Las vidas de varios de los Bush son abultadas historias de delitos y de prácticas que transgreden la moral de la abstinencia sexual, que ellos enarbolan como una de sus principales banderas electorales.

Hace años, Darlene Novinger, una hermosa mujer que trabajaba para el FBI, descubrió durante una investigación que George Herbert Walker Bush y dos de sus hijos estuvieron consumiendo drogas y recurriendo a prostitutas en un hotel de Florida cuando Bush padre era vicepresidente.

En noviembre de 2003, con motivo de su juicio de divorcio, se supo que también Neil, otro de los hermanos de Jeb y del actual presidente, había recurrido a la prostitución durante su estancia en Taiwán y Hong Kong, pero juró que las trabajadoras sexuales no le cobraban, sino que sin buscarlas acudían a su hotel financiadas por misteriosos benefactores, lo cual, reconoció, “es algo muy inusual. Se supo también que Neil había recibido 2 millones de dólares de un fabricante de semiconductores a pesar de su desconocimiento de ese ramo.

Desde luego, recurrir al trabajo sexual no tiene nada de malo desde una perspectiva sanamente liberal, pero en el caso de los Bush, adopta el rostro de la hipocresía, la burla y el engaño, pues se trata de una familia que ha basado sus ambiciones políticas en la apelación a un conservadurismo exagerado (cuya práctica exigen a los demás, no a ellos mismos). Por otro lado, Neil no ha sido la excepción en lo referente a los cuantiosos malos manejos financieros y otras irregularidades de cuello blanco.

En lo que concierne a Darlinger, se le ordenó no hablar de sus hallazgos. Su esposo, Kevin Novinger, fue asesinado en marzo de 1987, luego de que ella hizo públicos algunos de sus datos. Según relató Darlene en una entrevista publicada el 19 de agosto de 1997 (Contact, Volumen 17, No. 13), Kevin, con quien se casó siendo ambos muy jóvenes, en 1973, había sufrido en 1977 un grave accidente que lo dejó inválido, por lo que ella cuidó de él hasta su muerte diez años después.

El 8 de julio de 1993, tres horas después de una presentación que tuvo en el programa de Tom Valentine, en Radio Free America, se encontró a su padre muerto. Sobre su tumba alguien había colocado un canario como advertencia.

Dados esos antecedentes, no es raro que el 30 de enero de 2004, Fidel Castro haya acusado a Bush de haber planeado su asesinato para derrocarlo. “Sabía que el señor Bush se había comprometido con la mafia de la Fundación Cubano Americana con asesinarme. Lo digo y lo acuso, expresó Castro durante la clausura del III Encuentro Hemisférico de Lucha Contra el ALCA, que se desarrolló en La Habana ante una importante cantidad de delegados particularmente de países latinoamericanos.

Fiel a su vocación y herencia, luego del atentado contra las torres gemelas de Nueva York, Bush ordenó capturar a Osama Bin Laden “vivo o muerto”, además de que hace dos años la prensa estadounidense dio a conocer una orden de Bush que autorizaba el uso de “grupos especializados” de la C.I.A. y de las Fuerzas Especiales, con autorización para matar a Hussein.

Volviendo a la historia de Novinger, el 24 de julio de 1996, ella denunció el brutal hostigamiento de que había sido objeto, en la Kiev AM Radio, en Glendale, California. Luego de recibir otras amenazas de muerte se ocultó del brazo criminal de los Bush.

En su edición de 1998 de Defrauding America (www.defraudingamerica.com), Rodney Stich mencionó que Novinger trabajaba para el FBI investigando y reportando actividades criminales, pero sin autoridad para llevar a cabo arrestos.

En Atlanta, Novinger descubrió una gran operación de tráfico de drogas que involucraba a una poderosa familia libanesa que vivía lujosamente en Miami. "Se le llamó la operación Nimbus e involucró a la familia Smatt, encabezada por William Smatt, ligado a la Falange Libanesa”. Más aún, de acuerdo con Novinger, el tráfico de drogas involucraba también al vicepresidente Bush y a su hijo Jeb. Curiosamente, él y su hermano, hoy presidente George Jr, llegarían a ser gobernadores de Florida y de Tejas, grandes puertas de importación de narcóticos a Estados Unidos. Novinger señalaba asimismo la vinculación de Bush padre con grupos de lavado de dinero que actuaban entre Canadá y Florida. La investigación de Novinger reveló que los Bush, políticos delincuentes, habían sido objeto de chantajes por parte de narcotraficantes que sabían de su corrupción y actividades criminales.

De acuerdo con Terry Reed, autor de Compromised: Clinton, Bush and the CIA (1994), la DEA tiene un video que muestra a George W. Bush y a Jeb Bush en el aeropuerto de Tamiami, en las afueras de Miami, Florida, escogiendo un par de kilos de cocaína para una fiesta.

Según esa información, Novinger se había introducido como agente secreto en el círculo íntimo de Pablo Escobar Gaviria y de uno de sus primos, Steve Plata. Gracias a sus informaciones, se descubrió a unos acaudalados tejanos que habían viajado en un avión particular para escoger ellos mismos la cocaína. Se trataba de George W. y Jeb Bush. Cámaras ocultas de la DEA filmaron todo el incidente, incluyendo la matrícula del avión y la participación de los Bush.

Cabe añadir que las agencias AP y AFP reseñaron en cables del 19 de octubre de 1999 las referencias del escritor J. H. Hatfield en su libro ’Hijo afortunado: George W. Bush y la creación de un presidente estadounidense’, de que Bush fue arrestado en 1972 por posesión de cocaína, pero que su archivo judicial fue eliminado gracias a las influencias de su familia. Hatfield se enteró de la historia cuando la revista en internet ’Salon News’ informó en agosto de 1999 de que el hoy presidente realizó un año de trabajos comunitarios en un centro de Houston a cambio de que su archivo fuera ’blanqueado’, un acuerdo muy común que los tribunales a veces hacen para los delitos menores. Posteriormente, ’Salon News’ expuso las conversaciones de Hatfield con tres fuentes allegadas a la familia Bush que confirmaban la historia: un “alto consejero de Bush”, un ex compañero de clase de Bush en la Universidad de Yale y “un viejo amigo” suyo.

Los episodios anteriores, que son sólo unos cuantos de la larga historia delictiva de los Bush palidecen ante el genocidio y el expolio a gran escala que, como era de esperarse, ha estado practicando Bush Jr desde la Casa Blanca.

Novinger murió de cáncer el 23 de enero de 2003, el mismo día, Francia y Alemania reiteraban su rechazo a la guerra y el periodista irlandés Robert Fisk publicaba en The Independent un artículo donde describía realidades salidas de la mente asesina de Bush: “En el camino a Basora, la televisión ITV filmaba perros salvajes que destrozaban cadáveres de iraquíes. A cada rato, una de estas bestias hambrientas arrancaba delante de nosotros un brazo en estado de descomposición y se echaba a correr con él por el desierto: los dedos muertos dejaban surcos en la arena, los restos de una manga quemada ondeaban al aire."Sólo para documentarlo", me dijo el cámara. Claro. Porque ITV jamás mostraría tales imágenes. Las cosas que veíamos (la inmundicia y obscenidad de los cadáveres) no pueden mostrarse. En primer lugar porque no sería "apropiado" enseñar esta realidad por televisión a la hora del desayuno. En segundo lugar, porque si la televisión la mostrara nadie volvería jamás a respaldar la guerra”.