La diversidad de iniciativas de apropiación social de la comunicación, que se producen en varias partes del mundo, fue visibilizada en el seminario “En Campaña por los Derechos de la Comunicación”, organizado por la Campaña Mundial CRIS (Derechos de la Comunicación en la Sociedad de la Información, siglas en inglés), en el marco del V Foro Social Mundial. Así se demostró que la democratización de la comunicación es parte de la práctica ciudadana.
Las radios populares son un ejemplo. Para Néstor Busso de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica -ALER-, ellas constituyen un modelo público comunitario de comunicación, que se diferencia del modelo condicionado por la lógica del mercado. Reivindican el derecho del pueblo a expresarse. Toda vez, señaló, no implican pensar la comunicación en chiquito; al contrario, su reto es desarrollar calidad profesional a fin de poder disputar mercados.
Las organizaciones de mujeres, por su parte, han venido formulando propuestas y experiencias de comunicación, en el ámbito global, desde hace una década y más, con un empuje especial a partir del proceso de la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Pekín 1995); conferencia cuya primera década de implementación se evalúa este año en el seno de la ONU. María Victoria Cabrera Balleza, de AMARC, dio cuenta de este proceso. Resaltó la importancia de la Plataforma de Acción de Beijing, en tanto primer instrumento internacional que identifica a los medios de comunicación como área estratégica de preocupación para cambiar la condición de las mujeres. Los medios de comunicación, dijo, contribuyen a moldear y definir la construcción del género.
Daphne Plou, de APC, recordó otra iniciativa del proceso de Beijing: el Proyecto Global de Monitoreo de los Medios de Comunicación, que en dos oportunidades, a partir de 1995, ha coordinado un día mundial de monitoreo de la presencia y visibilidad de las mujeres en los principales periódicos, canales de TV y radio, de decenas de países del mundo. Estos estudios, de carácter activista, que pusieron bajo la lupa el trato mediático a las mujeres como profesionales de la comunicación, objetos de información o sujetos de opinión, arrojaron resultados reveladores. Encontraron que las mujeres están presentes en un porcentaje muy bajo como sujetos de opinión, sobre todo en los temas considerados “duros”: política y economía. Están más visibles en temas sociales; pero en las noticias figuran sobre todo en calidad de víctimas. Un nuevo día de estudio tendrá lugar a inicios del 2005, que permitirá comparar con los resultados anteriores y vislumbrar tendencias de cambio.
Democratizar Internet
Democratizar el gobierno de Internet, fue la propuesta que abordó el brasileño Carlos Afonso, de RITS. Lamentando que un tema tan importante sea tan poco conocido, explicó que el gobierno estadounidense, en estrecha colaboración con las empresas del rama, controla las instancias que regulan Internet (principalmente el ICANN, organismo responsable del sistema mundial de nombres y números de dominio). El tema fue objeto de un debate agudo en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información -CMSI-, donde lo único que se logró, principalmente por presión de los gobiernos del Sur, fue conformar una comisión que estudie una mayor democratización y representatividad geográfica de este sistema de gobierno.
Afonso denunció también como el sistema actual de cobros perjudica a los países pequeños y pobres, siendo que las empresas que operan las conexiones internacionales de cables y satélites tienen la libertad de fijar precios. Mientras la norma en telefonía ha sido compartir los costos bilateralmente, en el caso de Internet, los países que compran el servicio deben cubrir todo el costo de la interconexión, aún cuando la usan personas del Norte, lo cual encarece el uso para los residentes en el Sur. Afonso considera que se debe fijar normas internacionales más justas.
Hacia una agenda social
Osvaldo León, de ALAI, se refirió también a Internet, recordando que su construcción ha sido un proceso no solo tecnológico, sino social, sujeto a la interacción de fuerzas e intereses.
Al evocar los recientes cambios en el ámbito de la comunicación, frente a los cuales se ha ido modificando los marcos regulatorios, destacó que también se crea la necesidad de establecer nuevos derechos; conquistar el derecho a la información ha sido muy importante, pero hoy es insuficiente. Este tema estuvo presente en el debate en torno a la propuesta del NOMIC, en la UNESCO en los años 80, donde se formularon planteamientos de consolidación de derechos. El problema fue que el debate se quedó a nivel de especialistas e interesados; no hubo intervención ni presión de la ciudadanía.
Lo novedoso ahora, señaló León, es que, junto a quienes impulsan las propuestas y concientizan al respecto, se encuentran otros sectores ciudadanos y movimientos sociales organizados, entre las cuales tales propuestas están teniendo eco. De esta forma se va constituyendo una base con capacidad de potenciar las propuestas. Además, si ya existen múltiples expresiones de resistencia, crítica y propuesta, éstas aún están dispersas. El reto es articularlas, con miras a conformar un gran movimiento social en torno a este tema crucial. Su éxito pasa por construir una agenda social en comunicación, en cuyo proceso de construcción será sustantivo involucrar al movimiento social y ciudadano.
León citó como ejemplo concreto la Minga Informativa de Movimientos Sociales, una de cuyos integrantes, Karla Oporta, presentó a continuación la experiencia de su organización campesina, la Asociación de Trabajadores del Campo de Nicaragua. Ella destacó la sensibilidad que la ATC ha desarrollado frente a la necesidad de democratizar la comunicación.
El seminario concluyó con una sesión dedicada a la agenda para la acción. Steve Buckley (AMARC) destacó algunos escenarios estratégicos, identificados por CRIS, para los próximos meses: en particular, la CMSI, la Convención sobre Diversidad Cultural que se negocia en el marco de la UNESCO, y las luchas en torno a la Organización Mundial de Comercio y espacios similares. Advirtió que los intentos de reforzar los derechos de propiedad intelectual o de incorporar al sector mediático a las reglas de libre mercado, constituyen una amenaza a la diversidad y pluralidad de la información.
Sally Burch (ALAI) destacó por su parte cómo procesos como CRIS o la participación en la CMSI han facilitado acercamientos y acciones comunes entre una gran variedad de actores de distintas áreas de la comunicación. Resaltó que con el proceso del FSM, se ha tenido además la oportunidad de buscar acercamientos y acuerdos con actores de otras áreas de la agenda social, con los cuales se comparte la oposición a un desarrollo orientado ante todo en función del mercado.
Burch propuso buscar alianzas con sectores que luchan frente a temas como los derechos de propiedad intelectual, en áreas como las semillas o farmacéuticos, o con los trabajadores culturales, entre otros. Y enfatizó en la importancia para las organizaciones ciudadanas y movimientos sociales de asumir la lucha para liberar Internet frente a los intentos por encerrarla. Por último, resaltó que es fundamental crear puentes entre las esferas de acción local y global, para que las luchas locales queden interconectadas y con capacidad de actuar en el escenario más amplio, y que se vayan sumando en un gran movimiento por los derechos de la comunicación.
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