En respuesta a las provocaciones del presidente turco Erdogan, quien afirmó que no es conveniente acusar a la ligera, el gobierno ruso organizó una conferencia de prensa de su ministro adjunto de Defensa. Este último presentó las pruebas de lo que nosotros veníamos denunciando en estas columnas desde hace más de un año: Turquía, como Estado, es responsable de la exportación del petróleo robado por el Emirato Islámico en Irak y en Siria. Turquía facilita así a la organización terrorista ingresos de entre 1 000 y 2 000 millones de dólares anuales. Ese tráfico viola varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Una conferencia de prensa tuvo lugar en el ministerio de Defensa de la Federación Rusa el 2 de diciembre de 2015. Estuvieron presentes el ministro adjunto de Defensa Anatoli Antonov; el jefe de operaciones, teniente general Serguei Rudskoy; y el responsable de gestión de operaciones del Estado Mayor, teniente general Mijaíl Mizintsev.
Según los dirigentes de las fuerzas armadas rusas, la principal fuente de financiamiento de los terroristas del Emirato Islámico es la venta ilegal de crudo. Quien único se beneficia con ese contrabando es Turquía [1]. Según los generales rusos, la dirección política de Turquía, a través de la familia del presidente Recep Tayyip Erdogan, está implicada en el contrabando del Emirato Islámico [2].
Diariamente, más 8 500 camiones cisterna implicados en el tráfico de petróleo del Emirato Islámico forman una larga columna que transporta más de 200 000 toneladas de crudo hacia Turquía. Los generales rusos presentaron un mapa que muestra 3 rutas principales del contrabando de petróleo del Estado Islámico desde Siria e Irak hacia Turquía.
La primera ruta, que parte de los campos petrolíferos de Raqqa, en el noreste de Siria, pasa por el oeste de Siria –donde fue derribado el Su-24 ruso. El 25 de noviembre de 2015, un satélite ruso filmó allí 395 camiones cisterna esperando para descargar el petróleo sirio robado en el puerto turco de Dortyol y otros 60 camiones cisterna en el puerto turco de Iskenderun (Alejandreta).
Las estimaciones de los generales rusos muestran que cada 24 horas, un petrolero cargado de petróleo robado sale de los puertos turcos.
El segundo itinerario comienza en los campos petrolíferos cercanos a la ciudad de Deir ez-Zor, en el este de Siria, y se dirige hacia el norte, en las riberas del Éufrates, para alcanzar la refinería turca de Batman. Una imagen satelital con fecha del 18 de octubre de 2015 muestra 1 722 camiones cisterna, en los alrededores de la ciudad siria de Deir ez-Zor, en espera de ser cargados con petróleo.
Una tercera ruta va desde el norte de Irak, cruzan la frontera turca por el paso fronterizo de Zakho y llegan hasta la estación de bombeo turca de Cizre. Una imagen satelital con fecha del 14 de noviembre de 2015, muestra la presencia de 3 200 camiones cisterna que cruzan la frontera hacia Turquía por el punto de paso de Zakho.
Los generales rusos presentaron 2 imágenes satelitales del tramo de carretera que va desde la ciudad siria de Azaz hasta el punto de paso de la frontera turco-siria. La primera imagen satelital tiene fecha del 13 de noviembre de 2015 y muestra una columna de 240 camiones cisterna del lado turco de la frontera y otros 80 camiones cisterna en suelo sirio. La segunda imagen, con fecha del 16 de noviembre de 2015, muestra una columna de 360 camiones cisterna cerca de la misma frontera turco-siria.
A pesar de los combates que se desarrollan en la provincia de Alepo, la circulación en ambos sentidos (ida y vuelta) de camiones cisterna entre el territorio sirio y Turquía continúa sin interrupción. Incluso puede observarse que los guarda-fronteras turcos no aplican ningún control a los camiones cisterna del Emirato Islámico provenientes de Siria.
A pesar de los bombardeos de la coalición encabezada por Estados Unidos, los ingresos del Emirato Islámico correspondientes al año pasado estaban cerca de los 3 millones de dólares diarios. En 2 meses, la aviación rusa efectuó golpes aéreos contra 32 complejos petroleros, 11 refinerías, 23 estaciones de bombeo y 1 080 camiones cisterna que transportaban crudo. Esto se tradujo para el Emirato Islámico en pérdidas ascendentes a 1,5 millones de dólares diarios.
Sin embargo, las organizaciones terroristas que operan en Siria siguen recibiendo importantes sumas de dinero, así como armas y municiones provenientes del exterior. Turquía, así como otros Estados, apoyan ampliamente a los terroristas del Emirato Islámico. Es posible que una parte del pago por el petróleo enviado a Turquía la semana pasada haya servido para enviar 2 000 combatientes, 120 toneladas de municiones y 250 vehículos de combate al Emirato Islámico y al Frente al-Nusra. Estos envíos regulares de petróleo robado hacia Turquía han venido realizándose desde hace 3 o 4 años y nada indica que Turquía tenga intenciones de ponerles fin.
[1] «Tras la coartada antiterrorista, la guerra del gas en el Levante», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 29 de septiembre de 2014.
[2] «Vínculos de la familia Erdogan con el Emirato Islámico», Red Voltaire, 26 de julio de 2015.
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