El Congreso de los Estados Unidos podría votar una ley contra los cárteles dirigida contra la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). El objetivo de Washington es recuperar el control del mercado petrolero mundial.
Hace años que las grandes transnacionales estadounidenses del petróleo vienen haciendo campaña en ese sentido. Bajo el pretexto de favorecer la libre competencia en el sector petrolero, incluso han llegado a proponer en varias ocasiones un proyecto de ley denominado NOPEC –siglas de No Oil Producing and Exporting Cartels Act– que extendería ese principio a los Estados.
Después de la reciente caída de los precios del crudo a menos de 30 dólares por barril, la asociación de productores estadounidenses recordó al presidente Donald Trump que él mismo se había pronunciado en ese sentido en su libro Time to Get Tough: Making America #1 Again.
Washington infligió recientemente una importante derrota a Arabia Saudita en Yemen, pero sin lograr hacerse con el control de Saudi Aramco –la compañía a cargo de la extracción y comercialización del petróleo saudita.
Al mismo tiempo, el Pentágono se opuso al secuestro del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, que habría implicado la realización de una importante operación militar estadounidense en momentos en que Estados Unidos encuentra graves dificultades para enfrentar la crisis del coronavirus en su propio suelo.
El conjunto de la política del presidente Trump está basada en que Estados Unidos sea el primer productor mundial de petróleo, pero la caída de los precios en el mercado internacional amenaza con llevar a la quiebra a los productores estadounidenses de crudos de esquistos [1].
[1] «Geopolítica del petróleo en la era Trump» , por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 de abril de 2019.
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