El polvo que se levantó en torno a la agresión de Georgia contra Osetia del Sur y los sucesos posteriores, se asienta poco a poco. Y ya es hora de sacar las primeras conclusiones.
Al agredir a Osetia del Sur, Georgia violó el Derecho Internacional, en particular, el tratado ruso-georgiano firmado el 24 de junio de 1992 en Sochi, el que proclamaba el cese del fuego entre los osetas y los georgianos en Osetia del Sur y los distritos adyacentes.
El conflicto se produjo - o al menos se estimuló - por la decisión que había tomado en 1991 el entonces presidente de Georgia, Zviad Gamsajurdia, al liquidar la autonomía de los osetas en el marco de Georgia. Además, Georgia estaba librando una guerra local en Abjasia, a la que también privó de la autonomía, y en Adjaria.
Eran demasiadas guerras para Georgia, la que acababa de adquirir independencia y le faltaban fuerzas para continuarlas. El Ejército georgiano tuvo que abandonar Osetia del Sur y Abjasia. A la línea del cese del fuego se destacaron las fuerzas de paz mixtas, compuestas de efectivos rusos y georgianos. El convenio con Abjasia sobre el cese del fuego se concertó en 1994. Los dos documentos fueron aprobados por el Consejo de Seguridad de la ONU, llegando a formar parte del Derecho Internacional de este modo.
Mijaíl Saakashvili violó el convenio firmado con Osetia del Sur, al ordenar a las tropas georgianas lanzar ofensiva utilizando artillería pesada. Muchos centros poblados osetas quedaron en ruinas. En Tsjinvali no hay ni una casa que no haya sufrido daño, y es que se trata de una ciudad pacífica, donde no hubo ningunas instalaciones militares. Precisamente por ello la operación georgiana debe valorarse como una apuntada contra la población civil. Según datos de las partes rusa y oseta, como resultado de la agresión georgiana perecieron más de 2.100 personas. Tal número de víctimas entre la población civil da derecho a calificar lo sucedido como un crimen de guerra.
Los osetas siempre se han identificado como distintos a los georgianos, aunque los dos pueblos son cristianos. En 1801 ambos por su propia voluntad se unieron al Imperio Ruso, porque durante todo el siglo XVIII y en los anteriores los imperios musulmanes turco y persa habían pretendido exterminarlos. En la época de la Unión Soviética, Osetia del Sur tenía el estatuto de autonomía en el seno de Georgia.
El lema principal de la campaña electoral del presidente georgiano Saakashvili era la recuperación de la integridad territorial de Georgia, es decir la ocupación de Osetia del Sur y Abjasia. Al asestar golpe contra Osetia del Sur, Georgia pretendió ocuparla en un instante, fiel a la política de "hechos consumados", y luego entablar un largo proceso negociador, el que tendría resultado nulo. Los osetas, al ver llegar a los soldados georgianos, se escondían en sótanos, miles y miles de ellos buscaron refugio en Rusia. Nadie podía defender a los osetas, excepto el Ejército ruso, y éste lo hizo con eficacia.
Desde Europa Central resulta difícil juzgar sobre las operaciones concretas o los desplazamientos de las unidades rusas por territorio georgiano. Además, no hace falta hacerlo. La respuesta militar rusa a la ofensiva georgiana fue adecuada y justificada.
Políticos y medios noticiosos de Occidente miden el conflicto suroseta con doble rasero. Basta con trazar unos paralelos. La prensa occidental hasta ahora responsabiliza a los serbios de la liquidación de la autonomía de Kosovo en 1989. Pero de la liquidación de la autonomía de Osetia del Sur en 1991 no se leerá nada en nuestros medios noticiosos. Slobodan Milosevic fue enjuiciado en La Haya por haber ordenado abrir fuego de artillería contra Sarajevo y Vukovar. Mientras que la orden de atacar a Tsjinvali con empleo de "katiushas" que dio Saakashvili ni se comenta en la prensa occidental. La mayoría de los países occidentales reconocieron la separación de Kosovo y la proclamación de su independencia, pero esos mismos países califican la agresión de Georgia contra Osetia del Sur como una medida adoptada para restablecer el orden constitucional.
El presidente georgiano decidió realizar su plan aventurero en Osetia del Sur porque esperaba que le ayudase EEUU, el que arma el Ejército georgiano desde 2002. Pero tras la respuesta relámpago que dio el Ejército ruso, EEUU no pudo hacer nada. Hasta Turquía, aliada de EEUU y miembro de la OTAN, se puso del lado de Rusia.
EEUU insiste en expulsar a Rusia del G-8 y bloquear su ingreso en la Organización Mundial de Comercio. Pero dichos organismos están más interesados en Rusia que Rusia en ellos. Pues el Estado ruso posee las mayores riquezas naturales en el mundo.
Es triste hacer constar la degradación de la política exterior de EEUU, pues se trata de un país que protegió a Europa contra el comunismo, y el autor de estas líneas gustosamente escribiría con respeto de EEUU.
Las declaraciones sobre la admisión acelerada de Georgia en la OTAN son lo más trágico. Si Georgia vuelve a tacar a Osetia del Sur o a Abjasia, disparando de "katiushas" contra sus pacíficos poblados y ciudades, y el Ejercito ruso se pone a defenderlos, ¿querrán nuestros soldados combatir del lado de los georgianos?...
Fuente: Ria Novosti, 29/ 08/ 2008.
Jan Carnogurski, en exlusiva para RIA Novosti.
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