Durante los años 70 y 80, un grupo informal de dirigentes de los servicios secretos occidentales se reunía alrededor del ex presidente del Consejo francés, Antoine Pinay. El Círculo disponía de contactos con los think tanks de aquel entonces y así como de amplio acceso a la prensa. Organizó campañas de difamación contra la Unión Soviética y de desestabilización contra dirigentes socialistas europeos. Retirado ya de la política, Antoine Pinay hacía una segunda carrera como defensor del apartheid en Sudáfrica y del «Occidente cristiano».
En 1969, el ex presidente del Consejo francés Antoine Pinay, oficialmente retirado de la vida política francesa, crea con sus amigos Jean Violet y Otto de Habsburgo un grupo de reflexión llamado el Círculo. Los tres hombres son miembros del Opus Dei, organización político-religiosa que entremezcla la fe católica con la lucha contra el comunismo.
Tres figuras respetadas
Nacido en 1891, Antoine Pinay resultó electo diputado independiente en 1936. Votó a favor del otorgamiento de poderes absolutos a Philippe Petain, el 10 de julio de 1940, y fue nombrado poco después miembro del Consejo Nacional por el Jefe del Estado francés. Sin embargo, jugó hábilmente en ambos bandos al final de la Segunda Guerra Mundial y supo comprar su ulterior respetabilidad dotando de documentos falsos a Genevieve De Gaulle. Ministro de numerosos gobiernos, se convierte, a partir de 1948, en presidente del Consejo, cargo que ocupará desde el 6 de marzo hasta el 23 de Diciembre de 1952.
Durante algunos meses, inspira confianza a sus conciudadanos al presentarse como un francés medio, un hombre simple que pretende administrar el país como mismo administra los asuntos familiares.
Habla entonces de la «Casa Francia», como hablarán sus sucesores, treinta años más tarde, de la «empresa Francia». Estabiliza los precios mediante un préstamo con capital garantizado y negociando con los grandes comerciantes. En el plano social, implanta la escala móvil, o sea la modificación de los salarios en función de los precios.
Por otro lado, se muestra inflexible en cuanto a los asuntos coloniales en Túnez y Marruecos y, sobre todo, fracasa en el establecimiento de la Comunidad Europea de Defensa (CED) que apuntaba, con el apoyo de ministros alemanes e italianos miembros del Opus Dei a la integración ulterior de los ejércitos europeos en el seno de la OTAN.
Facilita el golpe de Estado del 13 de mayo de 1958, que lleva a De Gaulle al poder para erradicar al FLN en Argelia. Pero no acepta el viraje de De Gaulle cuando éste decide otorgar la independencia a Argelia.
Dimite, por consiguiente, el 13 de enero de 1960 para presentarse como una alternativa. En definitiva, renuncia a presentarse a la elección presidencial en 1965 para no volver nunca más a los primeros planos del panorama político francés [1].
Estudiante de Derecho en la época del Frente Popular, Jean Violet milita en la extrema derecha. Participa en la conspiración de la «Cagoule» [la Capucha] de Eugene Deloncle [2] donde se enrola con el número 221 [3].
Durante la Segunda Guerra Mundial, sigue a Deloncle en su acercamiento a los nazis. Se implica en el Movimiento Social-revolucionario (MSR) y participa en la creación de la Legión de Voluntarios Franceses contra el Bolchevismo (LVF) [4]. En el momento de la Liberación, goza de la ayuda del Opus Dei, escapa a la depuración y no tarda en incorporarse a las redes atlantistas.
Sin que se sepa bien a partir de qué momento lo hace, desempeña el papel de oficial de enlace entre los servicios secretos franceses y alemanes, enteramente dirigidos en aquel entonces por la CIA. Recibe del general Gehlen [5] un salario mensual de 6,000 marcos alemanes.
A principios de los años 70, se une a la Sociedad Mont-Pelerin, de la cual se convierte rápidamente en miembro vitalicio. Ese selecto think tank reúne la flor y nata de los economistas ultraliberales [6]. Abogado en París, hace carrera como hombre de las sombras de las que saldrá únicamente a su pesar al verse implicado en el truculento caso de malversación de fondos públicos de los llamados «aviones olfateadores».
El archiduque Otto de Habsburgo, aspirante a la corona imperial austrohúngara, se impuso como líder del monarquismo católico en Europa. Bajo la protección de la España franquista, creó el Centro Europeo de Documentación Internacional (CEDI) que organiza un seminario anual en El Escorial para los dirigentes continentales [7] del Opus Dei. Creó también una Academia Europea de Ciencias Políticas que le permite extender su influencia en el seno de la derecha no católica. Y tomó el control del Movimiento Europeo de Richard de Koudenhove-Kalergi. En una palabra, ejerce un indiscutido magisterio sobre todas las organizaciones atlantistas europeas.
Un grupo de acción interservicios
Estos tres hombres invitan a la flor y nata de los servicios secretos y de los políticos anticomunistas a unirse a ellos en el marco de dos reuniones anuales y financian todo tipo de institutos y revistas. Al cabo de algunos años el Círculo es ya capaz de desencadenar «operaciones de contrasubversión» dentro de los países europeos «contaminados por la ideología comunista».
