Aprovechando la situación política local, el ejército libanés atacó, por iniciativa propia, el cuartel general del Emirato Islámico (Daesh) en Ersal. En una operación relámpago, los militares libaneses lograron capturar vivos al emir Ahmad Youssef Amoun (en la foto) y 10 de sus hombres.
Es la primera vez que se logra el arresto de un emir del Emirato Islámico. Herido durante el asalto, Ahmad Youssef Amoun tuvo que ser hospitalizado pero en poco tiempo debería ser interrogado.
A finales de diciembre de 2013, el ejército libanés había logrado concretar el arresto de un emir de al-Qaeda, Majed al-Majed, quien llegó a hacer declaraciones a un magistrado militar libanés, a quien reveló los vínculos de ese grupo terrorista con el príncipe saudita Bandar ben Sultán y con numerosos responsables políticos árabes.
Pero Arabia Saudita prometió al gobierno libanés una donación de armamento por valor de 3 000 millones de dólares, Majed al-Majed falleció oportunamente como consecuencia de sus heridas y la grabación de sus declaraciones… “se extravió” [1].
Como Arabia Saudita nunca llegó a cumplir lo prometido –aunque sí pagó cuantiosos sobornos a dignatarios libaneses–, algunos responsables políticos del Líbano tratan de aprovechar el arresto de Ahmad Youssef Amoun para reactivar aquella promesa.
En esta ocasión, si el ejército libanés logra conservar su prisionero, este podría revelar la existencia de vínculos entre el Emirato Islámico, la familia real de Arabia Saudita, la familia del presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el ex director de la CIA David Petraeus.
[1] «Silencio y traición por 3 000 millones de dólares», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de enero de 2014.
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