El 25 de agosto de 2008, luego de la agresión militar georgiana, Rusia reconocía la independencia de Osetia del Sur y de Abjasia. Aquella decisión respondía a una necesidad estratégica de Moscú y era a la vez una respuesta al reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de Washington y sus aliados. Reservándose el uso de otras cartas en el futuro, Rusia dejaba en suspenso la cuestión de los Estados fantasmas de Pridnestrovia (también conocida como Transnitria) y Alto Karabaj. Un año después, las posiciones se han consolidado pero no han evolucionado.
El 26 de agosto es el primer aniversario de la suscripción por el Presidente de la Federación de Rusia del Decreto del reconocimiento por la Federación de Rusia de la independencia de la República de Osetia del Sur y de la independencia de la República de Abjasia.
Sin duda, para los pueblos suroseto y abjasio ese día fue providencial. El reconocimiento por Rusia de la independencia de sus repúblicas fue en aquellas circunstancias la única decisión acertada de las autoridades rusas que garantizaba sólidamente la seguridad de la población de Osetia del Sur y Abjasia como también la paz y la seguridad en sus fronteras con Georgia. Con el telón de fondo del bárbaro ataque de la soldadesca georgiana contra la Tsjinvali pacífica que causó la muerte de centenas de personas inocentes, este paso ayudó a prevenir el derramamiento sucesivo de la sangre, resfriar al agresor y normalizar la situación en la Región.
Durante el año que ha pasado fue hecho un trabajo enorme para establecer relaciones interestatales pletóricas entre Rusia y las dos repúblicas jóvenes. El 17 de septiembre de 2008 fueron formados en el nivel más alto los Tratados de la Amistad, la Cooperación y la Ayuda Mutua que se convirtieron en fundamento para el fomento ulterior de las bases legales contractuales. Para este momento han sido firmados con Tsjinvali y Sujumi 12 convenios interestatales, intergubernamentales e interdepartamentales en los diversos ámbitos. Actualmente se están acordando 36 convenios con Osetia del Sur y 43 con Abjasia. Se trata, ante todo, del fomento y la consolidación de la cooperación en el campo militar, la prestación de la asistencia social y económica, la reconstrucción de la infraestructura económica y de transporte, la interacción económica y comercial y la garantía de una prevención social normal.
Un gran aporte a la estabilidad y seguridad de la Región lo hacen los militares y los guardafronteras rusos que están presentes en el territorio de Abjasia y Osetia del Sur basándose en los acuerdos bilaterales pertinentes que corresponden plenamente a las normas legales internacionales. Los contingentes rusos contactan con los observadores de la Unión Europea que se encuentran en las zonas georgianas adyacentes a las fronteras con Abjasia y Osetia del Sur y están desplegados sobre la base de los acuerdos alcanzados el año pasado entre los Presidentes deDmitri Medvédev y Nicolás Sarkozy.
Las recientes visitas del Presidente de la Federación de Rusia, deDmitri Medvédev, a Osetia del Sur y del Presidente de Gobierno de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, a Abjasia prueban el significado prioritario para Moscú del fomento progresivo y enérgico de las relaciones bilaterales con esas repúblicas. Continuaremos prestando la ayuda social y económica a los pueblos hermanos de Osetia del Sur y Abjasia, desarrollando con ellas una colaboración interestatal pletórica así como seguiremos contribuyendo al afianzamiento de sus posiciones en la palestra internacional.
Se sabe que de momento tan sólo Nicaragua ha reconocido la independencia de los dos Estados transcaucásicos nuevos. La extensión del proceso de reconocimiento internacional de la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, por más distante que sea, coadyuvará, sin lugar a dudas, a la consolidación sucesiva de la paz y la seguridad en la Región. Claro que no se debe ejercer presión en tales temas legales internacionales sensibles: cada miembro de la comunidad internacional determina independientemente sus prioridades en la política exterior. Sin embargo, está claro que sin reconocer la nueva realidad político-militar y jurídica en Transcaucasia será imposible desplegar y extender la presencia internacional en los territorios de Osetia del Sur y Abjasia. La participación de los representantes de esas repúblicas, a la par con los socios occidentales, en las Discusiones de Ginebra sobre la estabilidad y seguridad en Transcaucasia, así como también en los mecanismos conjuntos para prevenir y reaccionar a los incidentes en las zonas transfronterizas confirma patentemente que es necesario tomar sin falta en consideración las opiniones de Sujumi y Tsjinvali al examinar los problemas de vital importancia para la Región
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