Entre los participantes habituales del Círculo se encuentran Giulio Andreotti (el eterno ministro italiano), el general Antonio de Spinola (jefe de los golpistas portugueses), el coronel Botha (director de los servicios suizos), William Colby (director de la CIA de 1973 a 1976), Stefano della Chiaie (jefe de un servicio secreto italiano), Nicolas Elliott (director del SIS/MI6 británico), Alexandre de Marenches (jefe del SDECE francés de 1971 a 1981) [8], Alfredo Sánchez Bella (director de los servicios españoles), el general D. Stilwell (comandante de la DIA) y Franz Josef Strauss (ministro de Defensa alemán).
El Círculo financia el Instituto para el Estudio de Conflictos (Institute for the Study of Conflicts - ISC), con sede en Londres, que dirige Brian Crozier, quien es por otro lado el jefe de la agencia de prensa del Congreso por la Libertad de la Cultura [9], Forum World Features [10].
Crozier es secundado por el periodista Robert Moss. El instituto publica una revista, Le Monde des conflicts, cuya realización técnica está a cargo de Georges Albertini, ex colaborador de los nazis convertido en uno de los principales agentes de la CIA en Francia [11].
Una revista, Le Monde moderne, difunde el pensamiento del Círculo gracias al financiamiento proveniente de los fondos secretos del BOSS, el servicio secreto de Sudáfrica. Antoine Pinay toma esta vez la presidencia del lobby del apartheid en Francia, l’Association des amitiés françaises des communautés sud-africaines (AFCA).
Como ejemplo de funcionamiento del sistema, en 1972, el Círculo encarga al Instituto para el Estudio de Conflictos la elaboración de un informe sobre «la seguridad europea y el problema soviético». Brian Crozier hace en el informe una descripción apocalíptica del peligro rojo que está a punto de invadir Europa y de destruir su civilización. Jean Violet visita la Casa Blanca para entregar copia del informe a Richard Nixon y al consejero de seguridad nacional Henry Kissinger.
También entrega una copia al presidente francés Georges Pompidou en el palacio del Elíseo. El texto íntegro del documento aparece publicado en Le Monde moderne. También lo difunden la Academia Europea de Ciencias Políticas y el Congreso por la Libertad lo distribuye entre sus miembros. La agencia Forum World Features también lo divulga entre la prensa.
El Círculo fue acusado también de participar en operaciones de desestabilización contre el canciller alemán Willy Brandt a favor de Franz Joseph Strauss [12], y contra el canciller austriaco Bruno Kreisky y el primer ministro sueco Olof Palme.
También desempeñó un papel en la campaña de prensa que favoreció el ascenso de Margaret Thatcher. Durante los años 80, el Círculo Pinay se convirtió en el Círculo Violet, a medida que el presidente Pinay caía en la senilidad. No se sabe si siguió funcionando después de la desaparición de la URSS. La última reunión de la que se tenga noticia fue en Omán, en 1990. En ella participó el general Schwatzkopf, quien estaba desplegando sus tropas en la región con vistas a la operación Tormenta del Desierto. No se sabe tampoco si Antoine Pinay, Jean Violet y el archiduque Otto de Habsburgo eran los verdaderos dirigentes del Círculo o si no eran más que la fachada.
Alan Clark, secretario de Estado para la Defensa del gabinete Thatcher, quien asistió a varias reuniones, asegura en sus memorias que el Círculo era un instrumento creado por la CIA. Antoine Pinay murió el 13 de diciembre de 1994, a los 99 años.
[1] Ejerce, sin embargo, el cargo de mediador de la República (1973-74)
[2] Sobre la Organización Secreta de Acción Revolucionaria Nacional (OSARN), llamada La Cagoule, ver nuestro investigación Histoire secrète de l’Oréal por Thierry Meyssan, reseauvoltaire.net, 3 de marzo de 2004
[3] Liste Dagore, archivos privados
[4] V por Pierre Péan, (Fayard éd, 1984)
[5] Sobre las redes Gehlen, ver nuestra investigación Stay behind : como controlar las democracias
Las redes estadounidenses de desestabilización y de injerencia por Thierry Meyssan, reseauvoltaire.net, 20 de agosto de 2001.
[6] Ver nuestra investigación «Friedrich von Hayek, el padre del neoliberalismo»
por Denis Boneau, reseuvoltaire.net, 30 de enero de 2005
[7] Ver «L’Opus Dei et l’Europe : du recyclage des fascistes au contrôle des démocraties» por Thierry Meyssan, Maintenant, 22 de marzo de 1995.
[8] Ante la Comisión investigadora parlamentaria francesa sobre el caso de los «aviones olfateadores», Alexandre de Marenches afirmará que él sacó a Jean Violet del SDECE cuando tomó la dirección de ese servicio, declaración evidentemente falsa que no tenía otro objetivo que proteger a los servicios secretos de las consecuencias del escándalo.
[9] Ver nuestra investigación «Quand la CIA finançait les intellectuels européens» por Denis Boneau, reseauvoltaire.net, 27 de noviembre de 2003.
[10] Esta agencia, al margen de la revista Encounter, se llamó al principio Forum Information Service.
[11] Ver «L’Institut d’histoire sociale», in Note d’information du Réseau Voltaire, 16 de marzo de 1998
[12] Esas operaciones provocaron, efectivamente, la caída de Brandt, pero no bastaron para que Strauss llegara la Cancillería.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter