Las elecciones presidenciales en Ucrania del domingo pasado dieron oficialmente como vencedor al candidato Víctor Yanukovich. Sin embargo, Viktor Yuschenko, el candidato perdedor contesta el resultado de las urnas y ha logrado que gran parte de la sociedad manifieste y denuncie serias irregularidades en el proceso electoral.
Análisis de un país y de unas elecciones.
Actualmente la situación en Ucrania, después de la segunda vuelta de votaciones es confusa.
A pesar que oficialmente se ha declarado como vencedor a Víctor Yanukovich, su principal rival, el candidado Viktor Yuschenko, denuncia que hay trampa en el proceso electoral. Grandes manifestaciones se llevan a cabo en Kiev, capital del país. Yuschenko y sus partidarios han entrado por la fuerza ayer (martes 23 noviembre) al «Verkhovna Rada» (Parlamento Ucraniano) en donde juramentó como nuevo presidente, con una biblia en la mano y ante el asombro de muchos diputados. Este acto ha sido considerado como «puro teatro» y destinado a llamar la atención de los ciudadanos.
Análisis de un país y de unas elecciones
El milagro económico ucraniano ha generado tensión en una sociedad dividida, abriendo de esta manera las puertas del país a las influencias extranjeras. Aliado estratégico para Rusia, con sus gaseoductos y su salida al Mar Negro, Ucrania despierta también el apetito de los EEUU que la desearía ver miembro de la OTAN y en la Unión Europea. Moscú y Washington escogieron sus candidatos para la elección presidencial, empleando todos sus esfuerzos en ello. El primero resalta la importancia de los acuerdos económicos para el futuro, el segundo financia asociaciones y partidos políticos. La primera vuelta fue realizada el 31 de octubre 2004, dejando en competición a los dos candidatos favoritos, Víctor Yanukovich (pro-ruso) y Viktor Yuschenko (pro-estadounidense). La vuelta final de las elecciones presidenciales en Ucrania se ha realizado el domingo pasado (21 de noviembre 2004).
Aprovechando la ocasión histórica, el parlamento ucraniano (Verkhovna Rada) votó la independencia de esta republica soviética el 24 de agosto 1991. Esta decisión fue ratificada por referendo el 1 de diciembre del mismo año, con una amplia mayoría, 90% de votos.
Sin embargo la población está dividida en comunidades lingüísticas distintas : ¾ de ella, los habitantes del Oeste y del medio rural, hablan ucraniano, mientras que el cuarto restante, más urbano y al Este, habla ruso. Pero tienen el mismo ideal de renovar el pasado glorioso, aquel de la Rusia Kieviena, un vasto Estado que reunía los pueblos eslavos orientales del Báltico y del mar Negro, haciéndolos olvidar el legado y la tutela soviética.
En el siglo X (año 998), el príncipe de Kiev, Vladimiro el Grande, adoptó el cristianismo como religión oficial. En 1051, Ana, hija del príncipe de Kiev, Yaroslav el Sabio, contrae matrimonio con Enrique I de Francia en la catedral de Reims (Francia), convirtiéndose así en reina de Francia. La historia de Ucrania nos muestra que siempre ha tambaleado entre diferentes estados que la absorbieron: el Imperio Otomán, Polonia en 1793, Ucrania fue anexada al Imperio Ruso, mientras que la Galicia -su parte occidental- fue apropiada por el Imperio Austro-húngaro hasta 1919. Estas divisiones territoriales han generado un siglo de experiencias separadas, lo que explica en parte las divisiones del país.
A pesar de todo el entusiasmo de la nueva independencia, este entusiasmo ha sido remplazado rápidamente por una gran desilusión. Durante el periodo de transición económica, que generó un gran caos, el PNB (producto nacional bruto) fue dividido por 2,5. Ucrania sólo ha podido levantar el nivel en el transcurso del segundo mandato de Leonid Kuchma (presidente ucraniano saliente), con un tasa de crecimiento del 13% al año.
El poder fue repartido entre tres clanes oligárquicos :
– En Kiev, Viktor Medviedchuk, jefe de la administración presidencial, un consejero próximo al Kremlin. Se le presenta como una eminencia gris del poder. Controla la cadena de televisión pública UT-1 y las cadenas privadas 1+1 e Inter, implicada de manera desencadenada y estrepitosa en la campaña electoral.
