El Embajador de Francia en Beirut, Denis Pietton, visitó oficialmente la semana pasada la región de Baalbeck, en el noreste del Líbano. De hecho, viajó con un equipo de seguridad francés a dicha región fronteriza del norte de la Bekaa, limítrofe con la provincia siria de Homs.
Lado sirio de la frontera, los funcionarios y expertos de los servicios de inteligencia franceses, algunos militares al amparo o bajo la cobertura de periodista, supervisaron a los combatientes del «Ejército Libre de Siria». Todo se habían infiltrado ilegalmente en Siria.
Embajador francés Denis Pietton y sus huestes pudieron recuperar de manera ilegal en un paso fronterizo a oficiales en inteligencia de los servicios franceses que huyeron del abortado Emirato Islámico de Baba Amor (Siria) en donde ofrecieron su experiencia en el combate urbano.
En virtud de la Convención de Viena, vehículos diplomáticos no pueden ser parados ni controlados. El convoy era por lo tanto, capaz de llevar a los agentes franceses a la embajada sin que la policía libanesa puede intervenir.
Con toda la arrogancia de una antigua potencia colonial, el embajador de Francia, una vez más, interfirió públicamente en los asuntos libaneses al declarar el 23 de febrero a nuestros colegas del diario libanés Daily Star:
«El Líbano debe permanecer lejos de los problemas en Siria».
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