El capítulo vernacular, para no quedarnos atrás del escándalo Odebrecht, se produjo en Perú en diciembre-enero 2015-2016, con el sobreprecio espectacular del pasaporte electrónico en el Ministerio de Relaciones Exteriores, por el monto de S/ 53’852,000 por 400 mil unidades.
La buena pro, como hemos recordado múltiples veces y también lo ha hecho la televisión que consagró varios programas sobre el ríspido tema, se otorgó al monopolio creado durante la administración Humala, Imprimerie Nationale de Francia y Gemalto México.
Recuérdese: el consorcio, con la ayuda del entonces capitán de la Superintendencia Nacional de Migraciones, Boris Potozén, de OACI-ICAO que jamás había manejado algún proceso para pasaportes electrónicos, se hizo de la buena pro y lo cierto es que no pudieron tener el pasaporte para cumplir, como sí lo hizo Colombia, con la Comunidad Europea y para la exención de la Visa Schengen. (Esta vino después, para subrayar un dato de rigor en el recuento).
Más aún, tras haber tenido los términos de referencia desde principios de noviembre, recién el 18 de diciembre, 2015, Cancillería se dignó convocar a proceso para pasaporte electrónico y por 400 mil unidades.
Meses atrás, de manera extraña y muy controvertida, pretextando vulgaridades administrativas, se declaró desierto el primer proceso para pasaportes electrónicos en Cancillería y que era tan solo por 200 mil unidades. O sea por el 50%.
Todo el pavimento estaba alfombrado: 18, días claves 22 y 23 de diciembre, comunicados después de las 6 pm, en sábados y feriados y solicitudes que abarcaban fines de semana cuando nadie trabaja, aquí o en el resto del mundo.
El pasaporte biométrico de Cancillería debía ser idéntico al de Migraciones.
¡Pero no fue así! Una consultora genio, dicen las fuentes potentes, con la ayuda de Nicolás K., adicionó una medida de seguridad más y no se les ocurrió idea más torpe como inmoral que ésta perteneciera a la firma SPS Smart Packaging Solutions vinculada con Imprimerie Nationale de Francia, integrante del consorcio que mal obtuvo la buena pro.
En buena cuenta ¡se levantaron en peso un negociote que tiene todos los ingredientes de un sancochado de muy mala fe con el dinero del pueblo peruano!
Migraciones compró 1’200,000 mil pasaportes electrónicos al precio unitario de S/ 85.28.
En cambio, Cancillería lo hizo por 400 mil, al precio unitario de S/ 217.41.
¡Es decir la diferencia fue S/ 217.41 – S/ 85.28= S/ 132.13!
Entonces S/ 132.13 x 400,000 unidades= S/ 53’852,000
¿Dónde están esos casi S/ 54 millones?, ¿quién o quiénes han sido los felices beneficiarios con este genuino robo al más alto nivel y que está siendo materia de auditoría en la Contraloría General de la República e investigación en la Fiscalía Anticorrupción?
No hay duda que el monto no se iguala a Odebrecht y sus fechorías que involucran a tres administraciones presidenciales: Toledo, García y Humala, pero tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando.
Y como para que no quede duda, la imaginativa destreza de un dibujante amigo no tuvo mejor gráfica que un montacarga levantando el producto con guarismos muy cercanos a la cifra real de lo que consideramos ha sido una ¡feroz exacción al pueblo peruano y a la vista y paciencia de los miedos de comunicación que no han otorgado toda la inspección que el caso merece!
¡Si cree que casi S/ 54 millones de soles es poca cosa, le demostraremos, a posteriori, con ejemplos puntuales, que se pueden hacer muchísimas obras útiles con ese monto!
¡Lo que sí no debe ocurrir es que facinerosos se apoderen del dinero del contribuyente so pretextos mil!
¡Basta ya!
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