El texto arriba en inglés, recogido de los archivos secretos de inteligencia estadounidenses dice: «El presidente colombiano Álvaro Uribe fue clasificado como importante «narco-traficante» por los servicios de inteligencia de Estados Unidos en 1991». Ver link original de los archivos USA.
El Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, es un ente investigador que depende directamente del presidente de Colombia.
Hace unos cinco años que algunos importantes medios de información de este país empezaron a contar lo que ya se sabía entre las organizaciones de derechos humanos: sus altos mandos encargaban a jefes paramilitares el asesinato de opositores políticos. [1]
Entre otros, se conoció que uno de esos funcionarios había testimoniado ante la justicia de Estados Unidos y de Venezuela, reconociendo que muchas operaciones de “guerra sucia” adelantadas por el DAS habían sido financiadas con dinero del tráfico de cocaína. [2]
A pesar de su gravedad, esas informaciones fueron quedando como otras tantas en el panorama judicial nacional.
Paralelamente se iba conociendo que desde la sede presidencial, se había ordenado espiar ilegalmente a defensores de derechos humanos, opositores políticos y periodistas “clasificados” como de izquierda. Como quizás estas personas “colaboraban” con los “terroristas” de la guerrilla, esos procedimientos se siguieron tratando como simples noticias.
El sentimiento empezó a cambiar al informarse del espionaje a magistrados de la Corte Suprema de Justicia y dirigentes de los partidos tradicionales. [3]
El ambiente se fue caldeando cuando se ordenó investigar a funcionarios del DAS. Su máximo jefe, el presidente, salió a defenderlos y hasta ofreció meter las manos al fuego por ellos al estar seguro de su inocencia.
Poco después algunos fueron enviados a prisión. Entonces el presidente Álvaro Uribe Vélez aseguró que con ello sólo se le servía a la “estrategia desestabilizadora” de los “terroristas”. Constantemente repetidas, estas frases funcionaron como un amenazante chantaje.
Hasta que el 15 de abril el popular director de noticias de RCN-Radio, Juan Gossaín, leyó apartes de unas páginas que le habían filtrado y que hacían parte de las encontradas por el Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía General de Nación durante un allanamiento al DAS.
En ellas se comprobaba que desde el año 2005 se preparó toda una estrategia que iba desde el espionaje, desprestigio a opositores y organizaciones no gubernamentales, hasta la programación de atentados terroristas que luego serían adjudicados a las organizaciones guerrilleras.
Toda esa información estaba contenida en carpetas clasificadas como las operaciones “Amazonas”, “Transmilenio”, “Bahía”, “Halloween”, “Arauca”, “Intercambio”, “Risaralda” “Internet”, y “Europa”.
Estos son algunos ejemplos de su contenido. “Desinformar a la población que se encuentra a favor de los detractores del gobierno”. “Generar división al interior de los movimientos de oposición.
Impedir la materialización de escenarios convocados por la oposición.” “Neutralizar las acciones desestabilizadoras de las ONG en Colombia y en el mundo.”
“Estrategias: desprestigio y sabotaje.
Acción: alianza servicios de inteligencia extranjeros, comunicados y denuncias páginas web, guerra jurídica.”
“Sabotaje: terrorismo, explosivo, incendiario, servicio público, tecnológico.
Presión: amenazas y chantaje.”
El periodista, luego de leer lo anterior expresó enardecido: “Los colombianos tenemos derecho a saber quién fue el que intentó convertir a nuestro país en un Estado de policías y de terroristas del Estado (…)
¿Quién fue el que concibió el macabro plan de perseguir a opositores, reales o imaginarios, como si fueran delincuentes?
¿Quién está atrás de esto?
¿Tres detectives del DAS? ¡No me hagan reír! (…)
Queremos saber si el DAS es una institución respetable del Estado o es una cueva de bandidos. Esto no lo hacen sino los bandidos: perseguir a los demás, poner bombas para hacer creer que fue la oposición (…)” [4]
«Operación Europa»
El 20 de abril fue RCN-TV la que presentó un resumen del contenido de la carpeta titulada “Europa”, [5] confirmando que las actividades del DAS sobrepasaron las fronteras, tal y como se había denunciado. [6]
Se dijo en el noticiero: “Los seguimientos, aparentemente ilegales, que el DAS realizó en el exterior a quienes el gobierno consideraba como enemigos u opositores del gobierno, fueron rotulados en una carpeta bautizada como “Europa” (...)