– En Donetsk (XXX del Primer ministro) Víctor Yanukovich y de Rinat Akhmetov, el hombre más rico del país con una fortuna estimada en 3.500 millones de dólares. Controla la mayor parte de la industria metalúrgica del Donbas e igualmente la cadena de televisión Ukraina (Ucrania) y el cotidiano Sevodnia (Hoy).
– En Dnepropetrovsk, Víctor Pintchuk, yerno del presidente saliente y Director General de Interpipe, es un personaje cercano a la Casa Blanca en Washington. Sus negocios están asociados a George H. Bush (padre), George Soros y a Henry Kissinger. En un año ha doblado prácticamente su fortuna, que es hoy en día la segunda mayor del país con cerca de 2.500 millones de dólares. Controla las cadenas de televisión ICTV, STB, Novy Canal y el cotidiano Fakty que ofrecen un panorama equilibrado de las noticias nacionales.
El nuevo «milagro económico» ucraniano vuelve a dar al Estado los medios para su política. En cambio en Rusia, actualmente se cuestiona la legitimidad de los oligarcas. Para mantener su estatuto, cada clan se ve en la imperiosa necesidad de desarrollar alianzas, sea con la Federación de Rusia, sea con los Estados Unidos por medio de la Unión Europea, resucitando un perfume de Guerra Fría.
Sobre todo ahora que el país mantiene no sólo frontera común con Rusia sino que ahora también con la Unión Europea desde la ampliación de ésta. Ahora bien, si Rusia admitió sin problemas la independencia de Ucrania, esta vez no puede darse el lujo de ver pasar al campo adverso un Estado estratégico para sus intereses, con el puerto de Sebastopol (principal base militar rusa en el mar Negro), los gaseoductos indispensables a sus exportaciones.
Veinticuatro candidatos se enfrentaron en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo 31 octubre 2004. El presidente Leonid Kuchma que finaliza su mandato, ha renunciado a presentarse una tercera vez, a pesar de haber logrado modificar la Constitución para lograr dicho privilegio. Contrariamente a la imagen que trata de darse, Leonid Kuchma ha llevado una política de equilibrio entre las dos grandes potencias, enviando por ejemplo tropas a Irak para satisfacer al Pentágono y calculando las perspectivas de una entrada en la OTAN.
Cuatro candidatos parten como favoritos:
– Viktor Yanukovych (habla ruso y está sólidamente implantado en la región de Donestsk), actual Primer Ministro y delfín del presidente saliente, apoyado por Moscú (acreditado con 31 - 34 % de votos en la primera vuelta).
– [Viktor Yuschenko antiguo Primer Ministro (1999-2001) y fundador de Ucrania Nuestra, una coalición electoral que va de los liberales a la extrema derecha, apoyado por Washington (acreditado con 29 - 31 % de los votos).
– Oleksander Moroz, presidente del Partido Socialista Unificado (acreditado con 4 - 6 % de los votos).
– Petro Symonenko, presidente del Partido comunista (acreditado con 3 - 5 % de los votos).
Por el momento sólo los EEUU han multiplicado las alertas contra una falsificación de los resultados, que no tardarán en denunciar si su caballo pierde la carrera. Y es verdad que la sinceridad del equipo en cabeza es bastante dudosa.
El embajador de los EEUU en Kiev, tomando como referencia un informe de su propia administración redactado por la OSCE, ha denunciado los obstáculos puestos al funcionamiento de las «asociaciones no gubernamentales que apoyan la democracia» y ha prevenido que de haber una contestación al escrutinio, Washington interpondría sanciones. De paso, ha reconocido sin pudor que ya ha gastado 13 millones de dólares para «apoyar la democracia».
Vladimir Putin ha enviado un batallón de consejeros a Kiev para llevar la campaña de su caballo, Víktor Yanukovych, quien parece más fiel que competente. Están organizados sobre la marcha por el antiguo Primer Ministro ruso Víktor Chernomyrdin, convertido en embajador. Interviniendo directamente, el presidente ruso ha hecho un viaje en persona con la ocasión del 60º aniversario de la liberación de Ucrania por la Ejército Rojo. Se abrió un desfile militar con un tanque soviético de los años cuarenta, engalanado con la bandera que ostentaba la hoz y el martillo, mientras que desfilaban soldados de infantería con uniforme de época. En la tribuna oficial, los presidentes de Rusia y Azerbaiyán proporcionaban un apoyo sin disimulos al Primer Ministro candidato.
