Al enviar al Hezbollah a atacar a soldados israelíes, Siria ha reiniciado la guerra en un país que estaba sin embargo, en vías de estabilización. Israel hace al impotente gobierno del Líbano responsable cuando en realidad no puede controlar al Hezbollah.
Este ataque del Hezbollah es un mensaje de Siria: el primer ministro libanés tal vez crea que gobierna, pero es Bashar El Assad quien tiene el derecho de vida o muerte en ese país. Damasco está apostando a que quienes toman las decisiones a nivel internacional se vuelvan hacia Siria para solucionar el problema libanés, pero ese cálculo podría ser erróneo y provocar una escalada regional si Israel ataca a Siria. Sin embargo, es probable que todo eso se termine mediante un canje de prisioneros como ya ha habido en el pasado.
Por primera vez, Israel enfrenta dos enemigos islamistas en el Líbano y en Gaza en lugar de las resistencias nacionalistas. Hamas niega que la acción estuviera coordinada, pero el Hezbollah debió aprovechar los disturbios de Gaza para golpear. Como quiera que sea, Siria es una vez más la clave.
«Beirut waits as Syrian masters send Hezbollah allies into battle», por Robert Fisk, The Independent, 13 de julio de 2006.
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