La Operación Europa tuvo como objetivo “neutralizar la influencia del sistema jurídico europeo, Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Oficina de la Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, y gobiernos nacionales.”
La estrategia única fue: el desprestigio de tales entidades; y la acción: crear comunicados y denuncias en páginas web, y adelantar una guerra jurídica contra ellas.
“La estrategia también incluyó viajes a países en los que se adelantaron seminarios, foros y talleres organizados por diferentes ONG, y sobre los cuales se elaboraban informes confidenciales con las conclusiones, y un álbum fotográfico y clínico de quienes asistieron. [7]
También se dijo en RCN-TV: “En los archivos recuperados por el CTI en el DAS figuran, por ejemplo, copias de pasaportes y hojas de vida de ciudadanos europeos, centroamericanos y suramericanos que visitaron a Colombia, o que estuvieron en tales eventos.
“Según el dossier, el DAS envió a Europa a su funcionario Germán Villalba, quien prácticamente instaló en varias capitales de ese continente una oficina satélite desde la cual dirigió un grupo que hacía seguimientos que incluyeron grabaciones de video y de audio, fotografías y registro de recorridos de los llamados blancos, en su mayoría colombianos residentes allí, o que visitaron países como Suiza, Francia y España, y que el DAS rotuló como “contradictores del actual gobierno colombiano”, “agitadores contra Uribe en gira”.
Desde allí, desde Europa, Germán Villalba enviaba vía Internet a sus superiores en Bogotá toda la información recopilada para ser archivada en la carpeta como “Europa” (...)
“Llama la atención de los investigadores el hallazgo de una carpeta rotulada como “Parlamento Europeo”, en la que se citan los nombres de los parlamentarios europeos simpatizantes del gobierno colombiano, y los no simpatizantes (…)”
Cesar Julio Valencia, presidente de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, luego de escuchar las declaraciones de algunos funcionarios del DAS ante la Fiscalía, dijo a RCN-TV que se sentía "horrorizado” al constatarse que la sede presidencial “no sólo era la destinataria de los seguimientos e interceptaciones ilegales, sino que también dirigía, direccionaba o manipulaba tales seguimientos o “chuzadas” como se les denomina.”
El presidente Álvaro Uribe Vélez se ha limitado a decir que él no sabía nada.
La pregunta a realizar es: ¿qué saben de esto las autoridades de los países europeos concernidos?
Autor: Hernando Calvo Ospina.
Fuente: Rebelión, 26-04-2010.
[1] Ver: El DAS y los paras, revista Semana, Colombia.
[2] Ver: García, “ventilador” del DAS, declarará en Venezuela Y EE.UU, revista Semana, Colombia.
[3] Ver: El DAS sigue grabando, revista Semana, Colombia; y: Escándalo por denuncia de Semana sobre nuevas “chuzadas” desde el DAS, idem, Colombia.
[4] Editorial de Juan Gossain. Sobre las “chuzadas” del DAS, radio RCN, Colombia.
[5] El dossier de las chuzadas: Capítulo Europa, canal RCN, Colombia.
[6] Ver: La Troica que complota, blog de Hernando Calvo Ospina.
[7] Como “álbum clínico” la Central de Inteligencia Estadounidense, CIA, ha denominado desde los años cincuenta al Estudio Psiquiátrico Personal (Psychiatric Personality Study, PPS) de quienes considera “enemigos”. En él se incluyen las investigaciones de sicólogos, psiquiatras, periodistas, etcétera, sobre la presunta personalidad y comportamiento del investigado desde la niñez, que incluye posibles enfermedades y hasta “gustos” sexuales. Los “estudios” se hacen a partir del análisis de las conferencias, escritos, y otras actividades realizadas por el investigado. Una ampliación del tema en: Gordon Thomas. “Las armas secretas de la CIA”. Ediciones B. Barcelona, 2007.
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