Carta de David Ben Gurion sobre la constitución de un estado Maronita
en el Líbano. Carta dirigida a Moshe Sharett cuando éste era entonces Primer ministro de Israel, incitándolo a ejecutar un plan de desmembramiento y de desestabilización del Líbano. Esta carta estaba destinada a conservarse secretamente en los archivos del estado pero por cosas del destino fue publicada –a pesar de las protestas del gobierno israelí- por el hijo de David Ben Gurion en 1979, como página anexa de sus memorias póstumas. He aquí el texto de la carta.
Sdé-Boker, 27 febrero 1954
Moshe,
Dejando el gobierno, yo había decidido de no interferir el los asuntos políticos corrientes. Y si Ustedes no me hubiesen llamado, tú, Lavon y tú Moshe Dayan, yo no les hubiese dado mi opinión.
Pero desde el momento que me llamaron, yo he considerado que era de mi deber hacer esto que Ustedes me pedían, en particular con respecto a ti [Moshe Sharett] que eres el jefe del gobierno. Es por tal razón que yo me permito de volver sobre un tema que tú no compartes mi opinión. Se trata del asunto del Líbano.
Sin ninguna relación con los sucesos corrientes (entre tanto Neguib ha sido designado de nuevo presidente del Estado, esto es una jugada muy hábil de Nasser y de su banda), está muy claro que el Líbano es el sector más débil de los países de la Liga Árabe.
A excepción de los coptes, todas las demás minorías del mundo árabe son musulmanes. Pero es el Egipto el país más compacto y el más solidamente establecido de todos los estados árabes, su mayor parte [poblacional] constituye un bloque sólido, verdaderamente de la misma raza, de la misma religión y la misma lengua.
La minoría cristiana [en Egipto] realmente no puede poner en tela de juicio la entidad política de la nación. Pero en el Líbano la situación no es la misma con los cristianos.
Ellos representan la mayoría en el Líbano histórico y esta mayoría tiene una tradición y una cultura radicalmente diferente de todas aquellas poblaciones de la Liga [árabe].
Incluso con sus fronteras ampliadas (y es ésta la falta más grave cometida por Francia, la de ampliar las fronteras del Líbano), los musulmanes no son libres de sus movimientos por miedo de los cristianos, a pesar tal vez que sean mayoritarios (y yo no sé sí lo son).
La constitución de un estado cristiano es en estas condiciones algo de natural.
Hay y habrá raíces históricas, y sería apoyado por fuerzas importantes del mundo cristiano, tanto por los católicos que por los protestantes. En tiempos normales, es algo de casi imposible de realizar, sobre todo a causa de la falta de iniciativa y de coraje de los cristianos. Pero en situaciones de confusión, de caos, de revolución o guerra civil, las cosas cambian, y el débil se puede tomar por un héroe. Es posible (en política, nunca hay certitud) que el momento sea ahora propocio y favorable para provocar la creación de un estado cristiano a nuestro lado.
Sin nuestra iniciativa y nuestra ayuda, la cosa no podrá ocurrir. Pienso que actualmente es nuestra tarea esencial o en todo caso al menos una de la tareas esenciales de nuestra política exterior, y es necesario invertir recursos, tiempo, energía, y actuar por todos los medios para engendrar un cambio fundamental en el Líbano.
Hay que movilizar a Eliahou Sasson y a todos los arabizantes. Si se necesita dinero para aquello, no hay que pensar en ahorrar los dólares, mismo si se sabe que el dinero será gastado y perdido. Hay que concentrar todas nuestras fuerzas en este objetivo. Por tal razón, sea necesario hacer venir inmediatamente a Reouven Shiloah.
Desperdiciar esta ocasión histórica no nos será perdonada. No estamos haciendo ninguna provocación en cuanto a los Grandes [países] de este mundo. De todas maneras, nunca debemos actuar «en el nombre» de quien sea. Y es necesario, a mi opinión, actuar rápidamente, a toda velocidad.
Sin ninguna reducción de las fronteras del Líbano, no podremos realizar esto. Pero si encontramos a la gente y los elementos en el Líbano, que se movilicen para la creación de un estado maronita, ellos no tienen necesidad de amplias fronteras ni de una población musulmana importante, y esto no será un gran problema hacerlo.
Yo no sé si tenemos gente en el Líbano, pero hay mucha maneras de realizar la tentativa que yo les propongo.
Sinceramente
David Ben Gourion
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