22-9-2013
Alan García lo que ha intentado hacer con su amparo y seguirá intentándolo, es enredar los procedimientos de fiscalización del Congreso, promover un enfrentamiento de poderes y alargar todo lo que pueda las investigaciones para hacerlas coincidir con las elecciones regionales y locales. Entonces usará al "APRA"como fuerza de choque, consolidará su clientela interna y armará las candidaturas con Jorge-petroaudios. Roque Benavides pondrá la chequera.
El populismo mafioso (alanismo, fujimorismo, Castañeda, Acuña) busca consolidar un régimen político basado en la impunidad, consagrar el atropello a las instituciones, acostumbrar a los peruanos a obedecer sin reclamo alguno. Las obligaciones que preceptúa la Constitución histórica a quienes son elegidos, son presentadas por estos políticos, como un favor que hacen a los peruanos. Han convertido la política en peldaño del enriquecimiento personal, algo que en su concepción e imaginación, tienen derecho a realizar, porque ellos aseguran la "estabilidad", el "sistema" el "orden" y el Estado y los peruanos deben agradecer.
Estos políticos tiene sus clientelas que funcionan a base de favores y ofrecimientos. Es la repetición del "pisco y la butifarra" que tanto condenó González Prada cuando analizó las causas sociales de la derrota ante Chile en 1879.
Cuando la dignidad se vende o es subastada, se crean masas cobardes, sin conciencia nacional ni moral política alguna. Vean lo que ocurre con las llamadas "bases del PAP", sólo facciones organizadas a la caza del presupuesto de las regiones, de las alcaldías y en el 2016 en búsqueda del presupuesto nacional. Y siguen agitando de cobertura para no sonrojarse "la unidad del partido", la "indestructible institucionalidad", ya no citan tanto a Haya de la Torre, el cual ha sido reducido a celebraciones y efemérides, donde ociosos de todo tipo y pelaje asisten para gorrear la comida que subsidia el cacique territorial del momento y tomarse la foto que luego cuelgan en las redes. A eso se reduce su "activismo". Lo importante es darle "movimiento" a la base y amarrar votos para cuando se elijan delegados. A eso le llaman "nuestro gran partido".
La democracia peruana que tanto costó restaurar con la caída del fujimorismo hace 13 años, está totalmente desnaturalizada por la triple alianza formada por la clase política que integra el populismo mafioso, los poderes fácticos (principalmente emporio mediático, minero y financiero), y los lobbies transnacionales (los más estratégicos son chilenos).
Esta triple alianza alienta la antipolítica, demoliendo la imagen del Congreso (que no controlan), restaurando en los medios un discurso basado en la ausencia total de solidaridad, la mentira sobre el pasado, la condena a las minorías, la negación de derechos y la satanización de los movimientos sociales y ciudadanos que promueven una mayor calidad democrática.
Alan García intenta confundir a los peruanos llamando "falta de respeto" a la fiscalización. Celebra la impunidad como "un triunfo del Estado de Derecho". Esta inversión de palabras y sentidos semánticos muestran una personalidad narcisista que se coloca por encima del Estado. Lo único que le falta es un Reich germano. No olvidemos sus apologías a la bio política y sus referencias raciales para explicar fenómenos que no entiende o comprende.
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