Para el profesor e historiador israelí Ilan Pappé, las negociaciones israelo-palestinas –cuyo reinicio anunció John Kerry esta noche en Washington, después de 3 años de interrupción– no pasan de ser un intento de ganar tiempo evitando cualquier otra iniciativa de los palestinos. Pero no conducirán a ninguna parte, sobre todo porque la opinión pública israelí ha perdido todo contacto con la realidad y actualmente ignora la cuestión palestina.
John Kerry ha anunciado enfáticamente el reinicio de las negociaciones israelo-palestinas. ¿Vislumbra usted algo concreto al horizonte?
Ilan Pappé: Nada. No creo en lo absoluto que este nuevo intento nos lleve a ninguna parte, como tampoco sucedió con los anteriores, desde los acuerdos de Oslo (1983). Porque parte de las mismas bases según las cuales más vale tener un proceso de paz que no tenerlo, aunque ese proceso no conduzca a nada. Es por eso que no hay ningún impulso real de parte de los israelíes ni de los estadounidenses en cuanto a hacer algo más por alcanzar resultados concretos.
¿No hay nada nuevo en relación con el pasado?
Ilan Pappé: No hay nada nuevo dado que no hay ninguna modificación de la base del llamado «consenso» que une a los israelíes cuando hablan de Cisjordania y de la franja de Gaza. Es la misma visión, la misma estrategia de siempre, y hay que reconocer a la actual dirección política israelí el hecho de haber admitido que no va a las negociaciones para presentar nuevas soluciones. Yo estoy, por otro lado, convencido de que este reinicio de las negociaciones bilaterales, tal y como lo describe John Kerry, no habría sido posible sin la posición fuerte manifestada en los últimos días por la Unión Europea. Una posición que estableció nuevas directivas sobre las colonias israelíes en los territorios árabes y palestinos ocupados y que ahora, al menos en el papel, no podrán obtener ninguna cooperación ni ayuda de parte de Europa. Esas presiones también convencieron a Benjamin Netanyahu de que es mejor iniciar alguna forma de diálogo con los palestinos para impedir la adopción de sanciones contra Israel y sus colonias.
Decisiones que son resultado de necesidades prácticas, no de una estrategia…
Ilan Pappé: Exacto. El paradigma sigue siendo el mismo. No ha cambiado ni va a cambiar. No hay ninguna razón para pensar que esas negociaciones, admitiendo que lleguen a desarrollarse en las próximas semanas, puedan llevar a alguna solución.
Nos acercamos a la cita de septiembre de la Asamblea General de la ONU, que los palestinos han utilizado en estos últimos años para anunciar pasos hacia su independencia, al menos en el mapa o de manera simbólica. ¿La insistencia estadounidense en retomar las conversaciones sin tener nada en la mano sirve también para impedir nuevos pasos unilaterales del lado palestino?
Ilan Pappé: Sin dudas. Israelíes y estadounidenses quieren desarrollar lo que yo llamo el «Plan A» e impedir que [la otra parte] aplique un «Plan B».
El «Plan A» prevé que las conversaciones con los palestinos avancen con un Israel dueño de la situación en los territorios ocupados y libre de extender sus colonias y con la Autoridad Palestina de Abu Mazen comprometida a impedir el desarrollo de toda forma de resistencia, no sólo [de la resistencia] armada, a la ocupación militar.
El «Plan B», por el contrario, es el plan donde los palestinos se dirigen a las autoridades internacionales para obtener la concretización de sus derechos y solicitan que se tomen sanciones contra la ocupación y [contra] los crímenes que comete esta última. El «Plan B» incluye una Europa más consciente de los derechos de los palestinos y, quizás, una nueva revuelta popular palestina contra la opresión.
Para impedir que se inicie el «Plan B», Washington y Tel Aviv siempre reactivarán el «proceso de paz», o sea el «Plan A», que es el del diálogo por el diálogo, sin perspectiva de solución basada en la legalidad internacional.
Han pasado casi 20 años desde la firma de los acuerdos de Oslo y del apretón de manos entre Yaser Arafat, el presidente palestino ya fallecido, y el primer ministro [israelí] asesinado Yitzhak Rabin. Veinte años después alguien escribe que la dirección israelí de 1983 era pacifista mientras que la actual dirección israelí parece ser ultranacionalista y estar únicamente interesada por extender las colonias. ¿Qué piensa usted?
Ilan Pappé: Yo pienso que no hay diferencias significativas entre la dirigencia de 1983 y el ejecutivo de Netanyahu. Todos los gobiernos israelíes, desde 1967 hasta hoy (desde la ocupación de los territorios [palestinos]) han desarrollado la misma estrategia:
- Jerusalén pertenece por entero a Israel y no habrá ningún compromiso sobre la ciudad;
- los refugiados palestinos jamás regresarán a sus ciudades de origen;
- Israel no puede existir sin Cisjordania. El núcleo de la política israelí era y sigue siendo la idea sionista de que Cisjordania es parte de Israel, con el matiz de que algunos representantes políticos israelíes aparentemente más flexibles en comparación con otros prevén alguna «concesión» más que hacerle a los palestinos.
Por supuesto, hay (entre los diferentes gobiernos) algunas diferencias sobre la manera de controlar Cisjordania. Por ejemplo, ¿anexarla por completo o dividirla en una zona israelí y una zona palestina? ¿Conceder o no la autonomía a los palestinos? ¿Conceder o no a los palestinos una independencia aparente y mantener el control de la soberanía real? Pero eso no es más que una táctica.
O sea, seguimos detenidos en el mismo punto.
Ilan Pappé: Sí. Si existe alguna diferencia entre la dirección israelí de los acuerdos de Oslo y la actual sólo se limita a algunos aspectos tácticos. El actual gobierno, por ejemplo, busca obtener más control sobre Cisjordania, debido a sus vínculos con el movimiento de las colonias.
Y hay que agregar un dato central. Hoy en día, en relación con 1983, ya no existe para la opinión pública israelí un problema palestino. La cuestión palestina es invisible. Ha desaparecido del horizonte. El pueblo víctima de la ocupación simplemente ha desaparecido de las mentes de millones de israelíes.
Traducido el español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio
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