La ominosa lista que va con este artículo, manuscrita por alguien del entorno del asediado, consigna los números telefónicos desde los cuales agentes, sicarios, miserables individuos, han persistido en una persecución contra el doctor Guillermo Olivera Díaz. Imposible descartar el calibre y la sospechosa simultaneidad de las llamadas con las nutridas denuncias que sobre corrupción en todos los niveles, elabora con pluma buida y urticante don Guillermo.
Las operadoras de telefonía: española Movistar, vietnamita Bittel, mexicana Claro, alquilan su servicio a agencias muy amigas de esta clase de torvas agresiones y amenazas. Como no hay precisión cuál de ellas es, es menester exigir que aclaren su participación o complicidad y, de haberla, serán denunciadas penalmente.
¿Y quién permite o alienta estas persecuciones? ¿Está el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski inmiscuido en este innoble acoso? Urgente que el gobierno y el ministerio del Interior aclaren que no están haciendo uso de esta clase de inmoralidades para aterrorizar a distinguidos civiles quienes no hesitan en denunciar delitos y que están siempre firmes en defensa del interés público.
A partir de la fecha, como en la película El Padrino –sobre mafiosos criminales- hacemos responsables al gobierno y a la administración del presidente PPK, de cualquier atentado, agresión física o perjuicio a su familia de que sea objeto el doctor Guillermo Olivera Díaz. Y si un rayo cae en Lima y por donde está o transita el ilustre abogado, comprenderemos que será absoluta culpa del gobierno o de agencias que actúan bajo su patrocinio o vedada asociación para delinquir.
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