¿Cómo puede el gobierno de Felipe Calderón explicar el fracaso de su política económica frente al éxito del modelo brasileño aplicado por el presidente Luis Inacio Lula da Silva? Éste y otros cuestionamientos surgen dados los marcadamente opuestos resultados que registraron ambas economías en este año, así como por sus respuestas ante la crisis internacional, mismas que fueron analizadas en la asamblea 2010 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM), que tuvo lugar en Washington, DC, la segunda semana de octubre del presente año.
Autor: Juan Manuel Bueno Soria
Sección: Opinión
24 OCTOBER 2010
Todo parece indicar que no se tendrá una respuesta a la interrogante del evidente fracaso que está mostrando la economía mexicana, pues Felipe Calderón declaró que México se encontraba en el fin de la recesión desde noviembre de 2009, aun cuando el país fue el único que arrojó datos de empeoramiento en la situación de pobreza en América Latina, con un incremento de 3.1 puntos porcentuales entre 2006 y 2008, lo que ya reflejaba los negativos efectos de la crisis y una mala administración de los recursos económicos durante este año. No obstante que técnicamente se acepta que hay una mejoría macroeconómica en México en 2010, el FMI y el BM reiteraron que el país tiene un menor crecimiento del producto interno bruto respecto del resto de Suramérica, así como un aumento en los niveles de marginación de su población. En tanto, Brasil está a la cabeza del desarrollo económico de la región con logros inéditos alcanzados por el presidente Lula Da Silva en el combate a la pobreza; logros que incluyen un aumento en la economía doméstica, algo impensable para los ciudadanos mexicanos que inexorablemente empobrecen bajo la administración de Felipe Calderón y que sufren, además, los altos precios de los alimentos desde 2007.
El éxito económico de Brasil se ha construido progresivamente. En los últimos ocho años, con 191.5 millones de habitantes, ha creado 15 millones de empleos, así como 12 nuevas universidades y 105 extensiones universitarias para 545 mil nuevos alumnos, 40 por ciento de estos últimos son jóvenes de escasos recursos habitantes de favelas. En esa nación, ya 27 millones de habitantes han salido de la pobreza extrema y 36 millones más se han integrado a la clase media brasileña. Además de ello, se ha impulsado la producción industrial, que crece actualmente a un ritmo anual de 22.2 por ciento. Cabe mencionar que Brasil registra mayores niveles de inversión en ciencia y tecnología que México. Todo esto explica en gran parte la popularidad de la que goza Da Silva al fin de su mandato, con más de 80 por ciento de aprobación del desempeño de su gobierno en los sondeos realizados.
Quienes han tratado de encontrar una explicación acerca del desastre económico de México han sido el BM y el FMI, al reconocer que, en 2009, el país experimentó la mayor contracción de actividad en Latinoamérica, lo cual se debió a los estrechos vínculos de México con la economía estadunidense y a la relación de ésta con los sectores más afectados por la crisis, como los de la construcción, manufactura, automotriz y aparatos eléctricos. En realidad, en México no hay sector que se haya salvado del desastre económico, pues, por poner un ejemplo, la afluencia de turismo descendió 19 por ciento. Como ya se dijo, los organismos internacionales antes mencionados abordaron el alarmante crecimiento de la pobreza. Expusieron que, desde 2008, el número de mexicanos que viven en pobreza extrema (con un ingreso menor a 2.5 dólares al día) sumó 14 millones; en pobreza moderada (con un ingreso de hasta 4 dólares diarios), 28.8 millones. Reconocieron también la reducción de 18 por ciento de los ingresos en los hogares más pobres de las zonas urbanas respecto del nivel que éstos tenían antes de la crisis.
Estos datos nos muestran un amplio panorama de la situación económica mexicana, pero es evidente que el problema es más grave de lo que imaginamos, pues dichas cifras no incluyen aspectos más específicos acerca del número de pobres en México antes y después de la crisis de 2009, en razón de que la información necesaria para la actualización de las mismas es generada por el gobierno mexicano cada dos años. La última actualización fue realizada en 2008 y la siguiente se llevará a cabo en 2010 a través de la Encuesta nacional de ingreso y gasto de los hogares, cuyos resultados se conocerán en 2011. ¿Con qué nos encontraremos? ¿Qué explicaciones dará Calderón a su pueblo? ¿Algún día habrá alguna explicación?
* Doctor en derecho internacional por la Universidad de Toulouse I, Francia
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