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Este pedido tuvo el respaldo de once de los 12 miembros de la UNASUR.
“Colombia podía presentar el texto del convenio a UNASUR pero
lamentablemente Colombia dice que está sujeta al consentimiento de
Estados Unidos. El mandato de los Presidentes era establecer medidas de
confianza, pero por la intransigencia de Colombia no hemos podido llevar
a cabo esto”, señaló el canciller boliviano David Choquehuanca al
término de la reunión que congregó a 12 cancilleres e igual número de
ministros de Defensa de la UNASUR.

Los representantes de Colombia, el canciller Jaime Bermúdez y el
ministro de la Defensa, Gabriel Silva, no dieron respuestas
satisfactorias sobre la falta de transparencia que envuelve el tema de
la instalación de las bases militares estadounidenses, intentando más
bien que la UNASUR acoja la agenda colombiana de seguridad. Ante una
nube de periodistas, Bermúdez señaló: “estamos dispuestos a avanzar en
medidas de confianza en todos los temas, en el tema de los acuerdos de
cooperación pero también en la compra de armas, armamentismo, ejercicios
o pruebas nucleares, etc. También la presencia de grupos terroristas en
la región, también en el tema del narcotráfico, en fin, no se logró
acuerdo en esos temas y hay que seguir trabajando con ánimo propósito
para llegar a acuerdos finales”.

Al día siguiente de la reunión del Consejo Suramericano de Defensa, el
Ministro de Defensa colombiano Gabriel Silva señaló que no descarta la
posibilidad de retirarse de la UNASUR si se mantiene la posición de
algunos países de evitar debatir los temas que Bogotá plantea relativos
al narcotráfico, el terrorismo y el armamentismo.

El canciller brasileño Celso Amorín resumió con estas palabras el
sentimiento casi generalizado en la reunión de Quito: “Colombia no ha
entendido la sensibilidad que ha causado el acuerdo de las bases militares”.

La reunión del Consejo Suramericano de Defensa de la UNASUR fue
convocado por decisión de los jefes y jefas de Estado reunidos el 28 de
agosto de 2009 en San Carlos de Bariloche, Argentina, quienes
dispusieron que los Ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa
celebren una reunión extraordinaria para que en “pos de una mayor
transparencia diseñen medidas de fomento de la confianza y la seguridad
de manera complementaria a los instrumentos existentes en el marco de la OEA” [1].

El Comando Sur está también buscando acceso a un lugar en la Guayana Francesa que permitiera a las aeronaves militares alcanzar lugares en África, vía las Islas Ascención, según el AMC (Comando de Movilidad Aérea). El Comando Sur aparentemente buscó el uso de instalaciones en Recife, Brasil con el mismo propósito, pero "las relaciones políticas con Brasil no son favorables para el acuerdo necesario". [Fuente: La Haine.org].
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Si bien la posición colombiana impidió que se llegara a un acuerdo para
avanzar en el “fomento de la confianza y la seguridad”, el canciller
ecuatoriano Fander Falconí evaluó positivamente la reunión de Quito.

“El primer resultado es el fortalecimiento de UNASUR, es decir como
UNASUR estamos en la capacidad de procesar los problemas regionales (…), no tenemos que recurrir extra-regionalmente a discutir nuestras
problemáticas en temas tan álgidos como los temas de seguridad, o la
creación de medidas de confianza mutua”, señaló Falconí.

“Un segundo punto – prosiguió- en el que se avanzó es en la notificación
de todos los acuerdos regionales y extra-regionales una vez que se hayan
aprobado los acuerdos de negociación, sin embargo hubo una disyuntiva
sobre si estos acuerdos tenían que tener o no el consentimiento de un
tercer país, y aquí fue un punto de estancamiento, básicamente Colombia
solicitó tiempo para hacer consultas internas; los 11 países estuvieron
de acuerdo con entregar los acuerdos que estén debidamente notificados.
Se aceptó la tesis de la no-extraterritorialidad, Colombia aceptó el
concepto de no extra-territorialidad y esto es un paso significativo en
el proceso de UNASUR, sin embargo la discusión se estancó, se pedían
garantías plenas y garantías formales y nuevamente aquí el Gobierno de
Colombia solicitó un mayor tiempo para hacer consultas internas en su
país para poder continuar con el proceso de diálogo y poder seguir
avanzando en ese proceso”.

Por su parte, Javier Ponce, ministro de Defensa del Ecuador, señaló que
“En cuanto a los ejercicios intra y extra-regionales hay que tener en
cuenta que este capitulo hace referencia a las seguridades a nivel de
las fronteras. Hubo pleno acuerdo en notificar a UNASUR el desarrollo de
ejercicios militares con países de la región o extra-regionales, invitar
observadores militares y establecer mecanismos de comunicación entre las
fuerzas militares siempre en función de alcanzar plena transparencia;
aumentar la eficiencia y vigilancia en las fronteras y algo que ha
venido planteando Colombia en la reunión de UNASUR en Bariloche, adoptar
medidas necesarias para impedir la presencia o acción de grupos armados
al margen de la ley, este es un punto en que estamos de acuerdo y hay
pleno consenso. En cuanto al cumplimiento y verificación hemos
establecido un mecanismo voluntario de visitas a instalaciones
militares, esto es fundamental por que no hace solo referencia a
intercambio de información sino también a intercambio de experiencias de
situaciones en las fronteras que puedan provocar incidentes”.

