La situación de los kurdos en Turquía, Irak y Siria ha venido envenenándose durante los dos últimos meses.
La tradicional oposición entre los kurdos de Irak –vinculados a Israel y Estados Unidos– y los kurdos de Turquía y Siria –vinculados a Rusia y Siria– a se ha vuelto más compleja debido al hecho que la dirección de los kurdos de Siria se ha pasado al bando de Occidente.
Desde este mismo sitio web revelamos el proyecto pactado en 2011 entre el entonces ministro turcos de Exteriores Ahmet Davutoglu y su homólogo francés Alain Juppé para crear en Siria un seudo Kurdistán y meter allí a los kurdos de Turquía. También revelamos el pacto concluido posteriormente –el 31 de octubre de 2014, en París– por el jefe de los kurdos de Siria, Salih Muslim, con el presidente francés Francois Hollande y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, para iniciar la aplicación del proyecto. Y también anunciamos el inicio de la operación, el 1º de noviembre de 2015, con la “kurdización” forzosa de los árabes y los cristianos asirios del norte de Siria.
Actualmente, el gobierno iraquí está armando al PKK (partido de los kurdos de Turquía) y ha propuesto integrarlos a las Unidades de Movilización Popular (Hachd al-Chaabi), o sea a la coalición de milicias contra el Emirato Islámico –bajo de los aliados de Irán. Esta decisión abre una guerra de facto entre Irak, por un lado –posiblemente con el apoyo de Siria e Irán– y, por el otro lado, el gobierno regional kurdo de Irak y Turquía, que actualmente ocupa Bachiqa.
Al mismo tiempo, el YPG (partido de los kurdos de Siria) se ha escindido en dos bandos, los miembros que han decidido seguir a Salih Muslim y los que se mantienen leales a Abdullah Ocalan, el líder histórico de los kurdos de Turquía.
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