A ojos vista en Palacio de Gobierno decidieron adelantar la tan memorable fecha de Fiestas Patrias. Pruebas al canto: el presidente Humala y su familia sacaron el pasaporte electrónico y para ello no tuvieron idea más funcional que hacer que el personal de Migraciones se fuera a su casa temprano el 4 de julio y el obsequioso ministro del Interior, Pérez Guadalupe, no ha tenido mejor explicación que decir “por seguridad”.
¿A quién podrían haber tenido miedo los integrantes de la familia presidencial?, ¿al Superintendente Potozén?. No creemos que eso sea posible, es un funcionario cumplidor al pie de la letra de todas las ordenanzas, por lo menos en cuanto se refiere al pasaporte electrónico y porque caído el adefesio de gobierno a gobierno, sacó un conejo de la manga y el animalito se llamó OACI-ICAO.
Para ser francos ignoraba que el jefe de Estado fuera poseedor o dueño inapelable de los bienes del mismo como para disponer de horarios, horas humanas y atención privada sin testigos. Que se tenga memoria y don Ricardo Palma lo cuenta amenamente, sólo Ramón Castilla anunciaba que el gobierno estaba constipado por algún resfrío antipático. La confusión entre persona y gobierno, como vemos, es añeja.
Hasta donde sabemos el Estado no pertenece sino al soberano que paga sus impuestos y soporta no pocas travesuras de sus irresponsables gobernantes que carecen del sentido de la proporción, del decoro y de la mesura para, yéndose del mando, comportarse a la altura de las circunstancias.
Ni veinte días le quedan al presidente Humala para dejar la primera magistratura. Hay que preguntarle si no es mucho pedir que guarde la ecuanimidad que la Nación merece y le reclama. No vaya a ser que mañana o pasado se le ocurra cerrar un banco, o visitar un ministerio y ¡todo el mundo a la calle con asueto pagado por los contribuyentes!
Las preferencias que este gobierno ha dado a los productos surcoreanos y franceses es inocultable. Y van desde camionetas vendidas por una empresa asiática privada hasta el virtual monopolio creado por la francesa Imprimerie Nationale-Gemalto en el tema de los pasaportes electrónicos en Migraciones y en Cancillería.
Y ya que se van, me conmueve agriarle la fiesta a la titular de Relaciones Exteriores, Ana María Sánchez, quien tendrá que explicar por causa de qué en los e-pasaportes adquiridos “por desabastecimiento” y en feriados y fines de semana, hay un sobreprecio de US$ 16 millones de dólares. Poca cosa si se lo compara con otros volúmenes de adquisiciones, pero algo hay aquí que merece esclarecimiento. Que aliste sus argumentos porque en el próximo Congreso le van a preguntar.
En los días que vienen, la Contraloría General de la República contará con la denuncia interpuesta ante la Fiscalía Anticorrupción por supuestas irregularidades en el contrato en Cancillería. Nadie podrá alegar desconocimiento sobre un asunto tan vibrante.
Tiene razón el ministro Pérez Guadalupe cuando afirma que el señor Humala y su familia, como los otros 15 mil peruanos, tienen derecho al e-pasaporte. Se hizo el sueco cuando le preguntaron si eso daba licencia para echar al personal de Migraciones más temprano que de costumbre y por ninguna razón de Estado justificada. A menos que los caprichos hayan alcanzado nivel constitucional.
Y como pareciera que el ánimo es adelantar las celebraciones, invito al público lector a solazarse en el gráfico que acompaña al presente artículo.
¡Feliz 28 de julio! (Adelantado).
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