Una nueva reunión del Consejo Suramericano de Defensa deberá convocar el
Ecuador, país que ejerce la presidencia pro-tempore de UNASUR, para
seguir abordando los temas antes anotados.

Carrera armamentista

Una carta que envió al evento el presidente de Perú, Alan García, dio la
oportunidad para hablar sobre la “carrera armamentista” en América
Latina En su comunicado, García planteó que en los últimos cinco años
“nuestros países han destinado al gasto militar un total de 156 mil
millones de dólares pero, además con recursos presupuestales han
adquirido en esos cinco años un aproximado de 23 mil millones de dólares
adicionales en nuevas armas, cañones, aviones y naves”. Agrega que
“nuestras Fuerzas Armadas agrupan, aproximadamente 1 500 mil personas entre oficiales, tropa, servicios de inteligencia y actividades conexas.

Por ello, en el año 2005, el gasto militar fue de 28.900 millones; en el
2006 de 29.000 millones; en el 2007 de 32.000 millones; en 2008 de
34.000 millones y podría alcanzar en este año a 38.000 millones de dólares”.

El mandatario peruano, sin embargo, omitió señalar las causas de esta
carrera armamentista, quien promueve la guerra y los países que se
benefician de la venta de armamento. El gasto militar de Estados Unidos
en 2007 fue de 716.400 millones, en su delirio de imponer su hegemonía
en el mundo
y de controlar los flujos de petróleo, minerales y agua y la
biodiversidad, Estados Unidos tiene 865 bases militares en 46 países que
albergan a más de 190.000 soldados. Estados Unidos es un país en guerra,
participa con efectivos y armamento en las guerras de Irak y Afganistán
y mantiene un sinnúmero de frentes abiertos en África y Asia en la
llamada “guerra global contra el terrorismo”.

En América Latina tiene en
bases e instalaciones militares en El Salvador (Comalapa), Honduras
(Soto Cano), Puerto Rico, Cuba (Guantánamo), Aruba, Curazao, Perú
(Iquitos y Nanay), Paraguay (Estigarribia) y ahora ha convertido a
Colombia en una gran base militar proyectando utilizar al menos cinco
bases aéreas y dos puertos. Interviene directamente en el conflicto
colombiano con ayuda militar (la tercera en el mundo, luego de Israel y
Egipto), asistencia tecnológica, militares y mercenarios. Desde que se
instalaron gobiernos de izquierda en América Latina, ha desplegado la
Cuarta Flota que estaba inactiva desde finales de la segunda guerra
mundial. Estados Unidos tiene, entre sus objetivos, apoderarse del
petróleo de Venezuela (que tiene una de las mayores reservas del mundo)
y controlar la Amazonía, la mayor reserva de agua dulce y biodiversidad
del mundo.

Al hablar de armamentismo, la gran prensa señala a Venezuela, pero no
dice nada de Colombia. Con 254 mil efectivos, el ejército colombiano es
el segundo en América Latina solo superado por Brasil. Colombia destina
el 4 por ciento del Producto Interno Bruto a gastos militares, el más
alto de América Latina. Venezuela, luego de que Estados Unidos le negara
la provisión de repuestos para sus aviones y otros equipos militares, ha
adquirido armas, aviones a Rusia y otros países, pero este equipamiento,
según señaló el Vicepresidente de Venezuela Ramón Carrizalez, es de
carácter defensivo, agregando que lo “hemos tenido que adquirir como
consecuencia de la amenaza que se ha instalado en la República de
Colombia” y “para garantizar la integridad de nuestro territorio”.
Carrizalez agregó que Venezuela tiene la “decisión de proporcionar toda
la información que le sea requerida por el Consejo de Defensa de UNASUR”.

Finalmente, el canciller venezolano, Nicolás Maduro dijo: “Suramérica ya
ha debatido sobre el tema de las bases militares estadounidenses y todo
este debate que se ha dado en los gobiernos, toda la presión de la
opinión pública, de los movimientos sociales, de los ciudadanos de
nuestros países tiene que tener un resultado para consolidar toda esta
conciencia que se está dando de rechazo a las bases militares que lo que
trae es violencia, guerra, amenaza a nuestro continente, y más temprano
que tarde el pueblo de Colombia tendrá que (pedir cuentas) a estos
gobiernos entreguistas que han cedido el territorio y pretenden poner el
territorio de Colombia para que venga armamento, venga tecnología a
amenazar a nuestro continente”.

Fuente: ALAI AMLATINA, 16/09/2009.

[1Declaración de la Reunión Extraordinaria de Jefes y Jefas de Estados de la UNASUR.