El Banco del Vaticano es una de las diez principales plazas financieras y bancarias más frecuentemente utilizadas para el blanqueo de dinero.
El Banco del Vaticano es una de las diez principales plazas financieras y bancarias más frecuentemente utilizadas para el blanqueo de dinero.
Según una fuente internacional bien informada, el Vaticano es la principal destinación de más de 55 mil millones de dólares US de dinero sucio italiano, colocándose de este modo en la octava posición de las destinaciones más utilizadas a través del mundo para el blanqueo del dinero sucio, muy por delante de los paraísos fiscales como las Bahamas, la Suiza o el Liechtenstein.
Una investigación reciente del diario inglés "London Telegraph" y del "Inside Fraud Bulletin", menciona a la Ciudad del Vaticano [1] como uno de los principales Estados "cut out" como los otros ya existentes paraísos fiscales, tales que Nauru, Macao y la isla Mauricio. Un Estado « cut out » es un Estado cuya legislación sobre el secreto bancario impide toda posibilidad de rastrear o encontrar una pista sobre los orígenes de los fondos financieros que son depositados o se colocan allí.
El Banco del Vaticano intenta desesperadamente de oponerse a una querella judicial enprendida por los sobrevivientes serbios y judíos de la Shoah (Holocausto) ante la corte federal de San Francisco (Caso « Alperin » contra el Banco del Vaticano), el objetivo es, obligarlo a rendir cuentas de los fondos espoliados durante la Segunda Guerra Mundial [2]. Oponiéndose a estas acusaciones, el abogado del Banco del Vaticano, Franzo Grande Stevens declaró bajo juramento en la corte, que la « razón fundamental del existir del Banco del Vaticano, es la de promover actos piadosos » y que los clientes que depositan su dinero en él son « esencialmente empleados del Estado de la Ciudad del Vaticano, o miembros de la Santa Sede, congregaciones religiosas así que personas depositando sumas de dinero destinadas -una parte al menos- para obras de caridad y de piedad».
Franzo Grande Stevens declaró igualmente en la corte que el Banco del Vaticano está bajo el control del Papa y que los registros del Banco no son conservados más allá de un período de diez años.
Se puede deducir que el Banco del Vaticano utiliza la imagen positiva que tiene el Papa Juan Pablo II para cubrir una operación de blanqueo de dinero de gran envergadura. El Banco del Vaticano ya ha sido acusado en el pasado de albergar fondos espoliados por los Nazis y es actualmente sospechado de entretener lazos con el crimen organizado, en consecuencia todo parece indicar que el momento en que tendrá que rendir cuentas no está muy lejos. Las pruebas se acumulan y tienden a demostrar que las actividades del banco se asemejan más a actos de piratería que a de obras de caridad [3].
[1] A diferencia de otros paraísos fiscales, el blanqueo de dinero en el Estado de la Ciudad del Vaticano, no se lleva a cabo por los bancos privados extranjeros que operan allí, sino por el Banco Central (Istituto per le opere di religione), la cual es reconocida por el Banco de reglamentaciones internacionales (Bank for Internationl Settlements). Desde el primero de enero 2002, el Banco Central tiene autorización para emitir de Euros vaticanos (nueva moneda europea), a pesar que la Ciudad del Vaticano no es miembro de la Unión Europea.
[3] En los años ochenta, La Santa Sede, fue seriamente acusada en el escándalo del Banco Ambrosiano, pretendió haber sido víctima de un estafador llamado Michele Sindona, que el Papa Pablo VI había nombrado -"de manera imprudente"-, Consejero Financiero del Vaticano. La investigación del juez Ferdinando Imposimato demostró más tarde que Michele Sindona fue escogido con conocimiento de causa por la Santa Sede porque este hombre fue desde 1957, el banquero de la Cosa Nostra. Para poder financiar su lucha contra la Teología de la Liberación en América Latina, el Papa Pablo VI aceptó hacer una alianza con la mafia. Después que las cuentas y deudas del Banco Ambrosiano fueran canceladas, la Santa Sede se esforzó en hacer creer a la opinión pública que la situación había sido saneada. La investigación llevada por el Inside Fraud Bulletin demuestra que no es el caso.
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