Cuando una mujer muestra tener carácter le dicen que es infame; cuando un hombre muestra tener carácter le dicen “buen chico“. Margaret Thatcher.
La marcha, Ni una menos, del sábado, demostró en cifras la cantidad de mujeres y hombres que salieron a dar soporte a todo el género y el rechazo tan fuerte que refleja la violencia en las estadísticas, pero vayamos más a la realidad.
El 2004 fui víctima de violencia física: un cobarde me agarró a patadas y a puñetes dejándome inhabilitada por 6 meses. Lo denuncié inmediatamente y la relación de once meses quedó anulada en ese mismo instante.
Inicié una larga campaña mediática y judicial de 5 años, con una sentencia emblemática de la jueza María Teresa Cabrera, que encontró culpable a quien me agredió al igual que catorce magistrados más. Y estuvo 6 meses privado de su libertad, muchos periodistas se empeñan en utilizar la estrategia de defender los derechos de la mujer como Beto Ortiz y Nicolás Lúcar, que sacaron reportajes mal intencionados y editados de acuerdo a los supuestos honorarios ofrecidos por el cobarde que me destrozó a punta de golpes.
Hace muy poco salió la verdad: Lúcar salía en la televisión contando su vida, obra y milagros y vi un detalle, él dijo que le debía la vida a Mauricio Fernandini, sí, el del programa de las veinte lucas y el campeón de marinera, pareja sentimental, en ese entonces, de Antonio Zegarra, hermano del que me golpeó, Frank Zegarra Ávila.
Entonces todo se aclaró, en mayo del 2013 veía en el canal 2, Punto Final, un reportaje de Giovanna Díaz titulado Del amor a la venganza, que duró más de treinta minutos en horario estelar y su patraña salió al aire dos semanas. El chisme vende, no importa si destilas veneno en contra de una mujer a la que humillaron y despreciaron tanto por el simple hecho de levantar la voz, de no callar, de no ser una más del montón.
Su burla, difamación y calumnia llegó a la estratósfera de la violencia televisiva, cometieron el delito de sacar a un supuesto taxista sin rostro diciendo que yo quería contratar a un sicario para mandar a asesinar a aquél que un día y durante muchos meses me hizo sentir bruta, estúpida, inservible, objeto sexual, que no valía nada, que no servía, el cero a la izquierda, la pobre diabla a la que solo había que hacer sentir miserable.
Esa desgarradora pelea y victoria posterior fue mérito de la gente que me apoyó: abogados, familiares, amigos y miles de mujeres que se identificaron conmigo y que a diario me escribían y pedían que las ayudará porque les pasaba lo mismo.
Y fue así como nació Solidarios ABC que tiene ya doce años trabajando en perfil bajo, altruismo de verdad, no por figurar ni por ganar dinero, porque cuando eres una activista social, no ganas nada más que el respeto de aquellos a quienes has entregado tu tiempo, amor, alma y corazón.
Beto Ortiz un día me dedicó valiosísimos minutos de su programa radial, diciendo que yo era una mala mujer porque metía a hombres inocentes a la cárcel y creo que no tuve oportunidad de decirle que como abogada he logrado encontrar evidencias para privar de su libertad a muchos hombres y entre ellos no solo a los desgraciados que golpean o matan a mujeres sino también a los pedófilos.
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