington, como tampoco le molesta en los casos de Mahmud Abbas (en Palestina) y de Abd Rabbuh Mansur Hadi (en Yemen).
El régimen de Barzani se regodea en el nepotismo y la corrupción. Su clan ocupa los principales cargos, empezando por el de primer ministro –reservado a Nechervan Barzani, sobrino del presidente– y ya cuenta en sus filas 15 multimillonarios (con fortunas estimadas en miles de millones de dólares) así como miles de millonarios sin que nadie pueda explicar el origen de todo ese dinero. Las primeras víctimas de la represión fueron los abogados, con la condena del letrado Kamal Qadir a 30 años de cárcel por haber criticado al presidente Barzani. La libertad de prensa es puramente teórica desde 2010, luego del secuestro y asesinato del periodista kurdo Sardasht Osman, quien había caricaturizado al presidente Barzani. El gobierno regional está en bancarrota y la mayor parte de sus funcionarios no reciben sueldo desde hace meses.
El Kurdistán iraquí y el proyecto de anexión del norte de Siria
En 2014, el gobierno regional kurdo iraquí participó en el complot tendiente a concretar el rediseño de Irak y Siria según el plan Wright. Participó en diferentes reuniones, realizadas en Amman, con los servicios secretos de Jordania, los jefes del Emirato Islámico, líderes de los grupos armados en Siria y los naqchbandis iraquíes [3]. En esas reuniones se decidió, bajo el patrocinio de Washington y Tel Aviv, que el Emirato Islámico y el gobierno regional kurdo iraquí emprendieran una ofensiva coordinada para apoderarse de gran parte de Irak. Mientras la prensa internacional denunciaba las atrocidades del Emirato Islámico, los kurdos del clan Barzani se apoderaban de los campos petrolíferos de Kirkuk y extendían su territorio en un 40%.
Posteriormente, mientras que numerosos países apoyaban aquella operación en secreto y denunciaban públicamente los crímenes de lesa humanidad y los saqueos del Emirato Islámico, el gobierno regional kurdo iraquí ponía el oleoducto que acababa de robar al servicio de los yihadistas para vender a los europeos el petróleo que se robaban los mismos yihadistas.
Todo cuestionamiento de la alianza existente entre el gobierno regional kurdo iraquí y el Emirato Islámico es reprimido de inmediato. El lider yazidí Hayder Shesho, quien había denunciado esa alianza, fue arrestado el 7 de abril de 2015, a pesar de tener también la nacionalidad alemana.
En los años 2000, el estado mayor israelí planeaba neutralizar los misiles de Egipto y Siria instalando sus propios misiles en el sur de Sudán y en el Kurdistán iraquí. La primera región ya es independiente, pero no la segunda. El plan Wright ofrece simultáneamente la posibilidad de alcanzar ese objetivo estratégico y de sembrar el caos. Para sabotear el acuerdo que Washington y Teherán se disponen a firmar el 30 de junio, Benyamin Netanyahu tiene previsto lanzar los peshmergas (o sea los soldados del clan Barzani) al asalto del norte de Siria. Pero los kurdos de Siria son hostiles a la mafia de los Barzani y siempre han sido minoritarios en esa región.
Desde hace meses, una campaña de prensa plagada de mentiras atribuye a los peshmergas los logros militares de los kurdos turcos del PKK contra el Emirato Islámico, como la batalla de Kobane. Los Estados occidentales, empezando por Francia, envían armas directamente a Erbil –sin contar con el gobierno central de Bagdad– en violación de la soberanía de Irak. Ese armamento no está siendo utilizado sino sólo almacenado para utilizarlo en el ataque contra el norte de Siria.
En Estados Unidos, Edward Royce y Eliot Engel, dos congresistas que tradicionalmente representan los intereses del Likud israelí, presentaron al Congreso, en noviembre de 2014, un proyecto de ley [4] que autorizaba la entrega directa de armamento al gobierno regional kurdo de Irak. Al no ser adoptado ese proyecto, las disposiciones que contenía fueron incluidas en la ley de financiamiento de la Defensa por el presidente de la Comisión de Servicios Armados, Mac Thornberry, al igual que otras disposiciones tendientes a reforzar también la ayuda militar a los grupos que operan contra la República Árabe Siria.
En Irak, la mayor parte de los políticos iraquíes que se expresan públicamente han advertido sobre el peligro que implica esa política. Por su parte, el líder chiita iraquí Moqtada el-Sadr –ex comandante del Ejército del Mahdi– declaró que si se aprueba esa ley él considerará nuevamente a los estadounidenses como enemigos de la Patria y declarará la guerra tanto a los 3 000 consejeros militares estadounidenses en Irak como a los intereses de Estados Unidos en el extranjero.
El presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden hicieron saber enérgicamente al presidente Barzani, de visita en la Casa Blanca el 5 de mayo, que no permitirán el proyecto israelí y precisaron a los kurdos de Irak que tienen que mantenerse tranquilos. Pero en el Kurdistán iraquí, la prensa afirma, por el contrario, que el presidente Obama acogió calurosamente a la delegación encabezada por Barzani y que se comprometió a respaldar un «Kurdistán» independiente, afirmaciones que obligaron al secretario de Defensa, Ashton Carter, a poner públicamente los puntos sobre las íes.
El nuevo gobierno israelí, formado el 7 de mayo por Benyamin Netanyahu, está tratando de unificar a los yihadistas en el norte de Siria. Lo que pretende es coordinar su avance hacia Damasco mientras que los kurdos iraquíes entrarían en Siria para masacrar allí a los kurdos del PYG (la rama local del PKK, el partido de los kurdos de Turquía, favorable a la República Árabe Siria) y anexar su territorio.
Considerando que la creación de un «Kurdistán» independiente, a caballo entre Irak y Siria, reactivaría el conflicto kurdo en Turquía, el presidente turco Erdogan ha denunciado ese proyecto como una etapa hacia la destrucción de su país. En caso de ofensiva de los kurdos iraquíes del clan Barzani contra Siria, Erdogan podría ponerse abruptamente del lado de Damasco.
No cabe duda de que el proyecto israelí será objeto de debate, como la creación de una OTAN árabe bajo las órdenes de Israel, durante la próxima reunión del Consejo de Cooperación del Golfo convocada por el presidente Obama –cuyo país no es miembro del Consejo– para su realización en Camp David, Estados Unidos.
[1] “Imagining a Remapped Middle East”, Robin Wright, The New York Times Sunday Review, 28 de septiembre de 2013.
[2] «“Kurdistán”… pero al estilo israelí», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), Red Voltaire, 13 de julio de 2014.
[3] «Revelaciones del PKK sobre la ofensiva del EIIL y la creación del “Kurdistán”», Red Voltaire, 8 de julio de 2014.
[4] H. R. 5747, “Bill to authorize the direct provision of defense articles, defense services, and related training to the Kurdistan Regional Government, and for other purposes”, House of Representatives, 20 de noviembre de 2014.
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