Emiratos Árabes creó en 2015 una organización llamada Sawab para la lucha contra las ideologías violentas –como la de la Hermandad Musulmana–; en 2016 instauró un ministerio de la Tolerancia; en 2017 creó un Instituto Mundial de la Tolerancia y en 2018 está organizando una Cumbre Mundial de la Tolerancia, cuyo primer encuentro tuvo lugar en ocasión del Día de la Tolerancia instituido por la ONU, el 16 de noviembre.
El objetivo de Emiratos Árabes Unidos sería resaltar su propia tradición cultural.
Históricamente, los emiratíes son una nación de pescadores y comerciantes, vinculada a las culturas del Océano Índico. Durante la colonización británica, Londres incorporó al Imperio de Indias los territorios y pueblos que hoy son parte de los Emiratos Árabes Unidos.
Por el contrario, Arabia Saudita es una nación del desierto, sin contactos con el exterior, y desde los años 1960 ha venido exportando su modelo de intolerancia a través del wahabismo, de su apoyo a la Hermandad Musulmana y a la Orden de los Naqchbandis turcos, dos cofradías con las que hoy ha roto sus vínculos. En el reino saudita, toda práctica religiosa o referencia a una creencia que no sea el islam está prohibida y puede ser castigada con cárcel o incluso con pena de muerte.
En materia de islam, Emiratos Árabes Unidos se define hoy como competidor de su aliado saudita. Los emiratíes, estableciendo una diferencia entre la esfera cultura y la esfera política, subrayan que en momentos en que los sauditas comenzaban a financiar la expansión del wahabismo, el fundador del Estado emiratí moderno –el jeque Zayed– había instaurado un Estado musulmán que protege por igual a todos sus residentes, sean o no musulmanes. Lo que se reprime en los Emiratos Árabes Unidos son las expresiones o actitudes de odio hacia otras religiones –incluyendo el hinduismo.
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