Emiratos Árabes Unidos es el primer Estado en haber sacado las conclusiones que se imponen sobre el fin del predominio económico y militar de Estados Unidos y de la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán y Siria. Incluso antes de que el presidente Trump anunciara esa retirada, Emiratos Árabes Unidos ya estaba dando los pasos necesarios para reabrir su embajada en la República Árabe Siria. También ha entrado en contacto con Moscú y podría reemplazar su armamento «Made in USA» por armamento ruso.
El éxito del pequeño contingente ruso en Siria modificó la correlación de fuerzas a favor del gobierno legítimo de ese país y ha permitido poner a prueba más de 200 tipos de nuevas armas rusas. Estados Unidos y sus aliados han perdido la batalla en Siria. La victoria del presidente sirio Assad ya se reconoce internacionalmente.
En teoría, la retirada de los 2 000 militares estadounidenses presentes a Siria no significa mucho cuando sabemos que Estados Unidos dispone de un ejército que cuenta 1,3 millones de efectivos y que tiene más de 200 bases militares en diferentes países.
A pesar de ello, el anuncio del presidente Trump ha desatado una tempestad entre los dirigentes del Pentágono y parlamentarios estadounidenses que se dedican al cabildeo por cuenta del complejo militaro-industrial. Todos ellos hablan de la pérdida de influencia estadounidense en el Medio Oriente en beneficio de Rusia.
¿Qué es lo que saben esa gente y los gigantes mediáticos y que no están diciendo al público?
Hasta ahora, la defensa antiaérea de Emiratos Árabes Unidos se garantizaba con misiles antiaéreos Patriot PAC-3 pertenecientes al ejército de Estados Unidos. Pero en junio de 2018, Emiratos Árabes Unidos firmó con Rusia una Declaración de Asociación Estratégica. En ese documento Emiratos Árabes Unidos se interesa por el avión de combate ruso Su-35 y por los misiles antiaéreos S-400. Varias fuentes deseosas de conservar el anonimato afirman que, en cuanto se anunció la retirada de las fuerzas militares estadounidenses presentes en suelo sirio, Emiratos Árabes Unidos expresó además el deseo de comprar el avión ruso «invisible» de combate Su-57 para sustituir sus 49 Mirage-2000.
Rusia aceptaría vender a los emiratíes ese armamento y todo el que quieran comprar ya que el anuncio de la derrota del Estado Islámico [Daesh] por parte de Estados Unidos pone fin a la operación Resolute Support, lo cual significa que la coalición anti-Daesh cerraría su sede en la base aérea de Al-Dhafra, en suelo emiratí. En esa base está estacionado actualmente el 308º Grupo Expedicionario de la US Air Force, que se compone de aviones cisterna para el reabastecimiento en vuelo, de drones [aviones sin piloto] RQ-4 Global Hawk, de aviones «invisibles» F-22 Raptor, de bombarderos B-1B, etc.
Los dirigentes emiratíes se preguntan hasta qué punto pueden contar con Estados Unidos si Trump llega a la conclusión que se ha gastado demasiado en la defensa de países geográficamente lejanos de Estados Unidos. Los problemas de los kurdos en Siria, que hasta ahora habían gozado de pleno respaldo por parte de Washington, podrían repetirse para Emiratos Árabes Unidos. Esa posibilidad es la razón que lleva a los emiratíes a volverse ahora hacia Putin: «Vladimir Vladimirovich, por favor, ¿pudiéramos ser amigos?»
Estados Unidos sufre así las consecuencias de la política del «Who is your Daddy?» que aplicó al mundo entero.
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