Para añadir algo más, Moscú anunció que pagaría una retribución de 800 millones de dólares en 2004 por los gaseoductos que le permitirían exportar gas y petróleo a través de Ucrania. Mientras que a instancias del ministro el interior ruso, la Duma votó por unanimidad el 29 de octubre, la posible doble nacionalidad ruso-ucraniana, si Ucrania así lo deseaba.
El Kremlin no escatima en medios, pero quizá se ha implicado demasiado tarde.
En el departamento de estado, la cartera ucraniana está en manos de Richard Armitage que no oculta haber desplegado enormes medios para que Ucrania cayera en su zona de influencia. Su candidato, Víktor Yushenko, es un gran economista y financiero con los dientes afilados. Ha presidido el Banco Nacional desde 1993 hasta 1999 y fue designado entonces por la prensa especialista como uno de los diez mejores banqueros del mundo. Bajo la presión estadounidense, se convirtió en primer ministro durante el segundo mandato de Kuchma, entre 1999 y 2001, sin dejar huella digna de mención. Se casó con una figura destacada de los EE UU, Katerina Chumachenko, cuya nacionalidad está en curso.
Bajo el mandato de Reagan, fue la asistente del secretario de estado, George P. Schult, para los Asuntos Humanitarios y los Derechos Humanos. Más tarde, trabajó para la administración de Bush padre en el Despacho de Relaciones Públicas de la Casa Blanca.
La NED / CIA ha invertido millones de dólares de subvención a las asociaciones pro Yushenko [1]. Sobre todo, ha puesto en pie una asociación juvenil, Pora («Ya es hora») cortado por el mismo patrón de la que habían creado en Serbia baja el nombre de Otpor para destituir a Slobodan Milosevic.
El elenco de este grupo está formado en el Centro por la revolución no violenta de Belgrado. El Centro pone a la cabeza a los formadores que provienen de la Fundación Soros. Pero la mayoría son animados en realidad por la Freedom House, de James Woolsey. El conjunto está dirigido por el coronel Robert Helvey (Albert Einstein Institution) de la CIA a quien se han adherido dos emisarios: Aleksandar Maric y Stanko Lazendic. Madeleine Albright en persona ha venido a inspeccionar el dispositivo [2], al igual que lo hizo en Georgia antes de la pseudo revolución de las rosas.
La subasta demagógica ruso-estadounidense se enfrente desgraciadamente a un problema: ninguno de los dos candidatos principales es realmente presentable.
Víktor Yanukovich, obrero mecánico sacado de su puesto, difícilmente encarna los intereses del proletariado. Se ha creado una imagen de gran amante del vodka y de las peleas. Ha cumplido dos penas de prisión, una de ellas por robo, y la otra por intento de violación con sodomía.
Víktor Yushenko, por mucho que interprete el papel del «golden boy», desfalcó el banco Ucraniano, del que era director adjunto, en los años ochenta.
Cualquier resultado es posible en un sentido o en el otro. Sobre todo cuando los sondeos más recientes calculan entre un 8 y un 14% de indecisos, mucho más de los que hace falta para que el resultado se decante a uno u otro lado.
Traducción: Francisco José Justicia Cano
Emilia Nazarenko en colaboración con la redación de la Red Voltaire
[1] Por poner un ejemplo, en 2002, la NED / CIA invirtió 50.000 dólares por la creación de una plataforma de Internet de ONG, 150.000 dólares por la creación de un grupo de presión en el Parlamento y la formación de asistentes parlamentarios, 130.000 dólares para organizar una unión patronal, 400.000 dólares para la formación de candidatos a elecciones locales, 400.000 dólares para la formación de sindicalistas.
[2] Hay un acuerdo bipartidista sobre la cuestión ucraniana. Richard Holbrooke, que habría sido secretario de estado de haber ganado John Kerry, ha aprobado las iniciativas de la administración Bush.
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