Muchas cosas cambiaron el 11 de septiembre de 2001, por eso es importante comprender qué sucedió esa mañana en Nueva York y Washington. La versión oficial sobre el derrumbe del World Trade Center contiene contradicciones y muchas preguntas sin respuesta. Por eso está siendo cuestionada vigorosamente por ingenieros y físicos. A continuación concluimos el resumen de algunos de esos estudios.
Pulverización. Casi la totalidad de la masa de concreto de las torres (unas 100 mil toneladas de concreto cada una) fue pulverizada, cubriendo la parte baja de Manhattan con una capa de polvo muy fino. ¿De dónde salió la energía para pulverizar miles de toneladas de concreto?
La tesis oficial es que la energía cinética (la energía de un cuerpo en razón de su movimiento) provocó la pulverización. Eso es imposible porque el balance energético del colapso podría explicar el derrumbe a la velocidad observada, o bien la pulverización del concreto, pero no ambos fenómenos al mismo tiempo. El impacto gravitacional apenas hubiera alcanzado para despedazar las lozas de concreto, pero no para pulverizarlas.
Convertir el concreto en talco fino requirió una cantidad importante de energía. Si la única energía involucrada en el colapso hubiera provenido del jalón gravitacional, y una parte significativa de esa energía se hubiera gastado en pulverizar el concreto, el colapso no habría sucedido a la velocidad que se observó. En otras palabras: como las torres se derrumbaron a una velocidad similar a la de una caída libre, muy poca energía gravitacional pudo haber sido gastada en la pulverización del concreto. Forzosamente se requirió otra fuente de energía para transformar el concreto en polvo.
Además, la pulverización comenzó desde los primeros segundos del colapso. En esos primeros instantes, la velocidad de las lozas de concreto no podía ser mayor a los 30 o 45 kilómetros por hora. A esa velocidad, el momento lineal, es decir, la masa multiplicada por la velocidad, no pudo haber generado el polvo que muestran las imágenes desde el inicio del colapso.
Más extraño aún: la pulverización se produce en estructuras que cayeron sobre pisos inferiores. Por ejemplo, al comenzar el colapso de la WTC 2 se puede observar que una parte importante del edificio (unos 30 pisos) conserva aún su estructura y se ladea unos 15 grados, pero en lugar de mantener su momento angular, ese segmento se hace polvo en el aire sólo unos instantes después.
Explosivos. Una hipótesis que permitiría explicar la velocidad del colapso y la pulverización es que la resistencia de los pisos inferiores fue eliminada mediante la utilización de explosivos. ¿Qué evidencias existen sobre el uso de explosivos en el WTC?
En condiciones óptimas la temperatura máxima que puede alcanzar el combustible de aviación en combustión difusa es de 825 grados C. Al colapsarse el WTC los incendios que subsistían se hubieran extinguido por falta de oxígeno, por lo que las temperaturas en los escombros se hubieran reducido de manera notable. Pero eso no sucedió.
Imágenes de sensores de percepción remota evidencian que cinco días después de los atentados, aún subsistían puntos de calor con temperaturas de entre 500 y 750 grados C. Los bomberos reportaron temperaturas cercanas a los mil 500 grados C en el sitio denominado Punto Cero. Muchas fotografías de las operaciones de remoción de escombros muestran pedazos de acero al rojo vivo, incluso diez días después del 11/S. Eso no puede explicarse con la versión oficial: las temperaturas alcanzadas en los incendios en ambas torres no podrían haber causado ese fenómeno.
Existen compuestos químicos en explosivos utilizados en demoliciones controladas que sí pueden provocar altas temperaturas, y mantener el acero casi en estado incandescente durante días. Aun sepultado el acero, la temperatura se mantendría a niveles altos porque esos compuestos químicos tienen su propio oxidante. El candidato más obvio es el explosivo llamado "thermita", elaborado con base en óxido de aluminio, que genera temperaturas superiores a los 2 mil 500 grados C en fracciones de segundo (lo que permite cortar el acero como si fuera mantequilla).
Las filmaciones de los derrumbes muestran caudas horizontales de polvo y humo que emergen a gran velocidad en muchos pisos de las torres. Estas expulsiones podrían estar asociadas a detonaciones al interior de los edificios, probablemente en la estructura medular. La tesis oficial sostiene que esas emisiones de polvo y pequeños fragmentos de materiales se deben al efecto de la compresión provocada por la caída de los pisos superiores. Sin embargo, en muchos casos las eyecciones aparecen muy por debajo de los pisos que se están colapsando.
Muchos fragmentos de los edificios fueron expulsados en trayectorias que describen parábolas, que alcanzan a cubrir distancias de cien metros. Eso es imposible de explicar únicamente por el impacto de los pisos superiores sobre las lozas y columnas inferiores. Además, las expulsiones ocurren desde la primera fase de los dos derrumbes (con mayor intensidad en el derrumbe de la torre WTC 1), y en esa fase el colapso no había desplegado suficiente energía como para provocar esas expulsiones.
Tomando en cuenta este tipo de análisis, lo menos que debe hacerse es cuestionar las versiones oficiales sobre la tragedia del 11/S. Es posible consultar los estudios independientes en las siguientes páginas de Internet:
www.st911.org
www.v911t.org
www.911truth.org
www.911research.com
www.911review.com
20/9/06
Fuente: La Jornada 20/9/06.
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