En setiembre 2012 fue nombrada en el cargo de Presidente Ejecutivo de OSITRAN, la señorita Patricia Benavente Donayre y encontró un Consejo Directivo de sólo tres miembros de los cinco que debieran ser. O sea un consejo incompleto.
Sin embargo, recién en mayo 2016, luego de 4 años, manifiesta su preocupación mediante el Oficio Nº 066-16-PD-OSITRAN remitido a la PCM, que entre otras inexactitudes, equivoca (¿o es adrede?) la fecha de vencimiento de su mandato, pues señala que éste termina en septiembre del 2017, cuando en realidad acaba en febrero próximo, conforme lo dice expresamente su Resolución de nombramiento Nº 295-2012-PCM del 15-9-12, que es concordante con lo que estipula el artículo 7 de la Ley Marco de los Organismos Reguladores de la Inversión Privada en los Servicios Públicos.
No hay sesiones
Por fallecimiento, el 14-8-2016, del señor Jorge Cárdenas Bustíos, el directorio de OSITRAN quedó sin quórum.
Entonces, toda la marcha institucional queda en manos de su titular, que luego deberá rendir cuentas al Consejo Directivo que se conforme, como ocurriera anteriormente en la gestión de Juan Carlos Zevallos Ugarte.
Actas sin firmar
En la página web de OSITRAN se puede apreciar que solo están colgadas las actas que corresponden al año pasado. Del 2016, no hay ninguna.
Según información de indubitable fuente, esto obedecería a que los responsables no actuaron con diligencia e incumplieron la Ley 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, y su propia Directiva para el funcionamiento de las sesiones del Consejo Directivo, que dispone que las actas de cada sesión deban ser aprobadas y suscritas en la siguiente sesión.
Todo indica que lo anterior no se habría cumplido y sería imposible de regularizar dada la pérdida humana ocurrida. Esto significa no menos de catorce (14) sesiones, cuyos acuerdos no fueron debidamente rubricados.
¿Sesiones virtuales?
Es más, según se comenta al interior de la entidad, los últimos 3 ó 4 meses, las sesiones fueron virtuales, ante la imposibilidad de Cárdenas Bustíos, algunas veces, incluso, por estar internado, bajo tratamiento.
¿Es posible que una persona con salud altamente resquebrajada, pueda leer los complicados textos de agendas remitidos con 48 horas de anticipación, entenderlos coherentemente y tomar decisiones que no perjudiquen al país?
¿Y los responsables de las actas no firmadas?
Pues, la propia Presidente Ejecutiva y el Secretario de Actas del Consejo Directivo, el cuestionado abogado Jean Paul Calle Casusol, titular, además, de la Gerencia de Asesoría Jurídica, según los dispositivos antes mencionados. ¡Y se dice que éste último pretendería candidatear a la presidencia del regulador!
Consecuencias a la vista
Durante el 2016 se emitió una serie de resoluciones de Presidencia del Consejo Directivo, supuestamente al amparo de acuerdos tomados en sesiones no formalizadas (y probablemente, no formalizables), que podrían ser impugnadas por los administrados, en tanto se vean afectados sus derechos, al no tener el respaldo legal que éstas requieren. Entre otros probables perjuicios, temas como la Línea 2, el Muelle Norte, la Autopista del Sol y demás.
Grave situación, quizás con responsabilidades penales, para un regulador que ha sido manejado a "trancas y barrancas" como diría Bryce Echenique, y que suma un desacierto más a los tantos ocurridos.
¿Y al OCI ya se le ocurrió ver este tema, o harán la del avestruz?
¿Qué espera el Primer Ministro para pedir la renuncia de Benavente? Ya ocurrió con otros presidentes anteriores.
Faltan menos de seis meses para el término de su mandato, pero aún es mucho el daño potencial por irregularidades como las descritas.
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