Barack Obama se dirige a los agentes de la CIA acompañado por el director del organismo, León Panetta, en el cuartel general de la CIA en Virginia.
Foto: Ron Sachs.

«Deben estar orgullosos de ser de la CIA». Obama respaldó a los agentes de la CIA tras divulgación de sus métodos de tortura. El presidente de Estados Unidos trató de levantar la moral de los servicios secretos tras divulgar los métodos de interrogatorio de la era Bush. Pese a que la Casa Blanca anunció que no procesaría a quienes emplearon técnicas de tortura, crece la presión para que se abra una investigación.

«Sé que los últimos días han sido difíciles», dijo Barack Obama en el cuartel general de la CIA ante unos 1.000 agentes, que le confirmaron su intuición con aplausos eufóricos.

El presidente norteamericano intentó el lunes levantar la moral de las tropas, tras divulgar la semana pasada cuatro memos secretos con detalles concluyentes sobre los interrogatorios de la era Bush a sospechosos de terrorismo, catalogados de tortura por organizaciones de DDHH.

Los métodos publicados mencionaban entre otros procedimientos el «submarino», aplicado en 266 oportunidades contra dos supuestos miembros de Al Qaeda

El presidente invocó «circunstancias excepcionales» para defender contra los críticos su decisión de hacer públicos los documentos de la administración Bush. Esas circunstancias extraordinarias, según Obama, eran que su administración enfrentaba una demanda judicial de una gran organización de defensa de las libertades civiles y que era «muy difícil montar un sistema de defensa eficaz» sin reconocer la existencia de esos modos de interrogatorio.

Obama aseguró que en muchas ocasiones los agentes se ven obligados a «trabajar con una mano atada a la espalda», forzados a obedecer leyes democráticas, frente a enemigos que ni las respetan ni se sienten constreñidos por ellas. «Al Qaeda no está limitada por ninguna Constitución. Pero lo que hace especial a EE.UU. es que mantenemos los valores aún en los tiempos difíciles, no sólo cuando es fácil hacerlo», declaró.

«No se desanimen por lo que ha ocurrido en las últimas semanas. No se desanimen por el hecho de haber reconocido que eventualmente cometimos algunos errores. Así es cómo aprendemos. Pero el hecho de que estemos listos para aprender de ellos y seguir adelante es justamente lo que hace que esté orgulloso de ser el presidente de Estados Unidos y que ustedes deban estar orgullosos de ser miembros de la CIA».

«Luché en el pasado para proteger la confidencialidad de las informaciones consideradas secretas, y continuaré haciéndolo en el futuro. Nada es más importante que defender la identidad de los agentes de la CIA», agregó.

El acto celebrado en el cuartel de Langley (Virginia) sirvió para respaldar a Leon Panetta, cuya designación en el Senado fue criticada por su falta de experiencia en inteligencia. Como Obama el jueves, Panetta aseguró que no sometería a juicio a sus empleados que utilizaron métodos como el del submarino.

Sin embargo, de acuerdo con huffingtonpost.com, Obama dio a conocer que está dispuesto a llevar a juicio a los funcionarios de la administración de George W. Bush involucrados en los escándalos de tortura en las cárceles de la CIA.

Declaró que estaría dispuesto a una investigación siempre y cuando estuviera a cargo de los dos partidos políticos de Estados Unidos, el Demócrata y el Republicano.

Obama dejó a criterio del procurador general de justicia de Estados Unidos el llevar a juicio a los abogados de la administración de George W. Bush que escribieron los memorandos aprobando métodos de tortura en interrogatorios.

El caso no está cerrado

Mientras tanto, la decisión de Obama de publicar los documentos secretos abrió distintos frentes contra la Casa Blanca. El primero, encabezado por el ex vicepresidente Dick Cheney, que acusa a Obama de vulnerar la defensa nacional, aseguró al canal de noticias Fox News que pediría una desclasificación de los resultados obtenidos gracias a los interrogatorios. Un punto de vista compartido por el ex director de la CIA, Michael Hayden, que subrayó el valor de los polémicos métodos utilizados.

Del otro lado del espectro político, la líder demócrata de la Comisión de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, escribió a Obama pidiéndole que se abstenga de opinar en los próximos seis meses en procesos que tienen pendiente una revisión a puertas cerradas de su comisión, por el programa de interrogatorios.

Por otro lado, un relator especial de Naciones Unidas, Manfred Nowak, aseguró que la decisión de Obama de eximir a los agentes que practicaron torturas es ilegal.

«Estados Unidos, como otros países que participan en la convención de la ONU contra la tortura, está comprometido a realizar investigaciones criminales sobre la tortura y a llevar ante un tribunal a todos aquellos contra los que haya una sólida evidencia al respecto», dijo Novak citado por el diario austriaco Der Standard.

Fuente: RFI / YVKE Mundial, 21 de abril de 2009.